“Leer a Han Kang es impactante”, dice la “descubridora” de la obra en español de la Nobel de Literatura
Sunme Yoon, la traductora de la autora surcoreana Han Kang, vivió en nuestro país desde los cinco años y se formó en la Universidad de Buenos Aires: “Tengo la nacionalidad y el corazón argentinos”
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La traductora al español de las obras de la surcoreana Han Kang, Nobel de Literatura 2024, la surcoreana y argentina Sunme Yoon (Seúl, 1965), vivió en la Argentina desde los cinco años, desde 1971 hasta 1991. Estudió en el Colegio Nacional de Buenos Aires, cursó Letras en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y, luego, en España, hizo un doctorado en la Universidad Complutense de Madrid. Ella fue, en lengua española, la “descubridora” de la primera Nobel de Literatura para las letras coreanas. Ayer, no hubo medio en español que no consignara el nombre de Sunme.
“Viví en la Argentina desde los cinco años -dice en diálogo con LA NACION-. Nunca llegué a recibir educación de ningún tipo en Corea. Hice la primaria, la secundaria y la universidad en la Argentina. Viví veinte años completos allá, los más importantes de la vida de una persona, que son los de su formación académica y como ser humano. Tengo la nacionalidad y el corazón argentinos”. Sunme fue quien propuso a Miguel Balaguer, editor de Bajo la Luna, publicar La vegetariana, perturbadora y cautivante versión del mito de Dafne que salió en 2012. Con esa novela, Han ganó el Premio Booker Internacional en 2016.
En España, la pequeña editorial barcelonesa Rata compró los derechos de la obra de Han y Sunme, por decisión de la escritora y de su agente literario, se consolidó como la voz en español de la escritora. Luego, Penguin Random House adquirió los derechos. “Se nos fue para arriba”, bromea Sunme que habla con emoción de su labor con la literatura de Han. “Es una gran fortuna para todos este Nobel y a todos nos llueven las migajas de esta gloria”, confía.
“Sigo siendo su amiga, aunque no tengo mucho tiempo para verla, y ella menos todavía. Nos vemos una vez año. Han concede pocas entrevistas, es muy reservada; ahora supongo que preparará su discurso para la recepción del premio”, conjetura. Sunme nunca le hizo consultas a la autora mientras traducía sus novelas. “No lo digo para autoalabar mi capacidad como traductora, pero cuando una obra está bien escrita y no tiene grietas, como la de ella, no es necesario preguntarle al novelista qué quiso decir en tal o cual párrafo. La obra es autosuficiente y coherente, y no hay nada que reparar”.
Actualmente, trabaja para varias editoriales, entre ellas, la argentina Hwarang que publica exclusivamente literatura coreana. “Hace poco traduje al español El hombre del desván, de Cheon Un-Yeong que cuenta cómo termina un torturador de la dictadura coreana -dice-. Ahí tengo varias obras publicadas. Y soy profesora de traducción al español desde hace más de catorce años en el Instituto de Traducción Literaria de Corea (LIT), organismo público que promociona traducciones de obras coreanas y tiene una academia de traducción. Trabajo ahí desde que se creó la cátedra de traducción al español, y desde hace dos años soy profesora titular”.
“Sigo traduciendo, a Han Kang y a muchos otros autores -cuenta-. Aunque hago traducciones no literarias, la vida me ha llevado a la traducción literaria. La gente me pregunta si estudié traducción, pero yo hice Letras en la UBA y luego un posgrado en literatura medieval la Complutense de Madrid. Al venir a Corea, un derrotero natural me llevó a la traducción literaria”. Es probable que este derrotero permita que Sunme viaje a Buenos Aires en 2025, para la Feria del Libro porteña.
“A Han la traduje en mi primera época de traductora, en 2011, mucho antes de que recibiera el Premio Booker, y me enteré de que solo había sido traducida al japonés y a ninguna otra lengua occidental más que el español. Leí La vegetariana y flasheé, me quedé impactada. Leer a Han es impactante. Había salido una nota en un periódico coreano con los nombres de los escritores más prometedores y yo estaba buscando una novela para traducir, así que me compré los libros de esa lista y el primero que leí fue La vegetariana. Antes de terminar el primer capítulo, me dije ‘esto lo tengo que traducir’. A decir verdad no tuvo mucha repercusión en Corea cuando salió en 2007, era demasiado adelantada para la época y recibió críticas negativas”.
-Pese a eso, sugeriste que se tradujera en la Argentina.
-Por ser argentina, a mí me importaba un bledo el canon de Corea, yo quería traducir algo que me gustara y que le gustara al público lector argentino. La traje con mucha seguridad y el editor de Bajo la Luna lo publicó antes que nadie en 2012. Al año siguiente invitaron a Han a la Feria del Libro de Buenos Aires y se llevó la gran sorpresa de que la presentación fue a sala llena. Fue su primer viaje a las antípodas del mundo. Ya se habían vendido más mil ejemplares, un récord para una obra coreana
-¿La traducción contó con el apoyo del Estado coreano?
-Las obras de Han se tradujeron con subsidios de un organismo público de Corea, el LIT que promociona la traducción. En esa época se publicaba por los subsidios, no tanto por la obra. Yo la traduje sin conocerla personalmente, y ella luego me buscó en el LIT, agradeció mi trabajo y nos hicimos amigas. Así comenzaron nuestras andanzas. Ella ganó premios y yo también por la traducción de algunas de sus obras. Por suerte, vamos de la mano en el mundo hispano. Es impresionante esto para las dos y me emociona muchísimo.
-¿Qué libro recomendarías para empezar a leer a la Nobel de Literatura 2024?
-La Academia Sueca presentó su literatura como una prosa poética, pero los contenidos son todos impactantes, esa es la palabra, y a veces se queda corta. Creo que La vegetariana les puede gustar a muchos, en especial, a los que le interesa la temática femenina; tengan en cuenta que un libro de Han es muy poético pero también muy brutal. También Actos humanos. También traduje su última novela, hace uno o dos años; ya salió en francés y en inglés, pero en español saldrá el año que viene. Pude convencer al editor, y como primicia les digo que en español el título es Imposible decir adiós. Como en Actos humanos, hay un episodio histórico, una masacre detrás, pero por supuesto se cuenta una historia humana, no tan humana y terrible. Es otra hermosa novela, muy fuerte también.
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