La poesía también viaja en colectivo

Este año los poetas no sólo decidieron salir a la calle. También están entrando en las cárceles, los geriátricos, las escuelas nocturnas, los institutos psiquiátricos, los colectivos... y van por más.

"La idea es desacralizar la poesía, hacer que la gente la sienta no sólo cerca, sino propia. Si no podemos poetizar el mundo, al menos queremos cambiar la Argentina", explicó a LA NACION Cayetano Zemborain, presidente de la Asociación de Poetas Argentinos (APEA), entidad que organiza las Segundas Jornadas Itinerantes de Poesía (informes: 4703-5409).

Según Zemborain, estamos viviendo una "explosión fabulosa" de interés por el género. "En este mundo de caos, la poesía ordena y sensibiliza, y la gente instintivamente lo sabe. Si no se venden más libros es sólo por una cuestión de marketing", aseguró.

Por eso, explica, hace falta "una movida que muestre que el código arbitrario -que su lenguaje necesariamente implica- en muchos casos es muy fácil de abrir y disfrutar. Lo único que aleja a la gente de la poesía es el desconocimiento, y no hay razón por la que debería estar restringida a una elite", agregó.

Versos tras las rejas

Un primer paso, por eso, fue el encuentro de cinco de los poetas de APEA con otros 50 que se encuentran tras las rejas en una unidad penitenciaria de Florencio Varela.

"La experiencia fue extraordinaria; cada uno leyó parte de su obra, y entre los presos había textos magníficos sobre la desesperanza y la falta de libertad, pero también -sorprendentemente- sobre el humor", relató.

Los poetas fueron cargados de libros y, antes de irse, fundaron la biblioteca Cadenas de aire, que fue el nombre ganador de un concurso de los internos por sobre el de Enrique Santos Discépolo.

El fin de semana último, en cambio, la actividad seleccionada fue un recorrido por la ciudad en colectivos donde los autores recitaban obras propias y ajenas para el deleite de los pasajeros.

"Máximo Simpson subió diciendo Yo soy aquel que ayer nomás decía... como si fuera Rubén Darío; Ruth Fernández, que con más de 80 años es la decana de los poetas, tampoco tuvo problemas en treparse. Y Francisco Squeo Acuña, como buen riojano, repartió albahaca a cada uno de los pasajeros", recordó Zemborain riendo.

Entre las próximas actividades figura una visita al centro de jubilados Experiencia, el viernes, donde habrá tango y recitado de poesía clásica, y también a escuelas nocturnas, donde distintos poetas explicarán la obra de Borges, Gelman y Macedonio Fernández, entre otros.

El 11 del actual la poesía ganará la calle: en el Patio de las Américas -en Paraná y Sarmiento- se tenderán líneas para que poetas profesionales y amateurs cuelguen sus obras al viento, mientras espectáculos de títeres, folklore y murga amenizan el encuentro.

Charlas, mesas redondas, talleres y cursos se concentrarán en el Centro Cultural General San Martín, los días 11, 15 y 16 de este mes, mientras 800 chicos de todo el país participan del V Concurso Infantil de Poesía y los estudiantes secundarios de la capital y el Gran Buenos Aires hacen sus propias olimpíadas sobre el tema.

"El gran final será un encuentro con los poetas del Borda. Si plantamos semillas por todos lados no puede sorprendernos que crezcan", concluyó Zemborain.