Larisa Andreani: “El arte tiene el poder de inspirar, de unir a las personas, de sanar”
La presidenta de la Fundación arteba anticipa cómo será la próxima edición de arteba, del 30 de agosto al 1° de septiembre en el Centro Costa Salguero, y enumera las claves del éxito de la feria
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La lista es larga: la edición de arteba que abrirá al público desde el 30 de agosto hasta el 1° de septiembre, en el Centro Costa Salguero, promete sorprender con varias novedades. Entre las que enumera en una entrevista exclusiva con LA NACION Larisa Andreani, presidenta de la fundación sin fines de lucro que impulsa desde hace más de tres décadas una de las ferias de arte más importantes de América Latina, se cuentan las propuestas “muy renovadas” de las galerías de la sección principal y una instalación inmersiva de Mimi Laquidara que recibirá en la entrada.
También un programa de performance curado por Osías Yanov; la celebración de los cien años de Van Riel y los diez de Barro, y múltiples distinciones: el Premio arteba al Coleccionismo, el premio Pinamar, que se definirá entre cinco seleccionados; el nuevo premio al mejor stand, otorgado por Remax, y el Premio en Obra, que el año pasado logró un récord de recaudación.
A todo esto se suman un line-up de música de DJs organizado por Lollapalooza, el Comedor Gourmet de Villa Fiorito y el flamante programa gratuito de asesoramiento de obra a cargo de Zonaprop: como cuando va a comprar un departamento, el interesado en adquirir una obra indica cuál es su presupuesto y qué tipo de arte le gusta.
–¿Notás un perfil de nuevos compradores?
–Sí. Hay un grupo que son jóvenes de 25, 35 años, que tienen un excedente porque son profesionales que trabajan en empresas de tecnología, cine, publicidad. En la mayoría de los casos sus familias coleccionan, pero quieren generar la suya propia. Quieren separarse, de alguna manera, de sus padres. También vemos que hay muchos compradores que se han ido generando en las ferias que suceden fuera de Buenos Aires, que desarrollan un nuevo público. Hay un vínculo virtuoso con las ferias de otras provincias como Córdoba, Corrientes, Salta y Santa Fe, donde hay otros artistas, otras galerías y otros precios, en otros momentos del año. Después, también, se acercan a arteba. Ese desarrollo de público lo vamos haciendo entre muchos.
–¿Cómo fue el balance del Club arteba, que impulsaron para generar nuevos públicos?
–Estamos muy contentos. Lo lanzamos el año pasado, después de la feria. Tenemos más de cien miembros. Nuestra idea es que su crecimiento sea orgánico, porque el propósito es generar comunidad. Queremos estar cerca durante el año con las personas que sentimos muy próximas a la institución, que vienen a la feria, y desarrollar nuevas audiencias. Muchos de ellos son nuestros mecenas, lo que nos ayudan a apoyar la adquisición de obras de arte argentino para los museos. Pero también nos permite estar cerca de gente que está interesada en comprar, en entender un poco más el arte desde el punto de vista del mercado. Hacemos visitas a talleres de artistas, a galerías, a colecciones, a instituciones, con algún valor agregado. Tratamos de que sea una experiencia diferente a la que puedas tener si vas por tu cuenta. Hoy el arte es más interdisciplinario: si un artista trabaja con cuestiones astrológicas entonces alguien tira las cartas, o terminás comiendo algo que prepara el artista, o hacés un taller educativo.
–¿Cuáles son las tendencias que ves hoy en el arte y cómo van a estar representadas en la feria?
–Hay muchos más cruces entre disciplinas. Otra cosa que se ve, en la Argentina y en el mundo, tiene que ver con lo político, con lo social. El arte como medio de discusión, de reflexión, para seguir profundizando en las problemáticas que todavía seguimos cuestionándonos como sociedad. Una gran parte de la producción de los artistas refleja esos temas: género, identidad, indigenismo. Se ve un montón en las ferias internacionales.
–¿En qué se va a reflejar este año el perfil cada vez más inclusivo de la feria?
–Uno de nuestros objetivos es hacer una feria diversa. Entonces, vas a encontrar lo que antes era el “VIP”, un espacio de coleccionistas y profesionales patrocinado por Santander, pero a la vez un restaurante gerenciado por el Comedor Gourmet de Villa Fiorito, impulsado por curadoras y artistas en el barrio. La idea es despertar el sabor por la comida y vocaciones. A la vez, cada plato de comida que se vende en la feria es un plato de comida para el comedor. Otro punto que ancla la diversidad es que vamos a tener en el patio un line-up de música de DJs organizado por Lollapalooza. Nos da mucha alegría poder concretar esta variedad de propuestas en una feria que es más rica en sí misma.
