La mejor biblioteca pública del mundo está en Barcelona y se llama Gabriel García Márquez
El edificio, con paredes de vidrio y estructura de madera, se asemeja a una pila de libros abiertos; está especializada en literatura latinoamericana
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LA NACIONDaniel Gigena
Hoy, en el 88° Congreso Mundial de Bibliotecas e Información que se desarrolla hasta el viernes en Róterdam, se eligió a la mejor biblioteca del mundo. La ganadora del Premio Internacional de Mejor Biblioteca Pública de 2023 lleva el nombre de uno de los grandes escritores latinoamericanos del siglo XX: la Biblioteca Gabriel García Márquez de Barcelona está ubicada en Carrer del Treball (Calle del Trabajo) 219, en el arbolado barrio de La Verneda.
El edificio, de color blanco, paredes de vidrio y estructura de madera (el material provino de bosques sostenibles), fue creado por los arquitectos españoles Elena Orte y Guillermo Sevillano, del estudio SUMA Arquitectura, y se asemeja a una pila de libros abiertos. En el interior, hay un busto del escritor colombiano, que residió en Barcelona entre 1967 y 1975.
Inaugurada a finales de mayo de 2022 por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, tiene casi cuatro mil metros cuadrados (3300 de “espacio útil”) y seis pisos y una terraza diseñados alrededor de una escalera triangular. Como su nombre deja prever, está especializada en literatura latinoamericana, con más de cuarenta mil libros, revistas, cómics, fotolibros y otros documentos, y con capacidad de albergar otros diez mil adicionales. Cuenta además con un estudio de radio que depende de Bibliotecas y de la Red de Radios Comunitarias (donde se producen podcasts), un taller de cocina y un “espacio sensorial” para chicos. Gracias a la luz natural, las plantas crecen saludables en las grandes salas. Está dirigida por la bibliotecaria Neus Castellano.
El certamen, que otorga cinco mil dólares, está organizado por la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias (IFLA, por sus siglas en inglés) y la empresa danesa Systematic. La biblioteca barcelonesa competía con la Biblioteca Pública Janez Vajkard Valvasor Krskov (Eslovenia), la Biblioteca de Parramatta (Australia) y la colosal Biblioteca Este de Shanghái (China).
“Las cuatro bibliotecas nominadas se destacan y cada una es un verdadero regalo para su comunidad -dijo el presidente del jurado, Jakob Guillois Lærkes-. La Gabriel García Márquez es un gran ejemplo de cómo una biblioteca puede servir como un vínculo crucial entre las personas y las comunidades. Todo el proceso de construcción, incluida la selección de materiales, se ha caracterizado por elecciones sostenibles rigurosas y soluciones audaces y ambiciosas. Se erige como un verdadero modelo a seguir para los futuros edificios bibliotecarios en los años venideros”.
Según trascendió, el jurado valoró la sostenibilidad (la institución obtuvo la certificación Gold LEED) y la diversidad de proyectos y programas de apoyo al aprendizaje para todas las edades. Desde su creación, el objetivo es que la García Márquez funcione como un espacio de encuentro intergeneracional e intercultural. Posee 140 puntos de lectura.
“Una de las particulares riquezas de la biblioteca es justamente el color de la luz y la calidez que confiere a los espacios”, destacó la arquitecta Elena Orte. Su colega, el arquitecto Guillermo Sevillano, señaló la influencia de los modelos nórdicos en el diseño arquitectónico. “Proviene de una investigación que tenía su origen en el trabajo que habíamos desarrollado para el proyecto de la Biblioteca Central de Helsiniki, concurso en el que quedamos finalistas -dijo en una entrevista con Knauf Blog-. Trabajando codo con codo junto a Biblioteques de Barcelona, aquello que eran intuiciones y experiencias se convirtió en algo mucho más consistente. Gran parte de todas las propuestas programáticas que hicimos se han incorporado a esta biblioteca”.
Desde la inauguración, un promedio de 1100 usuarios visita por día la “mejor biblioteca del mundo” en en el horario de lunes a viernes de 9.30 a 20.30, y sábados de 10 a 14.
La García Márquez es la tercera biblioteca pública más grande de Barcelona, detrás de la Jaume Fuster y la Ignasi Iglésias, dedicadas a un escritor y a un dramaturgo y poeta catalanes, respectivamente. Los visitantes, además de estudiar y leer libros impresos, pueden leer libros digitales, conectarse a internet y participar de talleres, asistir a espectáculos musicales, festivales literarios y otras actividades culturales. Pueden pasar el día aquellas personas que, por razones económicas, necesiten buscar abrigo en invierno y aire fresco en el tórrido verano catalán. La biblioteca que rinde homenaje al Nobel de Literatura colombiano, y autor clave del Boom, dispone de pufs, sillones, alfombras y hamacas.
En fotos: las otras finalistas
Por Daniel Gigena
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