La Real Academia, dividida por Pérez Reverte y por el lenguaje inclusivo
MADRID.- Puede que, al igual que sus personajes más aventureros, el escritor Arturo Pérez Reverte se encuentre solo en su ofensiva contra la posibilidad de que la Real Academia Español a (RAE) reescriba la Constitución para adaptarla al "lenguaje inclusivo".
La entidad recibió hoy el pedido del gobierno para que estudie esa posible adecuación y, según pudo saber La Nación, si bien la intención es empezar a trabajar "la próxima semana" en ello, no se esperaría dictamen hasta octubre próximo.
La impresión, sin embargo, es que sería toda una sorpresa que la entidad se oponga al pedido. Sondeos iniciales, entre ellos, uno publicado por el diario El País, muestra una fractura de pareceres entre miembros de la señorial entidad a la hora de pronunciarse sobre el asunto y muchos, por cierto, no están dispuestos a tomar capa y espada.
"Nosotros no valoramos los tuits ni los mensajes por redes sociales de los miembros de la entidad", dijo un vocero de la Academia, que lidera el crítico literario Darío Villanueva. "Él verá", dijo la filóloga Inés Fernández Ordóñez.
Disposición a aceptar
Lo cierto es que, a esta hora, la entidad que regula el uso del español no tiene criterio claro sobre el pedido concreto que le anticipó el gobierno socialista de Pedro Sánchez de evaluar una reescritura del texto constitucional para "alejarlo del machismo que trasunta".
Pero los sondeos iniciales muestran más disposición que lo contrario. Hay, por supuesto, voces tan críticas como las de Pérez Reverte.
"La RAE siempre estuvo en contra del lenguaje inclusivo, porque una cosa es la visibilidad de las mujeres y y, otra, que se fuerce el lenguaje", sostuvo el académico Manuel Gutiérrez Aragón, quien se incorporó en 2006. Le molesta, además, que la cuestión venga "no tanto por una demanda del lenguaje inclusivo sino por una presión política".
Pedido del gobierno
El reclamo de una reescritura de la Constitución quedó expresado por la vicepresidenta del gobierno y ministra de Igualdad, Carmen Calvo. "El gobierno quiere adecuar el texto de manera que incluya a las mujeres. Tenemos una Constitución en masculino", dijo la funcionaria.
Pérez Reverte fue el primero en reaccionar con una negativa de plano. Al extremo que aseguró que renunciaría a su condición de Académico de la Lengua si la RAE entra en ese curso. "Tiene usted mi palabra", trasladó a la vicepresidenta. Tres días después del rifirrafe, no se ve, al menos hasta ahora, a nadie que secunde a Pérez Reverte en su posición extrema.
Dos mujeres fueron las primeras en negarle respaldo. La escritora Soledad Puértolas –la misma que pidió la incorporación de "machirulo" al Diccionario – y la citada Fernández Ordóñez.
"El tema está en la calle, en los bares, en la prensa. Claro que hay que echar un repaso a la Constitución", sostuvo Puértolas.
Otros coinciden en el rechazo al lenguaje inclusivo, pero no como para llegar tan lejos como Pérez Reverte. Al menos, por el momento. "Yo no creo que sea lo primero que haya que hacer ni lo más urgente. Tal vez se pueda incorporar un poco de gracia al texto constitucional", opinó la filóloga Paz Battaner.
También hay quien matiza que, después de todo, nada de todo eso es tan grave. "Lo que nos piden es un informe no vinculante… eso podemos firmarlo", sostuvo otro académico.
La disputa –o dispute– por lo pronto, promete más.
¿Qué podría cambiarse?
A quienes promueven el lenguaje inclusivo en la Constitución de 1978 les disgusta que el texto hable de "cuantos integran" la sociedad española. Que se hable de "los españoles". Proponen que esto último se reemplace por "la sociedad". Pero ¿cómo expresar que "los españoles" adquieren la mayoría de edad a los 18 años? ¿Será, tal vez, "la sociedad española" la que alcance la madurez? Los sarcasmos vuelven sobre la ministra Carmen Calvo, promotora de la idea. "¿Por qué Calvo y no Calva?", se preguntó uno de los críticos ante LA NACION.
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