La justicia pidió que la escultura de la "virgen abortera" se exhiba a puertas cerradas
La justicia exhortó a los responsables de la muestra "Para todes, tode", que se exhibe en el Centro Cultural Haroldo Conti, dependiente de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, a trasladar la imagen de la Virgen abortera a puertas cerradas y con un cartel que advierta "sobre los eventuales efectos que podría causar en los sentimientos religiosos de los espectadores".
La estatua intervenida corresponde a la Virgen María en su advocación de la Medalla Milagrosa en cuyo rostro y cuello se pintó un pañuelo verde, símbolo de quienes bregan en el país por el aborto libre y gratuito. Es parte de la muestra curada por Kekena Corvalán. La obra estuvo primero en la librería del Centro Cultural Haroldo Conti y tras la polémica incial fue trasladada a una sala junto con otras piezas vinculadas a la cuestión del arte y el género.
El juez Esteban Furnari, titular del Juzgado de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo Federal Nº 10, dispuso esa acción, "hasta tanto" no se cumplan "las medidas anunciadas" por esa Secretaría del Estado, "tendientes al retiro definivo de la imagen de la Virgen", y en respuesta a un recurso de amparo presentado por Pedro Javier María Andereggen y otros contra el Estado Nacional, dado que la exposición se da en un espacio público.
Los solicitantes consideran que la pieza exhibida agravia, lesiona o menoscaba sentimientos religiosos cuya defensa están garantizados por el orden jurídíco argentino. Se refieren, entre otras normas, a la que dispone el "derecho a no sufrir situaciones que puedan implicar exclusión o discriminación de ninguna naturaleza por razones religiosas o de opinión".
Furnari dispuso la medida cautelar que establece que la imagen "sea exhibida en un salón a puertas cerradas, con el debido control de acceso solo autorizado a mayores de edad y con la correspondiente inclusión de cartelería previa al ingreso en la cual se alerte sobre los eventuales efectos que podría causar en los sentimientos religiosos de los espectadores."
Se agrega que se busca "evitar la amplificación de las consecuencias disvaliosas que generaría la exhibición al público en general, sin ningún tipo de reparo, del imagen de la Santísima Virgen María portando un pañuelo verde en su rostro y, en especial, en los creyentes de la fe católica –tal el caso de los amparistas–". La resolución también considera que la medida solicitada "no sólo ha de velar por el interés de los solicitantes, sino –incluso– por el de todos los integrantes de la comunidad cristiana que, como se ha expresado, pudieran sentirse afectados en sus convicciones religiosas".
Términos similares a estos usaron los obispos en un comunicado en el que semanas atrás se hicieron eco "del dolor y la indignación" de muchos cristianos frente a "agresiones" registradas contra la imagen de la Virgen "que van desde una pretendida justificación artística a hasta el ataque directo".
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