La oscura belleza de las intrigas
El 27 de este mes se cumplen noventa años del nacimiento de Lawrence Durrell, el controvertido autor de origen inglés, que vivió dos años en Córdoba. Su ciclo de novelas El cuarteto de Alejandría lo hizo famoso y fue un libro de culto de la década del 60. El final de su vida, envuelto en un aura de escándalo, parecía copiado de uno de sus apasionantes relatos
Lawrence George Durrell, uno de los escritores ingleses más atípicos, caprichosos y versátiles del siglo XX, nació el 27 de febrero de 1912 en Jullundur, al norte de la India, cerca del Tibet. Fue hijo de "coloniales", descendientes de ingleses nacidos en la India. Su padre, Lawrence Samuel, era ingeniero ferroviario, un victoriano a ultranza, orgulloso de su rectitud moral y de su pertenencia a la clase media blanca, devota de la gloria del imperio británico. Su madre, Louise Dixie, era de ascendencia irlandesa, y procedía de una familia bastante acomodada de empleados administrativos.
Intensamente comprometidos con la India británica, ni los Durrell ni los Dixie podían ostentar el blasón de una educación en Inglaterra, antecedente que les hubiera permitido acceder a los altos cargos del Servicio Civil o el Ejército. Lawrence nunca atribuyó a sus ancestros esa distinción, sino que prefería decir que "eran verdaderos anglo-indios", convirtiendo en virtud el término usualmente despectivo. "Hablábamos las lenguas del lugar, y uno de mis tíos ganó cierto renombre como traductor de textos budistas". Incluso confesó a su biógrafo, Ian MacNiven: "Preferiría presentar mi caso en términos biográficos, ya que mi pensamiento está teñido por el hecho de ser un anglo-indio, nacido en ese extraño mundo donde el único gran poema que existe es la novela Kim , de Rudyard Kipling".
De hecho, la mezcla de nacionalidades y la diversidad cultural marcaron la imaginación creativa del escritor, que se jactaba de poseer una "mente tibetana". Esa clase de mente entró en acción cuando, a los 11 años, su padre lo envió a estudiar a Inglaterra para recibir "una educación adecuada", poniendo fin a la infancia feliz y despreocupada en "las colonias". Durrell concibió de inmediato un profundo disgusto por el estilo de vida inglés, al que denominó "la muerte inglesa", digno complemento del mote que atribuyó al país, "Pudding Island" (Isla Budín). Sintiéndose ajeno, nunca se adaptó al contexto inglés, rechazó de plano la disciplina escolar y, beneficiado por la temprana muerte de su padre, no aprobó el examen de ingreso a la universidad, tomando en cambio la decisión radical de convertirse en escritor. Tras publicar en 1935 su primera novela, Pied Piper of Lovers , con el seudónimo de Charles Norden escribió la segunda, Panic Spring (1937), dirigida a un mercado más masivo.
En 1935, dos hechos de importancia favorecieron su vocación. Convenció a su madre (quien tras la muerte de su esposo se había trasladado a Inglaterra con los tres hermanos de Larry) y a su primera esposa, Nancy Myers, de que todos debían mudarse a Corfú, en Grecia, para vivir más económicamente y escapar del invierno inglés. La vida en Grecia fue para él una revelación, y lo hizo volver a conectarse con la India (país al que, curiosamente, nunca regresaría). En Corfú concibió el proyecto de El libro de los muertos , que fue el germen de su famosa tetralogía, El cuarteto de Alejandría . Y, en segundo término, leyó con deslumbramiento Trópico de Cáncer (1934), del cuestionado escritor norteamericano Henry Miller, a quien celebró como maestro y con quien inició una correspondencia (y una amistad) que duraría cuarenta y cinco años y que desempeñaría un papel crucial en su evolución literaria. En 1938 se publicó en París, a instancias de Miller, El cuaderno negro , el libro de Durrell que revela más claramente la influencia de Miller, sobre todo en su carácter ligeramente pornográfico y en su rebeldía contra el decoro y la mojigatería ingleses. En esta novela (la única de sus obras que transcurre en "Pudding Island"), el protagonista Lawrence Lucifer se debate en el asfixiante clima de las convenciones inglesas y recobra su ser "natural" en las islas griegas.
Durrell y su familia vivieron seis años en Grecia, y el escritor se trasladó a El Cairo en 1941, ante la inminencia de la invasión nazi. A esa altura, Larry y Nancy eran padres: Penélope Berengaria había nacido en 1940. En 1942, ya separado de Nancy, Durrell se mudó a Alejandría, como agregado de prensa de la legación británica. A partir de ese momento, el escritor, paradójicamente, ocuparía distintos cargos dentro del cuerpo diplomático del gobierno británico, que encarnaba todo lo que más aborrecía: en 1945, pasaría dos años en Rodas; luego casi dos años en Córdoba, Argentina, como director y docente del Consejo Británico; y hasta 1952 viviría en Belgrado, otra vez como agregado de prensa. Durante su estancia en Alejandría, Larry se empapó del denso clima de intrigas y cosmopolitismo que, durante la guerra, convertía a la ciudad en una verdadera encrucijada entre Oriente y Occidente. También conoció a su segunda esposa, una judía alejandrina llamada Yvette Cohen (Eve Durrell), quien le daría en 1951 su segunda hija, Sappho Jane.
