La National Gallery de Londres cambia el nombre del cuadro “Bailarinas rusas” de Degas por “Bailarinas ucranianas”
Con el nuevo título el museo inglés responde a un reclamo realizado en plena guerra para que se revise el arte “erróneamente etiquetado”
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La National Gallery de Londres rebautizó el cuadro del pintor francés Edgar Degas Bailarinas rusas, como se conocía hasta ahora, con el título de “Bailarinas ucranianas” para “reflejar mejor el tema de la obra”, indicó el ayer el museo en una declaración a la agencia AFP.
La obra del impresionista (1834- 1917), especialista en retratar bailarinas detrás de escena, muestra a un grupo de ellas que tiene en su cabello cintas azules y amarillas: los colores de la bandera ucraniana. ”Es casi seguro que las bailarinas eran ucranianas y no rusas”, escribe el museo en la descripción del cuadro publicada en su sitio internet.
”Desde que Rusia inició la guerra en Ucrania, pienso en esta obra. Que las bailarinas no sean rusas y que nunca lo fueron”, escribió el 14 de marzo en Instagram -red social prohibida en territorio ruso- Tanya Kolotusha, ucraniana que vive en Londres, y cuestionó al museo para pedirle corregir el nombre del cuadro. ”Rusia/los rusos se adueñaron y se adueñan aun de muchos elementos de la cultura ucraniana”, agregó.
La National Gallery le respondió al día siguiente, afirmando que modificó el título de la obra. Actualmente, en la ficha técnica que describe cada una de las obras del acervo del museo inglés, dice: “A fines de la década de 1890, varios grupos de danza de Europa del Este visitaron París y actuaron en el Moulin Rouge, el Folies-Bergère, el Casino de París y en una cervecería cerca de la casa de Degas en Montmartre. Este pastel [en referencia al antes llamado Bailarinas rusas- puede haber sido uno de los tres que muestran ‘bailarines con trajes rusos’ que Degas mostró a un visitante de su estudio en 1899, aunque es casi seguro que estos bailarines son ucranianos y no rusos. Vestidas con trajes típicos y pisando fuerte en el suelo, son muy diferentes de las bailarinas clásicas que había dibujado y pintado durante casi cuatro décadas”.
Degas tenía fascinación por las bailarinas. Todas las mañanas asistía a ver el Ballet de la Ópera de París, en el palacio Garnier, y realizaba bocetos que luego trasladaba al bronce o al papel. En la clase, en el ensayo, sobre el escenario o en el vestuario, tenía obsesión por retratarlas quietas o en movimiento. Este dibujo de pastel -era un maestro en esa técnica-, realizado en papel de calco, le permitió a Degas invertir figuras individuales y combinar bailarines diferentes en una hoja. “Agregó una tira de papel al final de esta hoja para poder incluir la parte inferior de la pierna del bailarín más cercano a nosotros. Los contornos simples y audaces transmiten un movimiento dinámico y el pastel aplicado densamente crea superficies ricas compuestas de muchos colores”, se lee en la descripción de la pieza de la colección británica.
”Es importante recuperar nuestro patrimonio cultural y nombrarlo correctamente”, afirmó Kolotusha a la la misma agencia de noticias, y denunció la invasión actual como “un ataque contra la cultura”. En un artículo publicado a fines de marzo en el diario alemán Der Spiegel, la directora del Instituto ucraniano en Londres, Olesya Khromeychuk, también subrayó el lugar de la cultura en la guerra en Ucrania. Vladimir Putin “tiene uno de los más grandes ejércitos del mundo, pero posee también otras armas. La cultura y la historia desempeñan un papel predominante en su arsenal”, afirmó. ”Por ejemplo, cada paso por galerías o museos en Londres con exposiciones sobre el arte o el cine de la URSS revelan interpretaciones deliberadamente falsas o simplemente perezosas que presentan a la región como una Rusia infinita, como el presidente ruso actual quisiera verla”, agregó.
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