Leonardo da Vinci: la obra del genio del Renacimiento pulveriza récords y sigue fascinando
“Cabeza de oso” se vendió ayer por US$ 12,1 millones y batió el récord para un dibujo de Da Vinci, pero esto es apenas la punta de un fenómeno que incluye litigios y estudios genealógicos para dar con su ADN
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PARIS – Quinientos años después de su muerte, Leonardo Da Vinci sigue siendo motivo de fascinación, misterios, disputas, codicia y controversias. Esta semana, el maestro del Renacimiento volvió a ocupar la escena de arte por varios motivos. Entre ellos, batiendo su propio récord en una subasta por un diminuto dibujo, Cabeza de oso. Lejos de ser curioso, se trata de un fenómeno normal. Después de todo, no en vano se lo considera el mayor genio de todos los tiempos.
Nacido el 14 de abril de 1452 en la ciudad italiana de Vinci, Leonardo falleció el 2 de mayo de 1519 en Amboise, Francia, oficialmente soltero y homosexual, al autor de La Gioconda no se le conocieron hijos. Sin embargo, cinco siglos después, llevados por la fascinación, dos historiadores italianos, Alessandro Vezzosi y Agnese Sabato, consiguieron hallar… a 14 descendientes directos gracias a un estudio minucioso de su familia, que contaba con 22 medio-hermanos, y que les permitió reconstituir 21 generaciones del árbol genealógico.
Vezzosi y Sabato, estudiaron cinco ramas de la familia a partir de Michele Da Vinci, abuelo de Leonardo, nacido en 1331, basándose en registros históricos y análisis de ADN.
“En 2016 ya teníamos identificados a 35 descendientes vivos del maestro del Renacimiento. Pero la mayoría eran indirectos”, explicaron. “Esa gente no podía darnos informaciones útiles sobre el ADN de Leonardo, y en particular sobre el cromosoma Y, que se transmite de padre a hijo”, agregaron.
Según ambos especialistas, el objetivo último de sus trabajos es el de comprender el genio de ese hombre multifacético, que fue científico, pintor, inventor, filósofo y hasta músico, analizando el ADN de sus descendientes. Sobre todo ese famoso cromosoma Y, que debería haber permanecido sin cambios durante 25 generaciones.
Ese ADN de personas de entre “1 y 85 años será analizado en los próximos meses en las comunas vecinas a Vinci y comparado al de los ancestros de Leonardo”, indicó Vezzosi. Esos resultados deberían, además, permitir conocer algo más sobre él. Por ejemplo, su estatura o sus potenciales enfermedades hereditarias.
La fascinación por Leonardo también estuvo presente anoche en Londres, donde Christie’s subastó uno de los últimos dibujos del genio que aún permanecían en manos privadas: una “Cabeza de oso” minúscula (7cm. x 7cm.) realizada alrededor de 1480 en punta de plata sobre papel, que asocia a la grandeza de la firma un notable pedigree y una auténtica rareza.
Estimada entre 9,7 y 13,9 millones de euros, la obra estableció —como era previsible— un nuevo récord partiendo a 12,5 millones de dólares, convirtiéndose en el más caro de sus dibujos.
Todos los ingredientes estaban reunidos para que así sucediera. Según los expertos, esa Cabeza de oso forma parte de un lote de cuatro bocetos, realizados simultáneamente en un papel similar, que incluye un estudio de dos gatos y un perro, conservado en el British Museum, un dibujo de patas de perro expuesto en Escocia y un oso caminando, presente en las colecciones del Metropolitan Museum de Nueva York. Los especialistas también estiman que ese estudio habría servido a Leonardo para pintar la maravillosa Dama del armiño (1489): en ese cuadro, el animal que tiene la mujer en los brazos presenta, en efecto, rasgos faciales muy parecidos al de la Cabeza de oso.
Y como sin duda el dinero vuelve loca a la gente, en el terreno de la codicia es una furiosa batalla la que se libran en este momento en Francia el doctor Jean B., médico jubilado de 86 años, el ministerio de la Cultura y la conocida casa de subastas Tajan, en torno de otro pequeño dibujo de Leonardo, de apenas 19,3cm. x 13cm.: Estudio para un San Sebastián en un paisaje.
Durante cerca de 57 años, la obra de arte durmió en una caja de cartón sin que nadie sospechara su identidad. Su propietario la había recibido de su padre, junto a otros dibujos y grabados, como regalo por haber aprobado el examen de ingreso a los hospitales de París. Pero el joven de entonces —más amante del rock que de las bellas artes— lo había relegado en una boardilla y olvidado.
Redescubierta en 2016 durante una mudanza, el médico confió la caja a la casa de subastas Tajan para un peritaje. Decididamente renacentista, el dibujo fue primero evaluado en unos 30.000 euros, hasta que otro experto solicitado por el establecimiento, Patrick de Bayser, descubrió que el mismo procedía de la mano de Leonardo. Una opinión confirmada después por los mayores especialistas del maestro del Renacimiento.
El valor del dibujo en tinta marrón, anotado atrás por el genio italiano, se disparó de inmediato para alcanzar la cifra de entre 8 y 12 millones de euros, mientras el Estado francés se apresuró a clasificarla “tesoro nacional”, a fin de evitar su exportación, dejando 30 meses al ministerio de Cultura para adquirirla para el museo del Louvre.
Pero Jean B. rechazó la propuesta de 10 millones de euros del Estado, después que una nueva expertise evaluó la obra en 15 millones. Incapaz de reunir esa suma, el ministerio de Cultura renunció a la adquisición, pero también se negó a otorgar al propietario un certificado de exportación, argumentando que la obra podría haber sido robada y que una denuncia en ese sentido había sido radicada a fines de 2020. Denuncia que quedó finalmente sin efecto.
“La forma en que Roselyne Bachelot trató el caso es catastrófica”, afirma Olivier Baratelli, abogado del Dr. B., que llevó ante la justicia de París a la ministra de la Cultura y a otros funcionarios del sector para obligarlos a entregar ese certificado de exportación.
La audiencia, marcada por encendidos debates, se realizó el miércoles. Como conclusión, el presidente del tribunal solicitó más pruebas y fijó la nueva cita para el 27 de octubre.
El Dr. Jean B. se encuentra al mismo tiempo sumergido en otra violenta pulseada con la casa Tajan después de haber descubierto que, sin consultarlo y de acuerdo con el Louvre, ésta había decidido subastar el dibujo antes de que expirara el plazo de 30 meses fijado por el Estado. El médico revocó el mandato, pero Tajan le reclama dos millones de euros por su retracción y por gastos ocasionados.
“¡El dinero enloquece! Tajan se embriagó con la idea de todo ese dinero”, se lamenta el doctor Baratelli. Tajan fue aun más lejos, negándose a restituir el dibujo de Leonardo a su propietario. Y ante las acusaciones de “chantaje”, “abuso de confianza” e “intento de extorsión, la casa de subastas replicó con una acción por denuncia calumniosa.
Para el abogado de Tajan, Basile Ader, “ese dibujo fue descubierto, autentificado, certificado y promovido por el trabajo de Tajan. En consecuencia, el establecimiento exige que les sea abonada la indemnización por retracción y rembolsados los gastos desde que recibió la obra en 2016”.
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