Las sombras de Somerset Maugham, a pleno sol
MONTECARLO.- Para quienes además de mirar el tenis disfrutan de mirar el público, el campeonato que se juega aquí es fascinante. Nada de viejas zapatillas con polvo de ladrillo, discretos jeans o una gastada camiseta que lleva, con orgullo, el nombre del club donde se juega regularmente, como suele verse en otros torneos.
En cambio, un look popular (salvo para su Alteza Serenísima, pálido y de traje de oficinista) es el de bronceado permanente, pelo oxigenado batido, carteras de grandes logos, tacos de mareo (para ellas), relojes ornamentados gigantes (para ellos) y la mirada escondida tras las maxigafas del momento.
"Un lugar al sol para personas con actividades a la sombra", fue como William Somerset Maugham definió a esta Riviera. Cuando se ven ciertos personajes (por ejemplo, un fan con una pancarta con el nombre de su club, en la que detrás había escrito que ofrecía 1000 euros al camarógrafo que lo sacara en TV), aún en acontecimientos deportivos la frase vuelve a la mente.
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Pero la referencia a Somerset Maugham es pertinente, además, por una nueva biografía del gran escritor para la cual, por primera vez, se tuvo acceso a sus papeles privados, los cuales iluminan sus años finales en la vecina Cap Ferrat.
Maugham aquí también jugó al tenis y al golf, navegó, fue a la boda de Grace Kelly y recibió en su mansión morisca de T. S. Eliot y Rudyard Kipling a Winston Churchill. Pero, sobre todo, llevó una existencia sórdida que Selina Hastings prueba en Las vidas secretas de Somerset Maugham .
Aquí, en las palabras de Gore Vidal, una persona que había pasado toda su vida construyendo y cuidando su reputación, la terminó dinamitando con su obsesión ya senil por su cuerpo, el sexo y forma en la que lo manipularon sus amantes, justamente a él, que siempre pensó que manejaba los hilos de todas las marionetas.
Su célebre frase sobre las actividades a la sombra posiblemente se aplique a él mejor que a nadie, pero el libro de Hastings está siendo muy alabado porque logra algo tan difícil como narrar con agudeza, pero también con enorme compasión.