Leer, conversar, mirar y conocer: “cuatro ambientes” para habitar la nueva Casa de Fundación Medifé
Abrió en Recoleta un nuevo espacio para talleres, jornadas, charlas, presentaciones de libros y otras actividades ligadas al arte, el pensamiento y la cultura
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Acostumbrados a entender la labor de una fundación como una apoyo a la producción de instituciones (de universidades y teatros a museos y embajadas) y habituados también a comprender un lugar dedicado a la cultura, el arte y el pensamiento, a priori, como un espacio expositivo, la noticia de la apertura de la CASA Medifé es dos veces rompedora. Para conocerla conviene esperar a que inviten -aunque la puerta esté siempre abierta, es mejor cuando el anfitrión esté esperando con algo que ofrecer-, ya que después de diez años de labor, por primera vez prometen producir una programación propia que convoque a “leer, conversar, mirar y conocer”, como definen los cuatro ejes de este proyecto. Entre otras actividades habrá un taller para hacer un libro de cero, un ciclo de diálogos sobre diseño, performances, jornadas varias.
El edificio de Ayacucho 1945, en pleno Recoleta -unas manzanas fashion agrupadas ahora como Distrito de moda-, no es nuevo. Allí funcionan las oficinas de esta entidad sin fines de lucro que trabaja en una avenida cultural relacionada con la salud en un sentido amplio. Sin embargo, ahora las vidrieras que dan a la calle -donde habrá que estar atento, porque “pasarán cosas” que se muerden la lengua por no revelar- dejan ver un living enmarcado por libros (tienen un sello editorial propio) y una sala con varias hileras de sillas de frente a una pantalla grande. Principalmente ese espacio alojará actividades gratuitas relacionadas con la literatura, el cine, la música. Será, como dice Daniela Gutierrez, gerenta general de la fundación, un lugar de encuentro, de reunión, de debate.
En un raudo avance de gestión colectiva, es decir, en colaboración con otros (Filba, La Noche de las Ideas, Malba, Untref, Ronda Cultural: la lista es larga y bien interesante), Medifé viene ganando protagonismo en la escena cultural. Con CASA -así, a secas- no busca competir con grandes centros culturales de la ciudad, más bien complementar la oferta de los grandes espacios. Y de paso confirmar que la fundación no es un ente de financiamiento. “Nos gusta crear, cocrear”, reitera Gutierrez, más de una vez, en la mesa larga de un desayuno de presentación que, se imagina, podría servir de apoyo a un taller para poner manos a la obra. Esa mañana, Jorge Piva, comparó los principios de la fundación que preside con la que el recientemente fallecido poeta Antonio Gala fundó y es modelo en Andalucía, sobre todo respecto de su responsabilidad de estar en relación con los temas que atraviesan su tiempo y su sociedad.
A propósito de su pivote entre pensar y hacer, la próxima actividad será el 5, 6 y 7 de julio, con el taller La edición como práctica artística, a cargo de Gabriela Halac, responsable del sello DocumentA/Escénicas (preinscripción en fundacionmedife.com.ar). Luego, un ciclo denominado Punto de Encuentro, organizado a dúo con Fundación IDA, llegará en agosto, con diálogos interdiscipliarios sobre diseño (según un eje temático y la exhibición de objetos). Respecto de los diálogos internacionales, CASA afianzará la relación con las embajadas de Francia, España, Alemania, Uruguay y Portugal (como Lisboa será la ciudad invitada de honor a la próxima Feria del Libro, ya pergeñan un ciclo de letras contemporáneas referidas a autores de ese país como antesala). Entre otros nombres propios, cuando se refieren a su foco en “artes vivas” mencionan la participación de Club Paraíso, Emilio García Wehbi, Maricel Álvarez y Alejandro Tantanian.
Además, como buen “espacio multifunción”, la CASA prestará su espacio a proyectos que necesiten dónde alojarse. Vayan de a uno.
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