La RAE discute si deja que la palabra "coronavirus" entre en el diccionario
MADRID.– Por primera vez en trescientos años, los miembros de la Real Academia Española (RAE) se reunieron telemáticamente la semana pasada y mañana lo volverán a hacer en su tradicional sesión de los jueves. Los eruditos de la lengua trabajan contra reloj, impulsados por una gran ansiedad social y mediática, para llegar a un consenso sobre el término más pronunciado del año: coronavirus. En caso de que se arribara a este acuerdo mañana, es necesario, para que una definición ingrese en el Diccionario de la lengua española (DLE), el visto bueno de las academias de la lengua de los países hispanoparlantes, motivo por el cual el proceso se dilatará varios meses más.
Consultado por LA NACION, el catedrático y académico de la RAE, Pedro Álvarez de Miranda, opina: "La lengua tiene un tempo lento, no hay que dejarse llevar por las urgencias. La palabra está ahí, todos los días en los periódicos, en la radio, en la televisión". Incluso el catedrático destaca que las palabras nuevas que ingresan en el DEL, publicación que él dirigió, se vuelcan en el mes de diciembre. Quizá se realice una excepción en una sesión de emergencia, pero, por el momento la única certeza es que definir "coravirus" plantea una multiplicidad de complejidades. Una de ellas es su origen, un término propio de la medicina, y de la virología, en particular. "El ingreso de tecnicismos en el diccionario siempre ha sido un asunto peliagudo. Nunca se sabe dónde poner las fronteras en los tecnicismos que sí deben estar en el diccionario y los que no deben estar", agrega el académico. De lo contrario, se incurre en una definición del tipo enciclopédica: "Hay que seleccionar tres o cuartos rasgos importantes de la enfermedad: que produce fiebre, tos, etcétera, pero hay que ser cuidadoso porque si no se produce una definición kilométrica".
El jueves último dos comisiones de la RAE analizaron un boceto de la definición que, como aclara Álvarez de Miranda, "tendrá que ir y volver de América". Quizá mañana sea posible llegar a un consenso entre los académicos españoles, pero no es suficiente para que una voz ingrese en DLE. "Ya que estamos siempre presumiendo de panhipanismo, falta que los demás países y academias den su visto bueno. No creo que la definición de coronavirus sea polémica. Si damos con una definición ajustada, posiblemente en América les parezca bien y le den luz verde. Lo que es cierto es que las prisas nunca han sido buenas consejeras. No hay por qué precipitarse".
Desde que comenzó la pandemia, el DLE ha recibido más de 84 millones de visitas, casi 3 millones de visitas diarias, 20 millones más de consultas en marzo con respecto a febrero. Pandemia, en primer puesto, seguido de cuarentena, confinar, resiliencia, epidemia, virus, triaje [la zona de recepción en los hospitales donde se deriva a los pacientes] son otros de los términos más buscados. "Junto con confinado,morgue o moratoria, nos encontramos palabras como médico, inocuo, remitir, solidaridad, esperanza, altruismo o resistir. Todas ellas, tanto las que tienen una connotación negativa como positiva en estos tiempos, copan los primeros puestos en las consultas del último mes", sostiene la Real Academia Española en su publicación digital.
Álvarez de Miranda agrega: "Paciencia. Si es que además el diccionario no otorga fe de vida a las palabras. Las palabras existen más allá del diccionario, son previas al diccionario y, en cierto modo, independientes de él. El diccionario no es un notario de la vida de las palabras: es el uso lo que cuenta".