La teoría como acción: la voz de Masotta, a 40 años de su muerte
La muestra del reconocido ensayista y crítico de arte sigue en el Parque de la Memoria hasta fines del mes próximo; se pueden ver obras sobre las que escribió y, además, trabajos propios
Ensayista, semiólogo, crítico de arte, psicoanalista, editor y docente, Oscar Masotta encarnó como pocos la figura del intelectual argentino en el siglo XX. Hasta el 24 del mes próximo, en el Parque de la Memoria, eso se puede apreciar gracias a la gran muestra que le rinde tributo, Oscar Masotta. La teoría como acción, al cuidado de la investigadora Ana Longoni, que desde febrero de 2018 dirige, en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el área de actividades de la institución española. Longoni fue la encargada de recuperar en un volumen los textos sobre arte que Masotta escribió a lo largo de su vida. Revolución en el arte (Mansalva) puso al alcance de los lectores escritos difíciles de encontrar junto a obras clásicas como El pop art y Happenings.
En 2019, se cumplen cuarenta años de la muerte del autor de Sexo y traición en Roberto Arlt. Masotta nació en Buenos Aires el 8 de enero de 1930 y murió, muy joven, el 13 de septiembre de 1979 en Barcelona, donde se había exiliado en 1975. Pese a su posición marginal en instituciones universitarias, psicoanalíticas y artísticas del país, se volvió una figura central en el proceso de modernización del campo cultural argentino entre los años cincuenta y setenta.
El proyecto expositivo intenta recuperar su laberíntica trayectoria intelectual. La muestra reúne material documental de procedencia diversa, junto con obras de artistas sobre los que él escribió: Roberto Jacoby, Eduardo Costa, Raúl Escari, Marta Minujín, Charlie Squirru, Dalila Puzzovio, Rubén Santantonín y Alberto Greco. Una sorpresa que se reserva a los visitantes es la exhibición de pinturas hechas por el propio Masotta.
"Por iniciativa de Cuauhtémoc Medina, curador jefe del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) de la Ciudad de México, acepté el desafío de convertir en una exposición lo que había sido inicialmente un libro", dice la curadora, que estuvo de visita en Buenos Aires. Publicado por primera vez en 2004, Revolución en el arte reunió los textos dispersos que Oscar Masotta había escrito sobre arte en los años sesenta. "Buscaba reponer su silenciada voz en medio del bloqueo inaudito que su lugar como teórico e impulsor de la vanguardia artística tenía por entonces. Pero la exposición no solo se propuso dar cuenta del vínculo de Masotta con el arte, sino también abarcar una trayectoria intelectual inclasificable, heterodoxa y capaz de conectar paradigmas teóricos como el marxismo, el existencialismo, el estructuralismo y la semiótica con modos de hacer habitualmente distantes, como la literatura, la política, el arte, la historieta y el psicoanálisis", dice Longoni a LA NACION.
Longoni menciona algunos ejemplos de las acciones teóricas de Masotta: "Repartió estampitas de Eva Perón en el café donde se reunía la intelectualidad antiperonista, en medio de la proscripción, en un provocador acto político y poético; propuso un abordaje de la literatura de Roberto Arlt desde la condición delatora de la clase media argentina; se arriesgó a definir el arte pop como un fenómeno norteamericano que no podía equipararse a los planteos de los argentinos; habilitó que un género popular como la historieta fuera leído en clave semiótica e ingresara al ‘templo de las vanguardias’ al organizar la primera Bienal Mundial de la Historieta en el Instituto Di Tella". Políticamente, se definía como "antiantiperonista".
Su temprana lectura de la obra de Jacques Lacan, autor al que descubrió en la biblioteca de Enrique Pichon-Rivière, lo convirtió en el introductor del psicoanálisis lacaniano en lengua española. Su conferencia "Jacques Lacan o el inconsciente en la filosofía", de 1964, fue el germen de sus libros Introducción a la obra de Jacques Lacan y Ensayos lacanianos, de 1977.
"Hay señales claras de que Masotta está siendo redescubierto –sostiene Longoni–. Me gustaría que esta exposición no contribuya a canonizar su figura, sino que produzca el efecto de desconcertar".
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