La letra de Belgrano: con una muestra de manuscritos del creador de la bandera, reabre sus salas el Museo Mitre
Se exhiben valiosos tesoros, como el acta de bautismo y papeles escolares así como libros y demás documentos que atesoró Bartolomé Mitre, biógrafo de Belgrano
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Varios paneles con documentos escaneados descansan sobre las paredes de una sala del Museo Mitre. Las figuras de Bartolomé Mitre y Manuel Belgrano parecen dialogar junto a la bandera argentina en un extremo del lugar. Se inauguró Belgrano, de puño y letra, la muestra itinerante que permanecerá durante tres meses en el museo -parcialmente restaurado- antes de emprender su gira por distintos puntos del país.
El Lic. Manuel Belgrano, Presidente del Instituto Nacional Belgraniano y chozno nieto del creador de la bandera, estuvo presente en la inauguración, y recibió los 444 archivos digitalizados en un pendrive. “Lo fundamental de Belgrano fue la formación que tuvo tanto en su familia, luego en sus primeras letras en el convento de Santo Domingo, en el colegio San Carlos y, posteriormente, en la Universidad de Salamanca y Valladolid, en España. Esa formación impecable, que lo marca permanentemente en su vida como Secretario Perpetuo del Real Consulado y en todo lo que hizo en cuanto a educación, economía, a pensar una Nación, como decía él ‘para el bienestar de mis paisanos’. Ese gran humanismo es el legado que nos dejó”, destaca.
“Millones de argentinos no han visto un manuscrito de Belgrano pero saben quién es. Qué lindo que vean su caligrafía, que entiendan el contexto en el cual se produjo ese manuscrito. Están las explicaciones pertinentes en el código QR. Todo lo que está en exhibición, que en este caso son 24 paneles, tiene una razón de ser, ha sido elegido porque marcó hitos en la vida de estos próceres”, se apasiona Gabriela Mirande Lamedica, directora del Museo Mitre, que cuenta con el segundo archivo más importante del país.
Esta muestra se articuló en tres ejes: “Familia y etapa formativa”, “Período revolucionario” y “Legado y muerte” de Manuel Belgrano. En el primero se muestra el acta de bautismo, el permiso que le pide al Papa en una carta en latín (y que el Papa le contesta) para acceder a ciertos libros que estaban prohibidos en la época. También incluye su certificado del colegio de San Carlos, que es donde se formó en Buenos Aires, para ingresar posteriormente a Salamanca, donde cursó Derecho. “Tiene que ver con su familia, con cartas al padre, al hermano”, explica Hugo Martin, a cargo del área de Exposiciones y Museografía.
El segundo eje es el revolucionario, con todas sus partes de batalla y sus proclamas a los distintos pueblos, incluso una en guaraní al pueblo del Paraguay. “También hay una carta a un Comandante traducida al guaraní. Eso es muy importante porque habla de su apertura y de su conocimiento. Hay cartas que escribió después de sus derrotas, ha tenido luces y sombras como militar”, detalla Martin.
El período de legado y muerte, en 1820, muestra el premio monetario que se le da y que dona para la construcción de escuelas. Y, finalmente, aparece el tema de su enfermedad a través de las cartas que intercambiaban sus médicos personales preocupados por su estado de salud.
“Esos tres ejes son impecables porque marcan su formación para permitirle lo que fue en su vida y el gran legado que nos dejó. Un símbolo patrio por excelencia, que nos da nuestra unión, libertad e identidad como nación a todos los argentinos. En el período revolucionario, Belgrano creó la bandera para tener libertad. No para salir a conquistar ni un metro de tierra, sino para la libertad de las colonias. Eso es lo que refleja la muestra”, concluye Belgrano. “La vida es nada si la libertad se pierde”, creía el prócer.
