Larisa Andreani, presidenta de arteba: “En las diferencias hay un gran valor”
A un año de haber asumido y a punto de celebrar tres décadas de la feria de arte con una edición inclusiva en La Boca, asegura que la búsqueda de equilibrio es prioritaria en su gestión
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“Alinear equipos”. Eso responde de inmediato Larisa Andreani cuando se le pregunta qué le resultó más fácil durante este año como presidenta de la fundación arteba. Todo un desafío en un país tan polarizado como la Argentina. Igual de llamativa es su respuesta ante lo que considera su mayor reto de estos meses: el alto nivel de exposición que implica el cargo, algo que asegura no haber buscado.
Criada en Santa Fe y acostumbrada a trabajar mucho con perfil bajo, hasta llegar al directorio en la empresa familiar fundada por su bisabuelo italiano, Andreani menciona varias veces la palabra “diversidad”. Es lo que define el espíritu de su gestión y de la próxima edición de una de las ferias de arte más importantes de América latina, que celebrará desde el miércoles sus treinta años con un encuentro en La Boca que incluirá actividades gratuitas al aire libre y proyectos para fomentar compras “con fines colaborativos”. Todo un cambio de rumbo para la institución tras una fuerte crisis atravesada durante la pandemia, que obligó a reinventarse.
“Equilibrio” es otra de las claves que propone Andreani para esta nueva era, resultado de un largo “proceso de escucha” a las necesidades y demandas de la escena federal. Casi doscientas personas fueron consultadas el año pasado sobre las fortalezas de la fundación, lo que se podía mejorar, los desafíos y los atributos que debían tener las nuevas autoridades. Sobre esa base se propusieron decenas de candidatos, que se fueron descartando por votación hasta llegar a la elección de Andreani y de su vicepresidente, Eduardo Mallea. “Queríamos que fuese una devolución comprometida y eso me dio seguridad -señala-. Porque hay una estructura que sostiene”.
-Después de la crisis del año pasado parece haber habido un fuerte cambio de paradigma en el modo de conducir la fundación. ¿Podrías describir los ejes principales de esa transformación?
-Ese proceso de escucha es para nosotros como nuestra “Biblia” de gestión. Porque fue muy profesional y metódico, y pudimos tener mucha información sobre cuáles son las necesidades y oportunidades de mejora que tenemos dentro de esta gran familia del ecosistema del arte. Somos una feria muy distinta a otras, porque somos una ONG y damos servicio a distintos públicos. A los artistas, que puedan producir; a las galerías, que puedan vender, y a los coleccionistas o las instituciones, agentes que dinamizan el mercado, que puedan atesorar esa producción. Por otro lado, como fundación, tenemos el fuerte propósito de expandir ese mercado, de ir a nuevos públicos. Tenemos la necesidad de hacerla más popular o inclusiva.
-¿Cuáles son los principales cambios que surgieron de ese proceso de escucha?
-El primer eje de trabajo es que el contexto manda. Sabemos que tenemos que adaptarnos a las circunstancias, de salud e incluso económicas. Ese “equilibrio” es una palabra del proceso de escucha a la que volvemos todo el tiempo. Cuando hablamos de lo más “exclusivo” o perfilado a la venta, o lo más inclusivo y popular, estamos tratando de equilibrar actividades. Por eso generamos en esta edición un día, el miércoles 3, solo para coleccionistas e instituciones. El jueves va a estar más ampliado a otros coleccionistas, y se empieza a abrir la programación artística. Viernes, sábado y domingo va a estar totalmente abierta al público, con actividades gratuitas al aire libre. Otra cosa de la que somos conscientes es que arteba es una marca muy potente. Y queremos no solamente cuidarla sino expandirla lo máximo posible, a nivel internacional y federal.
-¿Tienen previsto llevar la feria a otras provincias?
-Dentro de la nueva feria, el 20% de las galerías son de ciudades que no son Buenos Aires. Eso es algo bastante novedoso. Tenemos muy claro el objetivo de seguir profundizando esas conversaciones, esos vínculos con Giro, Junta, Faro, Meridiano, con todas las cámaras de galerías. Estamos pensando en distintas estrategias: programas de coleccionistas, visitas, trabajo en conjunto. Todavía no lo terminamos de desarrollar. En los últimos seis meses nos focalizamos en esta feria, que es nueva y nos dio muchísimo trabajo. Tuvimos que reinventarla, desarrollar proveedores nuevos, una nueva manera de trabajar, un equipo nuevo… Una vez que terminemos vamos a hacer balance, y en diciembre proyectaremos el 2022. Por ahora hay objetivos claros y estrategias a trabajar.
-¿O sea que todavía no tienen un panorama de cómo sería arteba 2022?
-Tenemos deseos y sueños, pero no todavía cómo va a ser la próxima feria. Vamos a ver cuál es el contexto económico, el contexto de las galerías, cómo se comportó el público… Queremos darnos ese tiempo.
