Las lecturas de Florencia Kirchner en Cuba: pesadillas, maternidad, modelos de belleza y locura
Virginia Woolf y Sylvia Plath son sus autoras favoritas. Las "número uno", como ella misma pregona en las redes sociales. Desde que abrió una cuenta de Instagram, hace un mes, en La Habana, Florencia Kirchner postea todos los días (o, a lo sumo, día por medio) fotos de un libro, con párrafos subrayados y comentarios muy personales sobre la autora y sobre las sensaciones que le genera cada texto. Son reseñas breves y contundentes: en su mayoría, alrededor de cuestiones como el modelo de belleza, la imagen del cuerpo, los deseos, las pesadillas. Sus lecturas actuales también incluyen a otras escritoras como la chilena Lina Meruane, la argentina Camila Sosa Villada y la francesa Julia Deck. Son mujeres que escriben, en ficciones o ensayos, sobre temas como la maternidad, la enfermedad, la locura, la sexualidad femenina.
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Desde la capital cubana, donde sigue con un tratamiento médico hace más de un año –la justicia pidió el mes pasado un informe sobre su estado de salud – la hija de Cristina Fernández y Néstor Kirchner comparte con sus 137 mil seguidores fotos donde aparece, por ejemplo, con la cara tapada por un libro o con uno de los ejemplares que recomienda apoyado sobre su cuerpo. Las imágenes están acompañadas por citas como: "Tengo sueños, pesadillas… que a nadie se las cuento, por las dudas, no sea cosa que vayan a parar a la historia clínica" (del libro Los montes de la loca, de Marisa Wagner, publicado por Milena Caserola).
En ese post, del 13 de febrero, Florencia recomienda: "Lean a Marisa Wagner. No importa si están interesadxs en la poesía o no, porque meterse en sus versos es dejar de darle vuelta la cara a la salud mental, es romper con los imaginarios preconcebidos por la máquina reina que moldea y etiqueta para las cabezas de los demás, esa, que discrimina y excluye. Psicóloga, poeta, militante, estuvo internada en neuropsiquiátricos y nos habla desde adentro, de la vida entre paredes. Como cuando nos dice que hace 731 [días] no ve amigos, no tiene sexo, no va al cine. El conjunto de todos estos poemas muta en un grito a los psiquiátricos de Argentina, y me animo a llevarlo más allá: de todos lados. Como dice la contratapa de Moffatt, exponía lo que la cultura burguesa niega: la locura y la muerte. Poetizaba estas circunstancias de existencia. Resumo, porque nada de lo que escriba puede hacerle justicia a esta mujer". Psicóloga social, Wagner estuvo internada en la Colonia Montes de Oca y murió en agosto de 2012. El homenaje de Florencia a la poeta tuvo 12.924 Me gusta.
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Uno de los post más recientes estuvo dedicado a Lina Meruane (Santiago de Chile, 1970), una escritora y docente chilena que ganó en 2012 el Premio Sor Juana Inés de la Cruz por su novela Sangre en el ojo. Dice Florencia: "Lina Meruane, en uno de sus libros, habla de lo que sucede cuando la mujer desea cosas fuera del rango materno. Y voy a eso: fuera del rango materno, según las lógicas patriarcales, existe también la enfermedad de la madre". A continuación, cuenta que ese libro la marcó muy fuerte: "Dos años de esa lectura, y me sigue siendo abrigo poderoso contra el puritanismo con el que intentan envolverlos a lxs que nos salió una persona del cuerpo. Estamos militando por maternidades deseadas, sí ¿pero qué ocurre cuando una es madre? ¿Por qué tanto miedo da desmitificar lo que es una madre? Simple: porque nos juzgan de no querer a nuestrxs hijxs". E incluso, va más allá al hablar sobre su hija: "El año pasado por largos periodos no pude ver a mi hija, y cuando venía tampoco podía estar tiempo completo. Yo no era buena para ella. Atravesaba fuertes crisis y dolores físicos. Me vomitaba en los pijamas la impotencia y no sabía si era mejor mi ausencia o mi presencia rota. Esta foto es de cuando ya pudimos. De los días de saltar un poco la soga, de escuchar ocho mil veces la misma canción y escribir juntas su nombre: Helena".
El comentario está acompañado por una foto en blanco y negro donde se la ve de espaldas junto a su hija, de la mano. En otra foto del mismo post aparece un párrafo subrayado de la novela Viviane Élisabeth Fauville, de Julia Deck, que explora los límites entre la razón y la locura: "¿Le parece realmente que es un lugar adecuado para una niña?, dice enojado. ¿Le parece realmente que es un lugar adecuado para mí?, dice Viviane…" Solo se leen esas frases destacadas, ya que el resto aparece tachado con un efecto digital. Le dieron Me gusta unos 29.900 usuarios de la aplicación.
