El talento local volverá a demostrar su resiliencia en la cita más esperada del año para la escena del arte, que convocará hasta el domingo a los principales coleccionistas del planeta
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¿No hay plata? No importa: algo cambiará. Ni la inflación, ni el traspaso de mando presidencial ni los más oscuros pronósticos para los próximos meses impidieron que un Dream Team de galerías argentinas vuelva a competir esta semana por el mercado global en el “mundial del arte”: la gran semana de Art Basel en Miami Beach. Pocos saben más de resiliencia que los artistas y sus representantes, que logran superar a diario los mayores obstáculos para impulsar en nuestro país una escena vibrante como pocas. Y eso es lo que mostrarán en los próximos días, en un planeta golpeado por las guerras y el desastre ecológico.
Es elocuente la imagen creada con plastilina por el dúo Mondongo: tras haber triunfado con sus dólares monumentales en la última edición de arteba, Juliana Laffitte y Manuel Mendanha exhibirán en el stand de Barro en Art Basel Lxs Mareadxs, una obra de más de dos metros que recrea una tormenta vista desde la ventana de un barco. En medio de las olas gigantes se alcanza a divisar varios containers flotando, como una metáfora de todo lo que perdimos.
Las manifestaciones internacionales de 1968 regresan más de medio siglo después, a través de fotografías intervenidas por Marcelo Brodsky que Rolf Art presentará en la misma feria. Un modo de recordarnos los conflictos que marcaron puntos de inflexión en una historia de crisis recurrentes.
Hay otras perspectivas, sin embargo. Eso confirma Roberto Aizenberg, el argentino que tendrá más presencia en el Centro de Convenciones de Miami Beach. A casi tres décadas de su muerte, volverá a demostrar su gran capacidad de anticipar el futuro: un ser andrógino y danzante observa a través de otra ventana un horizonte mucho más calmo que el vislumbrado por Mondongo, en una de las obras que llevará Ruth Benzacar a Art Basel. Y en el espacio destacado que le dedicará allí a este artista entrerriano Jorge Mara-La Ruche, sus figuras surrealistas devuelven cierta esperanza en que todo puede adoptar tantas formas como estemos dispuestos a crear. Algo similar ocurrirá con los dibujos a gran escala de Tobías Dirty que exhibirá Isla Flotante.
Y eso será solo el comienzo. Porque estas cinco galerías se suma otra docena que participará también esta semana de las ferias Pinta Miami (Pabellón 4, Sasha D, Crudo, Subsuelo, Moria, The White Lodge y Valerie´s Factory), Untitled (Herlitzka & Co, Pasto, Constitución y Vigil Gonzalez) y NADA (Calvaresi).
Todas ellas integran el equipo de Meridiano, que las acompañará durante esta semana clave para ampliar la visibilidad del arte argentino. La Cámara Argentina de Galerías de Arte Contemporáneo impulsará una misión comercial, en el marco del Plan de Promoción Comercial Exportarte Argentina, junto con el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto y el Consulado Argentino en Miami. Incluirá “la identificación de contrapartes de negocios”, a cargo de la curadora Benedicta Badía, a quienes se les ofrecerán visitas guiadas exclusivas.
En esta ciudad que sirve de puente con otros continentes volverán a jugar un rol clave algunos argentinos que contribuyen desde hace años a promocionar el arte latinoamericano en Miami: Diego Costa Peuser, Alan Faena, Ximena Caminos, Jorge Pérez y Amalia Amoedo.
Si bien esta última no está radicada allí de forma permanente, organizará una reunión a través de su fundación para colaborar en la construcción de redes. Ausente con aviso estará Eduardo Costantini, uno de los pioneros en unir arte y Real Estate en sus complejos Oceana, ya que asistirá el jueves a la inauguración de la muestra de Cecilia Vicuña en Malba.
¿Irá Messi a Art Basel, ahora que le queda cerca? Es la pregunta del millón. Tal vez se sienta atraído por la camiseta con el color de su nuevo equipo tejida con lana de oveja por Lucrecia Lionti, que se exhibirá en Barro. O quizás asista a la muestra Tiempo Extra, curada por Ezequiel Suranyi en el Miami Design District. No solo porque allí se exhibirán obras relacionadas con el fútbol, como la serie de objetos con indumentaria deportiva que el rosarino Carlos Herrera actualizará para esta ocasión, sino porque su impulsora es nada menos que Gabriella Mas. Es decir, la hija del empresario cubano-americano, Jorge Mas, dueño del Inter Miami.
Mientras tanto en Little River, al norte de la ciudad, Jessica Trosman acaba de inaugurar en la galería de Tomás Redrado –hijo del economista– la exposición Sense of Self, curada por Carlos Huffmann. Porque nadie quiere perderse la oportunidad de jugar en primera.
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