La vida de las formas
Se cumple el centenario de la muerte de Paul Cézanne, uno de los padres del arte moderno, admirado por nabis, fauves y cubistas
Hace cien años murió en Aix-en-Provence, Francia, Paul Cézanne. Sin duda alguna, como Georges Seurat, Vincent Van Gogh y Paul Gauguin, fue uno de los padres espirituales del arte del siglo XX. Así lo asegura el historiador Werner Hofmann, quien señala que el principal elemento compartido por los cuatro fue la "rectificación" de la concepción impresionista del mundo.
Cézanne, estudiante de derecho en su juventud, fue un artista de formación tardía, que encontró su camino guiado por Camille Pissarro, nueve años mayor que él. Fue compañero de estudios y amigo de Emile Zola, frecuentó la Académie Suisse, admiró a Delacroix y Manet, también a Tintoretto, Velázquez y Poussin.
En 1874 estuvo entre los fundadores del impresionismo, pero muy pronto rebasó los límites de ese movimiento. Se liberó de la óptica estricta practicada por Claude Monet y sus compañeros para practicar un arte que encarnaba su crítica. Estaba preocupado por sustraer la pintura del culto a la pura sensación; quería que todos los objetos pintados fueran percibidos en esquemas geométricos. Así abrió el arte a las investigaciones de los tiempos modernos y dio un paso considerable hacia la destrucción del espacio del naturalismo, ya sea realista o clasicista.
Cézanne expuso por última vez con los impresionistas en 1877. La hostilidad con la que fue recibida su obra por parte del público y de la crítica le causó un profundo pesar; por ese motivo se retiró a su casa de Aix-en-Provence, donde permaneció hasta su muerte, con la excepción de algunos desplazamientos en busca de motivos para sus cuadros y de las temporadas que pasó en París. Alejado del público, de los críticos y de sus amigos pintores, sólo obtuvo cierto reconocimiento en fecha tardía, luego de su exposición en la galería de Ambroise Vollard, en 1895. Los cincuenta cuadros exhibidos en esa oportunidad habían sido seleccionados por su hijo Paul, Cézanne no asistió a la inauguración.
En esos años pintó algunas de sus obras más importantes, como Las grandes bañistas, en la que introdujo el desnudo en el paisaje, y Bodegón con Cupido, en la que está representado un ejemplar en yeso del Cupido de Pierre Puget, un escultor del siglo XVII.
En una de las cartas que escribió en las postrimerías de su vida Cézanne afirmaba que el pintor debía ser un pintor, sólo un pintor: "La pintura -afirmaba- sólo tiene como fin a sí misma". Luego añadía: "El artista es tan sólo un receptáculo de sensaciones". Alguna vez dijo a Emile Bernard la célebre frase: "Tratar la materia mediante el cilindro, la esfera, el cono, todo ello puesto en perspectiva". Pero la perspectiva de la que hablaba no era el resultado de un trabajo geométrico, sino de la percepción. Por eso afirmaba: "Trato de expresar la perspectiva solamente mediante el color".
Cézanne no tuvo seguidores directos, pero dio impulso a muchos de los movimientos surgidos después de su muerte. No es casual que se haya definido al "solitario de Aix" como el artista más influyente entre todos aquellos que en la modernidad se ocuparon del problema de la "representación" de lo percibido. Fue admirado por los nabís (Paul Sérusier, Maurice Denis, Edouard Vuillard, Pierre Bonnard y otros). Denis pintó en 1900 una tela Homenaje a Cézanne, en la que los artistas del grupo aparecen admirando una pequeña naturaleza muerta del maestro. También fue reivindicado por los fauves y por los cubistas.
La última pintura de Cézanne, conocida como La cabaña de Jourdan, y algunas de las montañas de Sainte-Victoire están muy cerca, por lo menos en la técnica, del protocubismo de Pablo Picasso y Georges Braque. Ambos habían visitado en el Salon d´Automne, de París , la exposición conmemorativa de Cézanne, en la que se exhibían cincuenta y seis telas. En una entrevista de 1908, Braque afirmaba que "en Cézanne descubrimos un nuevo modelo de reconstrucción pictórica, pero sobre todo una revolucionaria sugestión de espacio". Ambos pintores habían coincidido en la experiencia de un arte de construcción que transformara en geometría los objetos representados.
Algunos de los homenajes que se tributarán a Cézanne con motivo del centenario de su muerte tendrán como escenario la ciudad de Aix-en-Provence, donde el pintor nació en 1839. Varias grandes exposiciones de su obra se presentarán en la National Gallery de Washington, en el Musée Granet de Aix y en el Musée d´Orsay de París.
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