Leonardo Padura en la Biblioteca Nacional: “Con esta novela traté de volver al policial”
De visita en Buenos Aires, el escritor cubano presentó “Personas decentes”, una ficción inspirada en un caso real que se cruza con hechos históricos; es el regreso del detective Mario Conde
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Al atardecer de una jornada poco caribeña en la ciudad de Buenos Aires, el escritor cubano Leonardo Padura presentó hoy su nueva novela, Personas decentes (Tusquets), en la Sala Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (BNMM). Esta semana Padura inició en Buenos Aires su minigira promocional por el Cono Sur, y continuará por Montevideo, Valparaíso y Santiago de Chile. A la manera de una moraleja para editores, recordó que en su primera visita a Buenos Aires, en 1994, un ejecutivo de Planeta había rechazado publicar en el país la novela policial Pasado perfecto. “¿Te acuerdas, Juanito?”, le preguntó al director de la BNMM, Juan Sasturain.
Ante una sala repleta, y con gente sentada en las escaleras, Padura se explayó sobre la nueva aventura protagonizada por el detective Mario Conde, tan escéptico como glotón. Muchos asistentes tenían preparados sus ejemplares, que el autor firmó luego de la cálida conversación con la periodista Hinde Pomeraniec (quien reveló que su ejemplar estaba colmado de notas y subrayados). “El título que quedó fue el cuarto que tuvo la novela; primero se iba a llamar ‘Huracanas tropicales’, luego ‘Delirio habanero’, pero hay muchos restaurantes llamados así, y después ‘Epifanía habanera’, pero al editor la palabra epifanía le pareció excesiva”, bromeó.
“Con esta novela traté de volver al policial”, dijo Padura, e indicó que una de las dos historias que coexisten en Personas decentes, la del proxeneta con ambiciones políticas Alberto Yarini, lo perseguía desde hacía años. Esta trama situada en 1910, cuando el paso del cometa Halley aterraba a la humanidad, se alterna con otra ambientada en la primavera boreal de 2016, mientras Barack Obama y los Rolling Stones visitaban Cuba. “Como Conde, soy un fundamentalista en mis fobias y no fui a ver a los Rolling -dijo el escritor-. Soy fan de los Beatles y de The Mamas & the Papas”.
La otra trama de la novela, en la que Conde, ya retirado, interviene por pedido de un excompañero, se inicia con el asesinato cruento de un antiguo censor cultural al servicio del gobierno cubano en los años 1970. “Quise vengarme de todos los hijos de puta que persiguieron y mancillaron a los intelectuales y artistas”, dijo Padura, que fue interrumpido por el aplauso del público. “Este tipo de procesos a veces ni siquiera requiere de la delación -agregó en alusión a la sovietización de las estructuras sociales y políticas en la isla en ese entonces-. Mucha gente se movió y aún se sigue moviendo por el miedo”. Entre otros escritores, fueron víctimas de la censura y la marginación autores como Heberto Padilla, Virgilio Piñera y José Lezama Lima.
Otro instante conmovedor del encuentro fue cuando contó que el nombre del personaje de la poeta Natalia Poblet -otra de las víctimas humilladas por el “verdugo cultural” Reynaldo Quevedo- era un homenaje a su amiga, la librera y gestora cultural porteña Natu Poblet, que falleció en junio de 2017. “Tuve una relación de amistad con ella”, dijo Padura.
“Me encantan los objetos perdidos; tienen una dimensión mágica”, respondió el autor cuando Pomeraniec aludió al “objeto napoleónico” que se convierte en una clave del nuevo policial paduriano. “Los escritores estamos siempre jugando con el halcón maltés de Dashiell Hammett”, admitió.
La charla del escritor Leonardo Padura con Hinde Pomeraniec se podrá ver próximamente en la página web de la BNMM.
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