La Secretaría de Cultura confirmó que no tendrá stand en la Feria del Libro y reasignará los fondos a la Conabip
Los $ 300.000.000 que equivalen al alquiler del tradicional espacio se distribuirán entre las bibliotecas populares para la compra de libros; la medida, explican, refleja “un compromiso con la eficiencia en el gasto público”
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Como anticipó LA NACION, la Secretaría de Cultura de la Nación no tendrá un stand propio en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Así lo comunicó esta mañana el secretario de Cultura, Leonardo Cifelli, a las autoridades de la Fundación El Libro (FEL), organizadora del encuentro que comenzará el próximo 25 de abril. Cifelli y el subsecretario de Promoción Cultural y Artística, Federico Brunetti, se reunieron hoy con el presidente de la FEL, Alejandro Vaccaro; el director general, Ezequiel Martínez, y el director administrativo, José Gutiérrez Brianza. En un comunicado de la Secretaría, que depende del Ministerio de Capital Humano, se indicó que se reasignarían los recursos del armado y mantenimiento del stand a las bibliotecas agrupadas en la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), que preside el bibliotecario Raúl Escandar. Así, el organismo sumará a los cien millones de pesos que tenía previstos distribuir para el Programa Libro % -que establece la venta de ejemplares al 50% del valor comercial a los representantes de las bibliotecas populares- los trescientos millones que el Gobierno no gastaría en el stand oficial.
El alquiler de la “tierra” para el megastand de Cultura en el Pabellón Azul rondaba los 75 millones de pesos. A eso había que sumar los costos del montaje, los contenidos y el mantenimiento hasta el lunes 13 de mayo, cuando concluirá la 48ª edición de la Feria.
En 2023, se habían destinado $ 250 millones de pesos para la compra de libros y otros cien millones para los gastos de viáticos y hospedaje de los bibliotecarios que viajaron desde las provincias hasta La Rural; en total, fueron $ 356.529.000. De un año al otro, el Gobierno solo ajustó la partida de la Conabip en apenas un 14%.
“La comunicación fue muy grata; lo único que tengo que para decir es que es una pena que no se hubiera hecho antes -dijo Vaccaro a LA NACION-. Nos explicaron que no tenían recursos para el stand y que preferían destinarlos a la Conabip. Cifelli dijo que concurriría al acto de inauguración, pero como yo en una entrevista había declarado que si iba probablemente los asistentes lo silbarían, algo que creo que puede ocurrir, dijo que no iba a hablar. Le respondí que era decisión de ellos hablar o no. No les podemos poner un parche a mil tipos que están ahí”.
La FEL ya puso en alquiler exprés el espacio que había reservado para la Secretaría de Cultura.
Además de Cifelli, en el acto en La Rural el 25 de abril estarían presentes la ministra de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, Gabriela Ricardes; directivos de la FEL, representantes de Lisboa, la ciudad invitada, y la escritora Liliana Heker. El Gobierno, que no cuenta con muchos simpatizantes en el sector editorial y literario local, quiere ahorrarse los penosos episodios de las ediciones de 2018 y 2019, cuando Pablo Avelluto fue silbado y abucheado por la concurrencia al acto.
“En un marco de cordialidad, Cifelli explicó que en respuesta al desafiante panorama económico que enfrenta el país y en un esfuerzo por abordar las irregularidades detectadas en distintas áreas y programas, la Secretaría de Cultura de la Nación se vio en la necesidad de adoptar medidas decisivas -se informó en el comunicado de prensa-. En función de esto y en pos de lograr una planificación óptima y eficiente, la cartera de Cultura decidió no destinar 300 millones de pesos al stand oficial del gobierno en la Feria del Libro de Buenos Aires. Esta medida refleja un compromiso con la eficiencia en el gasto público, en tiempos en los que la distribución cuidadosa de recursos es esencial”.
De este modo, las más de mil bibliotecas asociadas a la Conabip contarán con cuatrocientos millones de pesos para la adquisición de libros a través del Programa Libro %. Desde la Secretaría, no especificaron cuáles eran las “irregularidades detectadas” en el área.
“Esta acción no solo se enfoca en el propósito final de quienes nos reunimos en esta primera mesa de diálogo, que es la genuina promoción de la lectura, sino que también tiene por objetivos fortalecer el acceso a la educación y a la cultura en todo el territorio e impulsar la actividad editorial local y nacional”, dijo Cifelli.
En el encuentro, se habló sobre la posibilidad de continuar con el CCK como sede para la realización de la Feria del Libro Infantil y Juvenil, como pasó hasta 2023, y se insistió en “la voluntad de implementar mesas de diálogo en el corto plazo con representantes del sector del libro, con el objetivo de realizar un diagnóstico profundo, identificar las necesidades y desafíos actuales, sentando de este modo las bases para un crecimiento sostenible y una mayor prosperidad del segmento”.
Por último, se aclaró que la medida de no contar con un stand en la edición 2024 de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires no era definitiva, sino “parte de un proceso de evaluación continuo en el que la Secretaría de Cultura busca garantizar el uso responsable de los recursos públicos”.
Consultado por LA NACION, el exministro de Cultura Pablo Avelluto admitió que no ignoraba que en el acto de inauguración de la Feria del Libro el actual secretario podía experimentar una “situación hostil” como las que atravesó él en 2018 y 2019. “Pero también es una oportunidad para contar las políticas hacia el sector editorial que tiene el gobierno, si es que las tiene, cosa que hasta ahora brilla por su ausencia, más allá del proyecto de reforma de la ley de defensa de la actividad librera incluido en el proyecto original de la ley ómnibus -señaló-. Debatir, exponer argumentos y defender ideas es algo a lo que los funcionarios no deberían renunciar. En cuanto al stand, me apena que Cultura de la Nación no esté presente ya que la Feria es una plataforma promocional masiva desde la cual mostrar las actividades que llevan a cabo desde el enorme aparato cultural público, con sus decenas de instituciones. Puedo entender las restricciones presupuestarias, pero siempre se puede tomar un stand más pequeño y reducir costos. Ahora bien, si los fondos que se dejan de invertir en la Feria se destinan a incrementar de manera significativa las compras de libros por parte de las bibliotecas de Conabip es una cosa. Si de lo que se trata es de reemplazar una partida por otra, lo que se está haciendo es desvestir un santo para vestir otro. Tengo y he tenido muchas críticas a la FEL, pero sería necio negar la importancia y la trascendencia de la Feria del Libro”.