La revancha de Costantini: minuto a minuto, cómo fue la lucha del coleccionista para comprar una obra perdida hace tres décadas
Tras marcar otro récord al adquirir anoche una pintura de Leonora Carrington por 28,4 millones de dólares, el fundador del Malba confesó que la perdió en otra subasta en 1995; “No sabía cuál era mi límite; no quería volver decepcionado de nuevo”, explicó
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“Última oportunidad. El caballero ya esperó lo suficiente”, advirtió Oliver Barker a alguien que ofertaba por teléfono, antes de bajar el martillo en la sala de Sotheby’s de Nueva York. Adjudicó así a Eduardo Costantini la pintura Les Distractions de Dagobert (Las distracciones de Dagoberto), de la surrealista Leonora Carrington, tras una febril puja internacional que duró varios minutos. El precio final pagado por el fundador del Malba fue de 28,4 millones de dólares, un récord nueve veces superior al anterior registrado por la artista en un remate.
Costantini había viajado especialmente a Manhattan, con su esposa Elina, en busca de una revancha. En 1995, también en Sotheby’s, la misma obra se ofreció con un valor estimado de 100.000 dólares. “La seguí hasta 300.000, pero se la llevó un comprador que creo que era mexicano. En total, con comisión, pagó unos 450.000″, recordó Costantini en diálogo con LA NACION desde Estados Unidos.
Casi tres décadas pasaron hasta que esa obra regresó al mercado. En ese lapso, el coleccionista no encontró otro ejemplar “calidad museo” de la artista nacida en Gran Bretaña en 1917 y radicada en México, donde murió en 2011. “No sabía cuál era mi límite; no quería volver decepcionado de nuevo. Es una pieza clave del surrealismo y del arte latinoamericano”, confesó el tenaz empresario, reconocido el año pasado con el Premio arteba al Coleccionismo.
Para lograrlo, tenía su estrategia. Primero, decidió viajar. Si bien en los últimos años se habituó a comprar por teléfono, esta vez eligió volver a ofertar en forma presencial. “Tomás mejor el pulso, es más emocionante y divertido”, explicó.
Una vez allí, dejó pasar una pintura de Remedios Varo que también le gustaba, con una base estimada en un millón de dólares, porque quería apostar todo a la de Carrington. Cuando comenzó la puja por esta última, en ocho millones, esperó a que rondara su valor estimado de doce millones y que otros hicieran ofertas. “Siempre dejo rodar –agregó-, aparezco al final para que no se caliente desde un comienzo. Dejo que se peleen entre ellos”.
Pero esta vez, cuando pensó que se acercaba el final de la puja, apareció desde Asia un nuevo ofertante. “Hablaba por teléfono con una mujer. Ya había comprado el Monet, y era bravísima”, comentó en referencia a la obra más cara vendida en la subasta, la única que superó la de Carrington: Meules à Giverny se vendió por 34,8 millones de dólares.
“A esa altura éramos tres, hasta que llegamos a 24,5 millones y el tercero ya había desaparecido”, continuó Costantini. La tensión era palpable. Elina hizo un chiste para apurar a Barker, y el rematador comenzó a presionar a la vendedora que hablaba por teléfono. Cuando bajó el martillo, estallaron los aplausos y comenzaron a llegar las felicitaciones. “Como se transmitió por streaming, muchos nos vieron en la sala. Y me empezaron a felicitar coleccionistas y curadores de México, Brasil, Nueva York y la Argentina”. Luego siguió un un abrazo y un festejo íntimo con su esposa.
“¿Se va a exhibir en Malba?”, fue una de las preguntas que surgieron cuando la noticia se difundió en redes sociales. “Por supuesto, seguramente en la sala de surrealismo”, asegura Costaninti, que suele prestar al museo y a otras instituciones y muestras las obras de su colección personal. Antes de eso, la codiciada obra de Carrington participará el año próximo de dos muestras en el Rose Art Museum de Waltham, Massachusetts, y en el Museo de Arte de Filadelfia. Habrá que tener paciencia, como la tuvo Costantini.
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