Durrell llegó a nuestro país en 1947, con Eve, en su primer viaje a América, y fue destinado a la ciudad de Córdoba. En una carta a Miller, no oculta su descontento: "Es un país perfectamente fantástico, pero todo este continente lo es. Lo más interesante es la extraña levedad de la atmósfera espiritual: uno se siente ligero, irresponsable como un globo de hidrógeno. El europeo está fuera de lugar aquí: no se puede sufrir de angustia, sólo de aburrimiento. Se entiende la lucha americana para no ser despersonalizado. Este es un continente comunitario, el alma individual carece de dimensiones. [...] Argentina es un país grande, chato y de aspecto soberbio, lleno de aire estancado, sierras azules y poco definidas y hombres de negocios que beben Coca Cola. La gente es agradable pero de manera superficial e infantil." A pesar de su disgusto por la Argentina las conferencias sobre poesía inglesa (especialmente sobre las obras de T. S. Eliot y W. H. Auden), que pronunció como parte de su trabajo para el Consejo Británico, fueron el núcleo de su volumen ensayístico Key to Modern Poetry , donde señala los factores centrales y determinantes del estilo en la poesía moderna: el tiempo y el ego. Durrell también se llevó de la Argentina su admiración por Borges, a quien incluyó desde entonces en su lista de escritores modelo, junto a Miller y Svevo.
La escritura de Durrell saltó, proliferativa, de un género a otro. White Eagles over Serbia (1957), por ejemplo, fue un thriller de espionaje fruto de su estancia en Belgrado, y Limones amargos una suerte de memoria de sus años en Chipre, a partir de 1952, cuando la isla aún era colonia inglesa. Durante ese período, el escritor enseñó literatura inglesa pero acabó desempeñándose como agregado de prensa en Nicosia, donde fue testigo de la revuelta patriótica de los chipriotas que deseaban unirse a Grecia, oponiéndose a la población turca, de tendencia separatista. También en Chipre, Durrell empezó a escribir Justine , el primer volumen de El cuarteto de Alejandría . Escribiría los otros tres ( Balthazar , Mountolive y Clea ) en el sur de Francia, y todos ellos se publicarían entre 1957 y 1960, con gran éxito comercial y buena crítica, reportándole gran reconocimiento internacional. El cuarteto de Alejandría pone en práctica la idea durrelliana del tiempo y el espacio: los tres primeros tomos ofrecen distintas perspectivas de la misma historia de intrigas políticas y sexuales (a la manera de Rashomon ), revelando diferentes aspectos de la verdad, y el cuarto introduce la omnipresencia de la muerte en un relato cronológico de los mismos hechos, que proporciona finalmente la clave de la narración. Escrita con la prosa ornamental, refinada y hasta un tanto delirante que fue la marca de fábrica de Durrell, la tetralogía encajó con absoluta precisión en la atmósfera convulsionada de la década de los 60: la relavitización -y hasta omisión- del dilema moral entre el bien y el mal, los personajes inmersos en una exótica fusión de sabiduría e ignorancia espiritual, rodeados por el misterio milenario de Alejandría, dedicados a seguir y experimentar a ultranza sus propios deseos, embarcados en sus propios "viajes" iniciáticos, convirtieron al Cuarteto en lectura de culto de toda una generación decidida a ampliar y cambiar su percepción de la realidad y, por ende, los contornos del mundo.
Tras abandonar Chipre, Durrell se estableció en Sommiéres, Francia. Durante los treinta y cinco años siguientes, produjo otros dos ciclos novelísticos: La rebelión de Afrodita ü compuesto por las sátiras Tunc (1968) y Nunquam (1970), y El quinteto de Avignon ( Monsieur (1974), Livia (1978), Constance (1982), Sebastian (1983) y Quinx (1985), donde repite y profundiza la técnica del punto de vista que había utilizado en El cuarteto de Alejandría ü aunque con menos fortuna.
Además, siguió escribiendo poesía fue guionista del conflictivo film Cleopatra , para el que trabajó junto al director (que no lo concluyó) Rouben Mamoulian, y autor de por lo menos dos piezas teatrales ( Safo y Acte ) que llegaron a ser estrenadas en Inglaterra y Alemania.
Su vida conyugal fue igualmente movida: tras haber sido abandonado por Eve, quien sufría serios problemas psiquiátricos, se casó con otra alejandrina cosmopolita, Claude-Marie Vincendon, divorciada y con dos hijos. Este fue su período de mayor felicidad matrimonial, que terminó desdichadamente en 1967, cuando Claude murió de cáncer. Durrell se derrumbó y, durante un tiempo, su único consuelo fue el vínculo con sus hijas, especialmente con Sappho Jane, a quien se sentía muy unido. En 1973 se casó con Ghislaine de Boysson, pero el matrimonio se disolvió en 1979. El escritor -que apenas medía un metro sesenta- ejerció durante toda su vida gran atracción sobre las mujeres, y sus romances extramatrimoniales fueron tan múltiples, intensos, conflictivos y variados como los registros de su excéntrica obra. Sus últimos años se ensombrecieron por una tragedia familiar. En 1985, Sappho Jane se quitó la vida. Esa muerte angustió profundamente al escritor y lo sometió a la malsana curiosidad de la prensa y de varios conocidos porque algunas versiones atribuían el suicidio de Sappho Jane a la supuesta relación incestuosa que el padre habría mantenido con ella. El escándalo y las sospechas marcaron la etapa final de la existencia de Durrell. A pesar de todo, llegó a publicar un último libro, Caesar´s Vast Ghost , serie de poemas editada en 1990. El 7 de noviembre de ese mismo año murió sorpresivamente en su residencia de Francia. Quienes se despidieron de sus restos, expuestos en el salón de su casa, pudieron ver que alrededor del cuello tenía anudada una bufanda de Sappho. Ese detalle novelesco parecía una continuación póstuma del mundo de intrigas, perversión y amores decontrolados que apasionaron a los lectores de Durrell: una despedida de escritor.
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