La llamada de los ancestros: desde Perú, Pinta PArC conecta con una tendencia global
Las obras vinculadas con los ritos, las tradiciones y la naturaleza ganan espacio en la 11ª edición de la feria de arte impulsada en Lima por Diego Costa Peuser
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LIMA.- Siglos atrás los consideraban hijos del diablo, porque se creía que tenían poderes sobrenaturales. Los “danzantes de tijeras” descienden de sacerdotes, adivinos, brujos y curanderos prehispánicos, perseguidos durante la época andina, que enseñaron a sus discípulos este rito declarado en 2010 Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Las siluetas de varios de ellos están reflejadas en tamaño real en una obra de Roberto Huarcaya, artista que representa a Perú en la actual edición de la Bienal de Venecia, que integra una retrospectiva exhibida en el Instituto Cultural Peruano Norteamericano.
Frente a ella se detuvieron ayer decenas de visitantes de la Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Portugal, España y Estados Unidos, que participan del programa VIP organizado por la feria Pinta PArC, que abre hoy al público hasta el domingo en Casa Prado, en el barrio de Miraflores. Entre ellos se contaban Guillermo Kuitca, como parada de un viaje que lo llevará hasta Cusco, y los directores de la galería rosarina Subsuelo, que condujeron durante 4000 kilómetros un auto cargado de obras para llegar a Lima.
La odisea valió la pena. Se sumaron así a otras 13 galerías argentinas que representan al país entre un total de 44 de América y Europa. La mayoría son de Buenos Aires (Del Infinito, W, Herlitzka & Co, Quimera, Pabellón 4, Tramo, Cott, Constitución, Imaginario y Vigil Gonzales, donde la Colección Espacio 23 de Miami compró una obra de Gonzalo Hernández), pero también hay de Córdoba (Lyv), Santiago del Estero (Yu&Va) y Salta (Remota).
Esta última no solo fue reconocida con el premio Next en la edición anterior de Pinta PArC: este año también fue una de las dos argentinas ganadoras del premio otorgado este año en ARCO a las galerías jóvenes. Por su stand de la feria madrileña pasaron nada menos que los reyes de España, que mostraron interés en la obra de la salteña Roxana Ramos. Ella, a su vez, ganó el premio In Situ el año pasado en Pinta BAphoto, y ahora está presente en Pinta PArC en la sección Video Project, curada por Irene Gelfman.
Otro ejemplo del fortalecimiento de los vínculos intercontinentales es el caso de Chonon Bensho, joven artista peruana que protagonizó junto con Florencia Sadir en ARCO el stand de W, ganador del premio Lexus al mejor stand de la feria. La galería porteña trajo ahora varios dibujos suyos a PArC, mientras que 80m2 Livia Benavides exhibe una de sus piezas textiles en un lugar destacado de Casa Prado: es una de las primeras obras que se ven al entrar.
“En shipibo-konibo, que es mi lengua materna, me llamo Chonon Bensho, y significa golondrina de los campos medicinales. Soy una legítima heredera del saber de mis ancestros”, escribió en un libro que compila la sabiduría familiar. “Mis abuelos se han dedicado a la medicina ancestral desde tiempos muy antiguos –agrega-. Su conocimiento era vasto y profundo”.
Tan vasto y profundo como el conocimiento de la antigua civilización Inca, de la cual provienen los quipus. Es decir, los nudos que conforman un sistema contable y de escritura tridimensional, recuperados en las obras de Cecilia Vicuña –ganadora del León de Oro en la edición anterior de la Bienal de Venecia- y de Jorge Eduardo Eielson. El fallecido artista peruano recibe en estos días un doble homenaje, a un siglo de su nacimiento: mientras Pinta PArC le dedica un generoso espacio a sus obras de los años 80, en una muestra curada por Sharon Lerner -directora del Museo de Arte de Lima-, el joven artista Azul Caverna realizó una performance con banderas náuticas en un barco, inspirada en uno de sus poemas.
No se termina ahí la evocación de los antepasados. “Despertar el polvo dormido de sus ancestros” se titula la sección que recibe a los visitantes en la feria con obras de cuatro artistas peruanos contemporáneos. Según la curadora, Giuliana Vidarte, “evidencian la estrecha vinculación que existe, y ha existido, entre el territorio –sus recursos y ciclos-y las prácticas artísticas”.
“El hombre y la mujer al danzar con sus pies descalzos sobre el suelo de tierra despertaron el polvo dormido de sus ancestros –escribe uno de ellos, Antonio Paucar, autor de una enorme instalación realizada con ramas-. El polvo alzó vuelo danzando entre sus cuerpos y se elevó en el cielo azul”.
Ese estrecho vínculo con la naturaleza se refleja también en la sección Radar. Su curadora, Florencia Battiti, puso allí el foco en “la capacidad que tiene el arte de reeducar nuestra percepción en relación a nuestro entorno, sensibilizarnos respecto del cuidado de los recursos naturales y jerarquizar prácticas y saberes ancestrales ante la inminente crisis de habitabilidad de nuestro planeta”.
Dos galerías argentinas se destacan este sector: Yu&Va, que participa por primera vez en una feria internacional con cerámicas de Sol Diví, y Cott, con pinturas de Andrés Paredes realizadas con espuma de las Cataratas del Iguazú, y los textiles y paisajes de Lucila Gradin teñidos con tintes naturales provenientes de la yerba mate, el ceibo y el mburucuyá.
“Las ediciones de Pinta están cada vez más curadas; logramos armar un gran equipo y eso se nota”, dice con orgullo Diego Costa Peuser, director de Pinta, la primera plataforma internacional de promoción de arte latinoamericano a nivel mundial. La pandemia, según él, “sirvió para pensar estratégicamente” e integrar bajo una misma marca los proyectos que impulsa en la Argentina, Perú, Estados Unidos y Paraguay.
Esa experiencia se refleja en la presentación de artistas emergentes que dialogan con otros ya consagrados como Julio Le Parc, Victor Vasarely, Jesús Rafael Soto, Roberto Matta, Rogelio Polesello y Liliana Porter. Un apoyo clave es el del principal sponsor, el banco EFG; en esta edición preseleccionó una obra del artista peruano Miguel Aguirre en la galería Daniel Cuevas para su Premio Adquisición EFG Latin America Art Award en asociación con ArtNexus, que se entregará a fin de año en la feria Pinta Miami.
En la sección Next, a cargo de Florencia Portocarrero y dedicada a artistas emergentes, Paseo Lab retoma la línea de Radar con la obra de la joven peruana Heydi Moria, realizada con pajas encontradas. “El sol se manifiesta a través de la proyección de sombras de montañas sobre una chacra de pajas secas en Ollantaytambo”, escribe la artista junto a la obra en su cuenta de Instagram (@moria_al_alba_varado).
También tiene cuenta en esta red social el colectivo de mujeres Soi Noma, que lleva a pinturas los patrones de sus vestimentas y las exhiben en el stand de la galería uruguaya Del Paseo. “Somos la lucha y la resistencia de nuestros antepasados –se presentan en el perfil de @mujeresmuralistassoinoma- promoviendo la identidad”.
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