“La Regenta”, obra cumbre de las letras españolas del siglo XIX, triunfa en versión ópera
Después de adaptaciones al cine, el teatro, la televisión y hasta en cómic, la polémica novela de Leopoldo Alas subió a escena en Madrid con gran convocatoria de público y excelentes criticas
- 4 minutos de lectura'
MADRID – Fueron sólo cinco funciones que bastaron para definir al acontecimiento como “histórico”. El furor del público y las críticas laudatorias coronaron la realización en formato de ópera de La Regenta –obra cumbre de la literatura española del siglo XIX y primera novela de Leopoldo Alas “Clarín”- como una auténtica bisagra en la cultura española contemporánea. Aplacadas las emociones, el tiempo determinará los alcances de la puesta del Teatro Real y del Teatro Español con libreto de Amelia Valcárcel y música de María Luisa Manchado Torres en relación a su relevancia histórica si bien ofrece de antemano una vigorosa recuperación de uno de los padres del naturalismo español.
Alas, zamorano de nacimiento y asturiano por adopción, trazó con La Regenta una línea directa a Flaubert y al liberalismo laico cuando atravesaba una honda crisis espiritual que le permitió, a través de la ironía, el retrato de una sociedad tan opresiva como decadente y profundamente hipócrita, exteriorizada en temas como la educación restrictiva, el clero y un sistema político corrupto en Vetusta como la ciudad a la que Ana Ozores debe enfrentarse sintetizando la represión social que presenta, entre muchas otras aristas, una novela que hace foco en el adulterio para mostrar un clima de época cuyo retrato misógino, de lectura krausista, se actualiza en la violencia de género.
Escrita en artículos sueltos y publicada en dos tomos en 1884 y 1885, la novela estuvo inserta en la polémica desde el momento de su misma aparición aunque despertara también la admiración literaria. Con varias adaptaciones a lo largo del siglo veinte, y con nombres tan referenciales como Luis Buñuel y Orson Welles que intentaron llevarla al cine, fue Gonzalo Suárez quien consiguió -a mediados de la década del setenta- que Emma Penella delineara a Ana Ozores para la gran pantalla. Dos décadas más tarde el actual presidente de la Academia de Cine de España, Fernando Méndez-Leite, adaptó para televisión el texto de Alas que le permitió a Radiotelevisión Española estrenar su mirada a La Regenta con el protagónico de Aitana Sánchez-Gijón. Poco más tarde, las desventuras de Ana Ozores llegaron al teatro e incluso se convirtieron en cómic.
Por su sitial referencial no extrañó entonces el cartel de “localidades agotadas” que acompañó el encuentro de la ópera con La Regenta en todas sus funciones. En la última del pasado domingo, LA NACION fue testigo de la larga fila en una de las puertas de El Matadero, uno de los centros culturales más innovadores de Madrid, desafiando la insistente llovizna y, sobre todo, el aire espectral que convertía a esas calles internas del complejo cultural en una insospechada extensión del clima opresivo que el escenario despojado y completamente negro de la representación entregaría de la ciudad de Vetusta en la sala Fernando Arrabal con sus casi cuatrocientas butacas totalmente ocupadas.
La filósofa Amelia Valcárcel, cuyos libros más recientes son Ensayos sobre el bien y el mal y La civilización feminista (cuyos títulos parecen sintetizar el clima presente en su mirada a La Regenta), adaptó la monumental obra de Alas centrándose en la miseria moral con un enfoque minimalista que extrae los elementos esenciales de la novela para presentarlos en esa despojada escena pero con un preponderante vestuario obra de la argentina Clara Peluffo.
“La primera inspiración viene de una obra magistral, una novela de ambiente, una novela sobre el poder, la maldad, las miserias y ruindades humanas que no paran de destruir lo que ‘no es como ellos’, ‘lo diferente’, ¡no lo soportan!”, escribe Manchado en el programa de mano para una ópera en la que confiesa las referencias a Die Soldaten de Zimmermann y para la cual su internacional reparto contó con la gran labor de la soprano catalana María Miró como la sufrida Regenta, acosada y ultrajada por la sociedad pero que continúa legando a la historia una heroína trágica que cabalga los siglos desenmascarando la vergüenza.