La señora Dalloway antes de “La señora Dalloway” en siete cuentos de Virginia Woolf
Se publica la serie de relatos de la escritora británica vinculados con su cuarta novela, la primera de un gran ciclo narrativo; hoy se conmemora el 142° aniversario de su nacimiento
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La pareja de personajes formada por Richard y Clarissa Dalloway, ilustres gracias a la genialidad de la escritora Virginia Woolf (1882-1941), aparecieron antes de la publicación de La señora Dalloway, en 1925. Ambos están en la primera novela de Woolf, Viaje de ida (también traducida como Fin de viaje), de 1915. “Allí en el capítulo III, Richard, exmiembro del Parlamento británico que, por algún problema político, quedó fuera de esa institución y debió ausentarse de su país por un tiempo, y su esposa Clarissa, hija de otro aristocrático exfuncionario, utilizan sus influencias de clase para subirse en Lisboa a un barco proveniente de Inglaterra con rumbo a una ficticia excolonia británica en Sudamérica”, informa el traductor y escritor Pablo Ingberg en el prólogo de La fiesta de la señora Dalloway (Losada), que reúne siete cuentos escritos antes del lanzamiento de una de sus obras maestras. Este jueves se conmemora el 142° aniversario del nacimiento de Virginia Woolf, la gran escritora británica del siglo XX.
La edición de Losada, bilingüe y con traducción del inglés de Ingberg, agrupa en un solo volumen los cuentos emparentados con la fiesta de los Dalloway en su residencia de la calle Bond. La famosa primera línea de la novela (”La señora Dalloway dijo que iría ella misma a comprar las flores”) en el cuento era: “La señora Dalloway dijo que iría ella misma a comprar los guantes”. En la novela y en los cuentos, la autora perfecciona el método narrativo que entreteje el monólogo interior con el discurso directo, y con el discurso indirecto y el indirecto libre. Las mentes y las emociones de los invitados son registradas caleidoscópicamente por la escritora.
“Es un libro de cuentos: uno que le disparó la escritura de la novela, ‘La señora Dalloway en la calle Bond’, fue publicado en la revista estadounidense The Dial en julio de 1923, y los otros seis los fue escribiendo al mismo tiempo que la novela con escenas marginales -dice Ingberg a LA NACION-. Se publicaron juntos por primera vez en inglés como La fiesta de la señora Dalloway en 1973 por iniciativa de la investigadora inglesa Stella McNichol”.
Tímidas lectoras de Shelley, aristócratas damas punzantes y amigos de los Dalloway protagonizan las historias. “Ah, estaba hecho de millones de cosas y cada una le resultaba nítida; la abadía de Westminster; la sensación de tener alrededor solemnes edificios inmensamente altos; ser mujer -se lee en ‘La presentación’-. Quizá fue esa la que salió, la que permaneció, fue en parte el vestido, pero todas las pequeñas caballerosidades y respetos de la sala, todo la hizo sentir que había salido de su crisálida y estaban proclamándola lo que en la cómoda oscuridad de la niñez nunca había sido, esta criatura frágil y bella, ante quien los hombres se inclinaban, esta criatura limitada y circunscrita que no podía hacer lo que quería, esta mariposa con mil facetas en los ojos y espléndido plumaje delicado, y dificultades y sensibilidades y tristezas innumerables; una mujer”.
Ingberg también tradujo para Losada Un cuarto propio, El cuarto de Jacob, Freshwater (obra de teatro para representación privada en una reunión del grupo de Bloomsbury) y los cuentos completos de Woolf. La escritora Cristina Piña tradujo La señora Dalloway para la misma editorial.
“Dentro de la obra de Virginia Woolf La señora Dalloway es un libro fundamental pues en él logra un manejo deslumbrante del monólogo interior indirecto que es su gran característica cuando la comparamos con Joyce y Faulkner, que utilizaban el monólogo interior directo -dice Piña-. Además van a aparecer esos ‘momentos of being’ que funcionan como momentos en que se da una unión entre los seres humanos y el paisaje. Y el contrapunto entre el tiempo objetivo, es decir, cronológico y lineal y el tiempo subjetivo donde esos parámetros no existen sino que nos enfrentamos con la duración. En esa novela se afirman lo que serán las cualidades más típicas de su escritura”.
La novela transcurre a lo largo de un día de verano en la década de 1920, en Londres. El personaje de Clarissa contrasta con el de Septimus Warren Smith, veterano de la Primera Guerra Mundial atormentado por visiones que no puede explicar a su esposa Lucrezia. Mientras la señora Dalloway prepara la fiesta y recibe en su residencia a un amor de juventud (Peter Walsh), Septimus padece los efectos del trauma bélico (y los sermones de un médico) en Regent’s Park. La noticia del suicidio del joven llega a los oídos de Clarissa durante la fiesta.
Leonard y Virginia Woolf fundaron la editorial Hogarth Press en 1917. “Creo que fueron los primeros en publicar obras de Sigmund Freud en inglés -señala Ingberg-. En simultáneo, ella venía escribiendo algunos cuentos o relatos que apuntaban a la cuestión del monólogo interior indirecto, algo en cierto modo relacionado con el ‘inconsciente’, pero todavía muy en ciernes. En 1922, el annus mirabilis del Ulises, de James Joyce, y La tierra baldía, de T. S. Eliot, ella publica El cuarto de Jacob, su primera novela ‘modernista’, donde también avanza para ese lado. Para ese entonces, y por sucesivas recomendaciones, lee el Ulises y es como que termina de encontrarle su propia vuelta. Mientras lo está leyendo o enseguida después escribe el cuento ‘La señora Dalloway en la calle Bond’; ahí está su propio camino al monólogo interior indirecto o ‘flujo de conciencia’. Se da cuenta de que ese cuento da para mucho más y enseguida empieza a escribir la novela, su primera gran novela”. Luego llegarían Al faro, Las olas y Orlando.
“Mientras escribe La señora Dalloway, como hacía en general con sus novelas, escribe a veces algunos cuentos para distenderse del esfuerzo -concluye Ingberg-. Ahí compone el resto de los cuentos de esta colección, con episodios satélite. La novela concluye cuando la fiesta no ha finalizado todavía; los cuentos, en cierto sentido, la continúan hasta el resumen final. No es indispensable haber leído la novela para leer estos cuentos”. En 1997, la directora Marleen Gorris adaptó al cine la cuarta novela de Woolf, con Vanessa Redgrave como la encantadora y perspicaz anfitriona.
Para agendar
La escritora Virginia Cosin brindará un taller de lectura de Al faro, otra de las grandes novelas de Woolf, el jueves 1 y el jueves 8 de febrero, de 18 a 20, por medio de la plataforma Zoom. Cuesta $ 25.000. Más información en taller.vircosin@gmail.com. Se recomiendan las traducciones al español de Ingberg de Losada y la de Miguel Temprano García para Lumen.
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