-¿Esa sería otra clave de este nuevo paradigma? ¿Ir paso a paso?
-Sin prisa pero sin pausa, y sin descuidar el largo plazo. Son dos ejes en los que venimos trabajando sistemáticamente. Somos trece personas en el consejo; por suerte tenemos perfiles muy diversos y vamos cubriendo las distintas áreas, estratégicas y tácticas. Otro de los ejes es el modelo económico sustentable para las galerías y los artistas. Que sea sustentable la internacionalización y el trabajo hacia todo el país.
-¿Qué tienen pensado para fortalecer el mercado a nivel internacional?
-Esa conversación la vamos a tener después de esta feria, que empezamos a pensar en febrero y fuimos adaptando a los nuevos momentos.
-¿Considerás que el modelo de trabajo en red que están proponiendo podría ayudar a sanar grietas en un país tan polarizado?
-Como grupo de trabajo creemos realmente en que en las diferencias hay un gran valor. Siempre vamos encontrando puntos que nos mejoran y nos hacen crecer y avanzar. Tanto las trece personas que formamos parte del consejo, incluso el internacional, en el staff… Todos tenemos grandes diferencias, sobre muchas cosas.
-O sea que se preocuparon porque el equipo de trabajo también sea diverso.
-Sí, totalmente. Y que tengamos miradas diferentes y contrapuestas, porque nos lleva a trabajar cada punto y estresarlo al máximo, y evaluarlo desde distintos puntos de vista. Incluso es algo que tratamos de forzarlo, muchas veces. Aunque no tengamos diferencias, siempre que hay problemas tratamos de pensarlos con distintas miradas.
-¿Creés que la escena del arte local puede superar la imagen elitista que solía tener al integrar públicos diversos?
-Claro que sí, es un objetivo muy claro y muy profundo de arteba. Su génesis y su propósito fundamental: trabajar no solamente para generar nuevos públicos, sino también nuevos compradores. Yo por lo menos estoy encontrando con gente que te dice “no soy coleccionista” pero compra sistemáticamente y visita galerías; que se fue acercando al arte, a valorarlo y atesorarlo. Creo que el trabajo que hace arteba, de ir abriendo públicos, va permeando en ese sentido.
-¿Cómo dirías que es el perfil de ese nuevo coleccionista?
-Gente de entre 30 y 50 años que va comprando lo que le gusta, recorriendo, y comprando de manera muy auténtica. Que empieza a ir a ferias, a visitar galerías y museos, a ir a bienales, tomándose esta actividad muy en serio y disfrutándola. En las ferias de Rosario y en Córdoba conocí a muchos, que también están en agenda en nuestro programa de coleccionismo. Está sucediendo, son buenas noticias.
-¿Cuál fue tu principal desafío desde que asumiste como presidenta de arteba y cómo lograste superarlo?
-Asumir (risas). Un poco la exposición, algo a lo que no estoy acostumbrada ni busqué. Pero se dio de una manera que terminó siendo natural. Hace algunos años decidí no dejar de hacer cosas por tener miedo, así que acá estamos, fuera de la zona de confort.
-¿Qué fue lo más fácil que te tocó este año?
-Alinear equipos. Eso se dio muy naturalmente. Tanto en el consejo como en el staff, todas las personas son muy comprometidas y muy trabajadoras. Es mucha gente, con perfiles muy diversos, miradas muy distintas. Y sin embargo, muy fáciles de alinear porque tienen muy claro el propósito de arteba.
-Decías que la próxima edición todavía es un sueño. ¿Cuál sería tu sueño?
-Muchas galerías vendiendo, que más artistas puedan vivir de su trabajo, tener un mercado potente. Pero esto no es un sueño para el año que viene, sino a futuro. Que el arte argentino valga, que se pueda generar una industria cultural. Que pese dentro dentro del PBI, como en otros países.
-¿Cuál sería el camino para que el arte argentino tenga más valor a nivel internacional?
-El desarrollo de políticas públicas. Largas, sostenidas, como las tuvo Brasil. Que tiene buenísimos artistas pero no son mejores que los nuestros, y la diferencia de precios es abismal. Hace veinte años los mercados de arte argentino y brasileño eran bastante similares, y lo único que cambió fue un trabajo sostenido de políticas públicas, instrumentos impositivos, no hay aranceles de importación ni exportación… Venimos hablando con los distintos organismos de gobierno: es entre todos y es en red. No es tan difícil la receta.
-¿Volviendo al proceso de escucha... Se sintieron escuchados?
-Sí, completamente. No sólo escuchados, sino que estamos todo el tiempo en diálogo. Hay intereses alineados también.
Para agendar:
arteba, del 3 al 7 de noviembre en Arenas Studios (Av. Don Pedro de Mendoza 965, La Boca). Compra de entradas online en www.arteba.org. General: $600, estudiantes y jubilados: $300
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