–¿Cuántas galerías del exterior va a haber?
–El 90% de las galerías son de nuestro país. Muchas de ellas no son de Buenos Aires. Hay galerías de 15 ciudades, de distintas provincias. No hay un “cupo federal”, sino que aplican de todo el país y eso está creciendo. Hoy tenemos vínculos muy orgánicos con las ferias regionales y con las cámaras de galerías de todo el país. Ya no es necesario dejar un determinado espacio para galerías que no son de Buenos Aires, sino que sucede solo. Antes se te dificultaba encontrar una galería del NOA de arte contemporáneo. Hoy sucede naturalmente, por eso te hablaba de lo novedoso de las propuestas. Otra noticia linda es que hay un mercado que sigue en crecimiento: tenemos un 10% de galerías nuevas y es un montón, en un contexto como este.
–Pese a la crisis siguen abriendo galerías, las muestras se multiplican y se amplían instituciones como el Malba y Arthaus. ¿A qué crees que se debe esta capacidad de resiliencia de la escena del arte en la Argentina?
– Creo que a varios factores. Por un lado, a la vitalidad y la fortaleza que tiene nuestra comunidad artística. El arte tiene el poder de inspirar, de unir a las personas, de sanar. Especialmente en momentos de crisis, y nosotros como país hemos pasado por muchísimas. La experiencia que tenemos es que en años en los cuales hay mucha convulsión e insatisfacción social, son buenas ediciones de feria. Siempre decimos que el arte es un refugio emocional, y es realmente así. Nos venimos sorprendiendo año a año. En 2023 tuvimos un récord de ventas, y parecía un año realmente difícil. Otro factor es que en la Argentina siempre hemos tenido una rica tradición de interés en el arte: grandes coleccionistas y empresas muy comprometidas. Hay muchas personas que entienden el arte y la cultura como un medio para enriquecer a la sociedad. Instituciones como Malba y Arthaus no solamente tienen exposiciones de una excelente calidad, sino que también generan espacios de educación y de diálogo. Cuando la propuesta es buena, el público responde. Fue lo que pasó ahora con la feria de Salta: se vendió un montón.
–¿Cómo van a estar los precios en arteba?
–El arte argentino es de excelente calidad, y sigue siendo muy accesible. Por supuesto que es para gente que tiene un excedente económico, no estamos hablando de artículos de primera necesidad. Pero en la ecuación, como valor simbólico y económico, sigue siendo una buena inversión. En Utopia vas a encontrar obras de todos los precios y en la sección principal, obras de consagrados o grandes maestros a precios súper lógicos.
–¿Cómo ves la situación de las ferias a nivel internacional?
– Después de la pandemia hubo toda esa discusión, sobre si seguían existiendo o no las ferias. Además del impacto que tienen en las economías locales, el público sigue valorando lo presencial. Porque la vivencia es irreemplazable: visualizar detalles, la textura, mirar la escala, la vibración del color. Hay un montón de cosas que no se pueden ver en una foto o en un recorrido virtual. Es un lugar de encuentro y contacto directo. Ninguna otra situación del arte genera lo que generan las ferias: tener intercambios de ideas, fomentar relaciones comerciales y colaboraciones, conversaciones entre artistas, galeristas y curadores. Y eso es fundamental para el desarrollo de todo el sistema del arte. Son lugares a los que la gente no va únicamente a comprar. El cruce con la música, con los espacios gastronómicos, hace que se acerquen audiencias más jóvenes, que están mirando el mundo desde un montón de perspectivas.
–¿Por qué vienen menos galerías del exterior?
– Después de la pandemia, las galerías miran más dónde participan. Necesitan saber si van a recuperar lo que invierten. Por otro lado, históricamente había un régimen de promoción para que participaran: gran parte del stand no lo pagaban, estaba subsidiado por arteba. Después de la pandemia, la fundación tomó la decisión de sostener el mercado regional. Es nuestro propósito fundacional que los artistas argentinos vivan de su trabajo, y no creemos que por no promocionar galerías del exterior la feria esté perdiendo valor. Estamos generando una feria muy rica, muy atractiva. Vienen muchos coleccionistas y curadores de museos de afuera y se quedan maravillados con arteba porque tiene una identidad distinta a otras ferias del mundo. Hay confianza en la calidad, que es muy buena, y suceden cosas que en otras ferias no suceden.
Para agendar:
arteba 2024 en el Centro Costa Salguero (Av. Costanera Rafael Obligado 1221), del 30 de agosto al 1 de septiembre, de 12 a 20. Entradas disponibles en arteba.org
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