La realidad y la ficción, según Félix Bruzzone
El autor de la novela Barrefondo prepara un libro protagonizado por dos de sus mejores amigos a la vez que reúne historias de vida relacionadas con el área militar de Campo de Mayo para llevarlas a la literatura
El año pasado, Félix Bruzzone formó parte de la comitiva argentina que representó al país en la Feria del Libro de Fráncfort. De regreso, trajo consigo un trofeo: el premio Anna Seghers al trabajo de jóvenes escritores por su libro de cuentos 76. Además, coronó el ciclo 2010 con la publicación de Barrefondo: novela cuyo protagonista es un limpiador de piletas, como él. Porque Bruzzone no sólo escribe. Hace cinco años, cuando se mudó a Don Torcuato, comenzó a limpiar piletas. En este último tiempo, recogió relatos de los torcuatenses que conoció, personas que nada tienen que ver con la literatura.
Es que Bruzzone tiene un método: dejar las historias en remojo, esperar a que se asienten y ver cómo se va formando la trama. "Necesito de la literatura cuando estoy escribiendo. Recurro a nuevos libros o releo y voy encontrando cosas que me ayudan a avanzar. Pero para arrancar necesito la realidad como disparador. Voces. Escuchar y compartir."
Y en eso está, creando el mundo de su próximo libro, entre cuyos protagonistas figuran sus amigos el Vikingo y el Twentyniner, que trabaja en una fábrica de empanadas para solventar su pasión por las regatas. El Vikingo es el personaje sobre el que escribe cuando lo invitan a participar de una lectura pública. "Escribo historias más cortas o más largas, de acuerdo a la duración de la lectura. Al releer los textos sobre el Vikingo, siempre me parecen escritos por otro. Es una especie de cadáver exquisito."
Por otra parte, reúne historias sobre Campo de Mayo para luego convertirlas en ficción. Está interesado en la relación que la guarnición militar mantiene con los civiles en la actualidad. La historia personal de Bruzzone y la ficción se encuentran en este punto, ya que la madre del escritor estuvo detenida en Campo de Mayo antes de desaparecer. "Siempre tuve claro que no quiero hacer militancia con esta cuestión. Trabajar desde lo íntimo me ayuda, pero no quiero rendir cuenta de mi vida. Una cosa es la realidad que uno vive y otra, la que uno comenta. Politizar el tema sería hacer antiliteratura."
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