La RAE busca erradicar el sexismo e impulsar la “feminización” de la lengua
MADRID.–En un evento inédito, por el éxito de la convocatoria y la ansiedad que generaba conocer este mensaje, la Real Academia Española (RAE)presentó el pasado lunes un extenso informe sobre la utilización, y su correspondiente valoración, del lenguaje inclusivo en la Constitución española. Este estudio partió de un expreso pedido de la vicepresidenta de gobierno y, luego de que Carmen Calvo conociera el contenido del mismo, la tricentenaria institución lo hizo público. En esta ocasión también compartió la RAE un minucioso reporte, compuesto por varios documentos, que detalla su labor en materia lingüística para eliminar expresiones sexistas y su trabajo en pos de una mayor feminización de un lenguaje utilizado por 580 millones de personas.
"La Real Academia Española, como institución arraigada en la cultura humanística, se declara totalmente contraria a cualquier tipo de sexismo, ya sea de mujeres o de miembros del colectivo LGTBI", expresa la institución. De modo frecuente, la RAE es acusada de prohibir o autorizar determinado uso lingüístico, motivo por el cual comienza el informe sosteniendo que son los hablantes los "verdaderos dueños del idioma". El informe de la RAE destaca, ante acusaciones de las que es a menudo blanco, su actitud de "prudencia" y "respeto" a los hablantes y comienza un extensa argumentación donde comunica su labor por la feminización.
"Nuestra institución se halla en un proceso de renovación, lenta pero irreversible, en el que la mujer asumirá cuantitativa y cualitativamente un papel más relevante", sostiene el informe, cuyo texto completo puede consultarse en la página de la RAE. La institución dirigida por Santiago Muñoz Machado destaca la diferencia entre el sexismo en la lengua y el sexismo en el discurso, es decir, los usos que se encuentran de la lengua en él. Estos últimos son "valores que adquieren en él a causa de la intencionalidad de los emisores de de sus prejuicios ideológicos" y la RAE destaca que el modo de combatirlos y erradicarlos se encuentra en la educación, y no a través de la corrección de la gramática.
Correcciones y supresiones
"La Real Academia Española ha venido limpiando sus diccionarios de residuos machistas o de connotaciones misóginas que hubieran podido acopiar en épocas anteriores los términos que se utilizaban en las definiciones", comunica la institución donde además se encuentra la comisión permanente de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE). La Academia Argentina de Letras es una de las 23 instituciones que integran este bloque, presidida por Alicia Zorrilla.
La RAE suprimió opiniones sexistas, por ejemplo, de una definición del pionero hispano en materia lexicográfica, Sebastián de Covarrubias, cuya entrada fue luego recogida en el primer diccionario de esta institución, llamado Diccionario de autoridades (1726-1739), donde habla de "hembra" y lo hace de modo discriminativo frente al hombre. A su vez, la RAE detalla que ha trabajado en expresiones de connotación peyorativa, como "sexo débil", en cuya entrada aclara que existe una intención despectiva.
También la RAE ha trabajado en la corrección de definiciones de profesiones que en su momento eran solo ejercidas por varones. Así, en 2001, herrero se definía como "Hombre que tiene por oficio labrar el hierro", mientras que en la edición de 2014 del Diccionario de la RAE la entrada se modificó por "Persona que tienen por oficio labrar el hierro". La lengua es dinámica y a medida que la sociedad evoluciona, es decir, en el momento en el que la mujer accede a cargos que anteriormente le eran vetados, se recogen estos desdoblamientos en el diccionario. Así aparecen términos como alcaldesa, presidenta, gobernadora, intendenta. La vicepresidenta española anunciaba a los medios ayer, luego de que se conociera el informe, sin contradecir esta idea: "Nos llaman vicepresidentas, ministras, diputadas, alcaldesas o concejalas. Se trata de ir avanzando con el lenguaje lo que ya es normal en la calle".
La RAE explica en reiteradas ocasiones que es la sociedad y son los hablantes quienes, a partir de estos cambios, modifican las definiciones y sus acepciones: "Del retraso en la aparición del significado ´Mujer que ejerce el cargo X´ no es responsable la lengua (ni, claro, los diccionarios), sino la sociedad, que impidió el acceso de la mujer a esos cargos", precisa el informe. Más adelante, regresa a esta idea: "La lentitud con la que se incorporan estos dobletes al diccionario no depende de la lengua española ni de las institución académica, sino de la sociedad".
La sustitución de términos con connotaciones negativas (por ejemplo, hembra) es otra de las modificaciones en las que ha trabajado la RAE y puntualiza otro aspecto que fue denunciado por mujeres lingüistas que es la utilización de roles prototípicos del hombre o la mujer de carácter sexista. Así, en 2001 la definición de costurero era "Mesita, con cajón y almohadilla, de que se sirven las mujeres para la costura", mientras que la de 2014 precisa "Mesita con cajón y almohadilla que se utiliza para la costura".
Las asimetrías de contenido entre masculinos y femeninos son otro de los criterios en los que este informe público bucea. Es decir, aquel contenido que referido a un hombre posee determinado valor, pero, aplicado a una mujer, resulta peyorativo (por ejemplo, hombrezuelo/mujerzuela; zorro/zorra; fulano/fulana).
La RAE argumenta de modo detallado que el masculino genérico no es una imposición androcéntrica ni una imposición del patriarcado, dando ejemplos de sustantivos epicenos (aquellos que agrupan campos semánticos) cuya existencia es anterior a la oposición macho/hembra, sustantivos genéricos que se convierten en masculinos o femeninos (perro/perra). "El masculino genérico es anterior al masculino específico y su génesis no se halla relacionada con el androcentrismo lingüístico".
Jamás de modo tan explícito la RAE, ni ninguna institución prestigiosa que vele por el acerbo de una cultura. había sido tan minuciosa a la hora de detallar su labor en un tema que cautive a la opinión pública. "La RAE no está dormida", dijo Muñoz Machado en la conferencia de prensa. Y, de modo más poético, y también sentando un precedente escrito y público de su labor, el informe reconoce aquellos vicios o males del discurso que nacen en la sociedad y no en la lengua: "Los diccionarios son el espejo de la lengua y el espejo no debe ser roto porque refleje nuestra joroba".