Así como Woolf y Plath son sus autoras clásicas preferidas, entre las argentinas contemporáneas están los libros de Camila Sosa Villada. En una foto que subió el 2 de marzo, se ven las tapas, con la novela Las malas en primer plano. El comentario de la bookstagramer K dice: "Uno de los primeros libros que leí cuando llegué acá fue Las malas de @camilaomara y me puse como loca. Le mandé un mensaje a través de una amiga en común porque necesitaba manifestarle mi exaltación. Entre todo el tiempo que pasaba sola se me sumaba una nueva escritora de esas a las que quiero leerle cualquier cosa que publiquen. […] Veo que muchas compañeras a veces buscan ensayos feministas para formarse, para buscar respuestas, desde acá, les recomiendo que paren un poco, y que lean esto. Estoy pronta a leerme El viaje inútil y Tesis sobre una domesticación, porque siento que termino entendiendo mucho más con ella que con mil textos de academia. Y esto va sin ofender, pero lean también ficción, textos de narrativa, memorias, diarios. Para mí, mueven cosas en el corazón que inevitablemente se te suben a la cabeza y te la llenan de pájaras sabias. Y es que ella Escribe, con mayúscula. Este libro no es únicamente valioso por lo que cuenta, lo es también por su lenguaje, que a mí me traía pequeños recuerdos de El Amante, de Marguerite Duras, y tanto fue así, que pedí que lo busquen en mi biblioteca y me lo manden para encontrarme con cosas que había subrayado hace años. No quiero escribir mucho más, prefiero dejarles fragmentos y pasajes en las fotos, porque cualquier cosa que pueda decir yo de esto es mínima ante este libro. Fanática de El Amante me volví también amante de Camila".
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En la biblioteca de Florencia en Cuba están los diarios de Woolf. En una foto está destacada la frase: "La lógica del comportamiento se me escapa". Y la imagen donde aparece la tapa del libro fue tomada en una habitación del hospital cubano donde reside. Por detrás se ven aparatos médicos, de esos que están siempre a mano por si se descompensa el paciente. "Es el primer tomo de sus diarios, no es mi favorito, tiene varios tomos, no los leí en orden y prefiero los de 1925 a 1930. Pero no por eso deja de parecerme una tremenda a la que nunca puedo parar de leer. Es con la que sentí que aprendí a escribir. Y algo que me provocó escalofríos es que desde febrero de 1915 a agosto de 1917 no escribió nada, porque cayó internada por una de sus crisis y no le permitían escribir porque eso la excitaba. Cuando retoma el diario no hay una sola palabra de eso, es la editora del libro la que te lo narra. Más adelante Virginia lo terminó haciendo y también se ve en sus novelas, pero en un principio ni siquiera lo hizo en un diario personal, eso de poner la enfermedad en primera persona".
El comentario continúa con una reflexión sobre la enfermedad: "Por eso hablo de esto acá porque estos temas parece que hay que guardarlos en el hueco de un tronco y que te los custodie el árbol. Que nadie sepa. Que nunca hablar porque es exponer. Mientras nos exponen frivolidad hasta las costillas. Está bien mostrar tu pareja, tus hijxs, el cuerpo de gimnasio, la ropa, la plata, la fiesta, el trucho reviente, pero ante enfermedades psíquicas, y el dolor: que exista una nueva boca cerrada. No me da vergüenza, ni tampoco es desahogo. Es usar la palabra para otrxs, y también para mí. Abro la boca y se me revela sola. Me quiero tocar las manos y se me adelantan en movimiento. Cuando salí, arranqué de las matas y llené las páginas de hojas verdes".
El tributo a Plath, del 23 de febrero, superó los 24 mil Me gusta. En la imagen se ve la tapa del libro en inglés (The Bell Jar) cubriendo parcialmente su rostro. "Sylvia, mi otra uno –dice en el inicio–. La campana de cristal es una novela que me llevo para todas partes. La novela que más regalé, y presté (sí, la edición en español la dejé prestada en Argentina). Estaba desaparecida y ahora me cuentan que volvieron a reeditarla, así que volverán los regalos de cumpleaños de esta obra (de arte y de todo) que fue publicada por primera vez con el seudónimo de Victoria Lucas. Ser mujer a fines de los 50. Padecer trastornos mentales a fines de los 50 ¡Hola electroshock! Y toda la opresión patriarcal que trastorna. Sí, el patriarcado trastorna. Y acá puse mucho años 50, pero esta novela no pierde vigencia en absoluto. Leo lo que muchos me escriben a raíz de lo que publiqué y sé que en esta novela van a poder encontrar tanto cómo encontré yo. Otro día vamos con los diarios que son otra locura. Y la voy cortando acá porque siempre que hablo de esto me vuelvo intensa, por no decir insoportable. Les dejo uno de mis fragmentos favoritos: ‘Empecé a comprender por qué los aborrecedores de mujeres podían burlarse de tal manera de ellas. Los aborrecedores de mujeres eran como dioses: invulnerables y colmados de poder. Descendían y luego desaparecían. Nunca se podía atrapar uno’."
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