Es inevitable pensar en qué se debe sentir como descendiente y homónimo del General. “Es un orgullo y un honor”, responde con humildad, y recuerda sus años de alumno, agradecido por haber ido doce años al mismo colegio, donde ya todos lo conocían. Al principio cuando llegaba el mes de mayo y empezaban a hablar de la Revolución, siempre salía Belgrano, y llegaba el mes de julio con la declaración de la Independencia y aparecía Belgrano. En junio el día de la bandera, estaba Belgrano, claro. “Cada vez que se lo nombraba yo tenía cuarenta compañeros que se daban vuelta a mirarme. Era preguntar al profesor y después en mi casa, y así poco a poco fui sabiendo quién era Manuel Belgrano”.
En una vitrina se exponen, además, ejemplares de libros originales. Sorprende uno de color verde realizado especialmente en 1887 para Bartolomé Mitre, autor de la biografía de Belgrano. Mitre publicó por primera vez su Historia de Belgrano en la Galería de celebridades argentinas, en 1857, y luego se fue actualizando como libro en los años siguientes. Esos ejemplares también forman parte de la muestra. La edición más antigua, ya convertida en libro, es de 1858. Y en 1876 el título se modificó y fue Historia del General Belgrano y de la Independencia argentina.
¿Por qué Mitre escribió la biografía de San Martín y de Belgrano? “Fue porque necesitábamos padres fundadores para construir una nación moderna”, explica Martin, tal como sucedía en el modelo americano.
En otro extremo de la sala, se pueden ver dos manuscritos originales en los que se leen con claridad las letras de cada renglón y la firma del General. Uno es la carta de Manuel Belgrano a Cornelio Saavedra, en donde le informa sobre pormenores del ejército y comenta la situación general del país (fechada el 31 de enero de 1811). El otro es la Proclama a los pueblos del Perú, donde exalta el patriotismo (15 de octubre de 1813).
“Excelencia que vi, observé el fuego patriótico de la tropas, y también oí en medio de un acto tan serio murmurar entre dientes: ‘Nuestra sangre derramaremos por esta bandera (...)’. No es dable á mi pluma pintar el decoro y respeto de estos actos, el gozo del pueblo, la alegría del soldado, ni los efectos que palpablemente he notado en todas las clases del Estado, testigo de ellos: solo puedo decir que la patria tiene hijos que sin duda sostendrán por todos medios y modos su causa, y que primero perecerán que ver usurpados sus derechos (...) Dios guarde á Vuestra Excelencia muchos años”, se lee en la tinta oscura, de su puño y letra, en un documento datado “Jujui, 29 de mayo de 1812”.
“Digitalizar no solo sirve para cuidar el manuscrito que está sometido a una migración de soportes, a un clima determinado, a controles periódicos, sino que esto también en un plazo de tiempo lo vamos a tener presente en la web del museo para que usuarios, curiosos e investigadores de todo el mundo puedan acceder de manera directa, libre y gratuita al documento, sin necesidad de solicitar permisos”, dice Mirande, quien durante su gestión hizo gran hincapié en la conservación del patrimonio. “El hecho de que alguien desde su casa pueda consultar un libro digitalizado agiliza muchísimo y nos ayuda a conservar ese material que tiene que seguir dando testimonio cien años más y cien años más. Lo fuerte para los que trabajamos acá es entender la importancia de conservar la memoria cultural que uno custodia. Tenés en las manos algo demasiado importante. Es una de las emociones más fuertes que tienen quienes trabajan en un museo”, concluye la directora, condecorada la semana pasada por su carrera profesional y su aporte a la elevación cultural y educacional de la Nación Argentina.
Con esta muestra sobre Belgrano se reabre el museo después de una gran obra de restauración que mantuvo las puertas cerradas al público durante unos tres años. El material es inédito: el público va a descubrir estos documentos, que pertenecieron a Mitre. La primera parte de la restauración incluyó la fachada, la terraza, los patios, las carpinterías externas, que se realizó gracias al Ministerio de Cultura de la Nación. Si bien falta restaurar los interiores, ya se pueden recorrer los patios y la exposición con una visita guiada.
Para agendar
Belgrano, de puño y letra se puede visitar desde el 3 de mayo, de miércoles a domingos, de 13.30 a 17.30, en el Museo Mitre, San Martín 336.