La reina Letizia, sola y de luto: sobriedad en la inauguración de ARCO por la guerra en Ucrania
Vestida con traje negro, recorrió hoy la feria de arte madrileña sin la habitual compañía de Felipe VI; el rey de España tuvo que asistir a una reunión urgente de seguridad nacional
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MADRID.- La cabeza gacha, vestida con traje negro y el pelo recogido en un rodete. Con la sobriedad impuesta por la guerra en Ucrania, la reina Letizia inauguró hoy la feria madrileña ARCO sin la habitual compañía de Felipe VI. El rey de España tuvo que asistir a una reunión urgente de seguridad nacional, según informaron voceros del centro de convenciones Ifema.
Sometida a un estricto control de seguridad, la prensa fue mantenida al margen de gran parte del recorrido, que se extendió por más de una hora. Contempló una parada en la sección dedicada a las cuatro décadas de la feria -celebración que quedó opacada, una vez más, tras haber sido postergada por la pandemia- y otra en la sección latinoamericana. Allí, la reina se detuvo a conversar en el stand de la galería argentina Pasto con Mauricio “La Chola” Poblete, artista multidisciplinar que aborda los dilemas de su herencia mestiza.
“Nos volvemos a ver después de 530 años”, le dijo esta última, en referencia a la conquista de América, con la intención de “romper el hielo”. “Me preguntó con cuál pronombre me sentía cómoda, le dije que con el femenino, así que me trató en femenino -contó Poblete a LA NACION-. Es un montón para una persona queer que la realeza te haga esa pregunta. Fue muy cálida. Me tocaba el brazo, algo que supuestamente no se puede hacer por protocolo. Se acercó a mi obra y le conté que hablaba del colonialismo, de lo precolombino… Pude explicarle cada una sin censura, y eso es genial. Estuvo un buen rato, fue todo muy lindo”.
Letizia pasó también junto a la porteña galería Constitución en su visita a la sección Opening, dedicada a las galerías jóvenes. Aunque no se detuvo en la obra de Wynnie Mynerva, artista peruana que llamó la atención de los medios con un video que registra su operación de vagina.
Hubo, además, largas paradas en los stands de tres de los principales periódicos españoles: El País, El Mundo y ABC. En el stand de la galería Cristina Guerra, de Lisboa, estuvo conversando frente a dos obras de Mate Mullican en las que se lee la frase “Dead Man” (Hombre muerto). ¿Casualidad, o sugerencia protocolar?
La creciente ofensiva de Rusia en Ucrania en las últimas horas empañó los festejos de ARCO, feria que hace dos años resultó afectada también por la llegada de la pandemia a Madrid. Un mes después de aquella edición, el mismo espacio que ocupó en Ifema se convertiría en un hospital de campaña.
Apenas anoche, las galerías argentinas celebraban con entusiasmo dos importantes distinciones: Rolf Art fue reconocida con el premio Lexus al mejor stand y al mejor contenido artístico de la feria; recibió 10.000 euros por su forma de presentar las obras de Sara Facio, Marcelo Brodsky y Andrés Denegri. Y Waldengallery obtuvo el Martin Miller’s Gin al mejor stand Solo/Duo, donde se exhiben sobre paredes pintadas de azul las coloridas piezas textiles de Marta Palau.
Se concretaron también las primeras ventas: Constitución, Rolf Art y Piedras vendieron obras de Alfredo Dufour, Denegri y Jimena Croceri. Eduardo Costantini, fundador del Malba, compró para su colección personal dos piezas de la artista chilena Sandra Vásquez de la Horra en la galería Senda de Barcelona y una pintura de Santiago García Sáenz en la porteña galería Hache. La obra de este artista argentino, fallecido en 2006, dejó muy impresionado a Paulo Miyada, curador del Instituto Tomie Ohtake de San Pablo y curador adjunto para América Latina del Centro Pompidou.
Así lo aseguró durante una cena ofrecida anoche por Patrizia Sandretto Re Rebaudengo en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde se exhibe la muestra de Michael Armitage curada por Hans Ulrich Obrist. Las pinturas y dibujos del joven keniata dialogan allí nada menos que con las creaciones gráficas de Francisco de Goya. “La humanidad se perdió. Para recuperar esa humanidad, tenemos que hacer el duelo de esas personas. Goya fue uno de los primeros en hacerlo, en acercarse a la dimensión del abismo”, observó en una charla el escritor y cineasta Manthia Diawara, en alusión a sus pinturas inspiradas en la guerra. Cualquier semejanza con la actualidad no parece mera coincidencia.
Para agendar:
ARCO 40 (+1), hasta el 27 de febrero en Ifema Madrid. Edición virtual en arco-exhibitions.ifema.es
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