La película del bravo piloto

A principios de 2011, Ernesto Semán (Argentina, 1969) publicó su tercera novela, Soy un bravo piloto de la nueva China . El escritor, finalista del premio Sudamericana-La Nacion con su novela La última cena de José Stalin y finalista también del premio Emecé con Todo lo sólido , anticipa que este año se hará una película basada en Soy un bravo piloto?

Desde su casa en Brooklyn, donde se encuentra terminando un doctorado sobre Historia Latinoamericana en la Universidad de Nueva York, Semán cuenta que la directora argentina Amparo González Aguilar le propuso llevar a la pantalla grande su novela. "Amparo trabaja mezclando locaciones reales con trabajo en set, es una estética muy singular e irreal. Me gusta mucho", dice.

Es probable que el título de la película sea el mismo que el de la novela. Los actores todavía no están definidos. El rodaje se hará a mediados de año en Buenos Aires y en algún lugar de la costa argentina. Mientras tanto, Semán está trabajando junto a la directora y el guionista Pio Longo en la adaptación del libro. "Hay dos razones por las que no puedo hacer más que eso. Una es que aprendí a no meterme en lo que no sé. La otra es que me interesa ver lo que Amparo hace con el libro mucho más que tener alguna incidencia extra en el proyecto", explica.

Adaptar sus historias es algo totalmente novedoso para Semán. "Es entretenido pero también trabajoso. La escritura del guión y la producción de la película son trabajos colectivos. Todo lo contrario del trabajo al que estoy más acostumbrado, ya que escribo solo y lo único en lo que tengo que fijarme es en que la computadora esté encendida".

El escritor y periodista ya está tomando apuntes para su próxima novela. "Las notas están guardadas en una carpeta de la computadora que se llama ?Duplicity: El Arte de Mentir', cuenta Semán, pero aclara que el nombre no tiene relación con el título final de la novela. "Hasta que no tengo algo definitivo no adelanto ni cuento nada ni pienso mucho en la publicación. ¿Por qué? Porque siento que si abro la boca, me comprometo (conmigo mismo) a hacer algo muy definido, y en verdad, es un proyecto que va a ir tomando forma con el tiempo y sobre cuyo resultado final no tengo la más remota idea."

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