La invención más inquietante de Samanta Schweblin encontró sus imágenes
"La respiración cavernaria", uno de los mejores relatos de la escritora argentina, vuelve en formato de álbum ilustrado; el año de la consagración internacional
“La lista era parte de un plan: Lola sospechaba que su vida había sido demasiado larga, tan simple y liviana que ahora carecía del peso suficiente para desaparecer. Había concluido, al analizar la experiencia de algunos conocidos, que incluso en la vejez la muerte necesitaba de un golpe final”.
Así, con esa contundencia, comienza “La respiración cavernaria”, de Samanta Schweblin, uno de los cuentos que integran el libro Siete casas vacías, editado por el sello español Páginas de Espuma. La misma editorial independiente publicó en noviembre una edición especial, en formato álbum, ilustrada por Duna Rolando, una artista argentina que vive en Berlín, al igual que la autora.
Este fue un año de gran reconocimiento y proyección internacional para Schweblin. Su primera novela, Distancia de rescate, fue uno de los cinco títulos seleccionados en abril para el prestigioso Premio Man Booker International, que otorga la fundación inglesa del mismo nombre al mejor libro traducido en el Reino Unido. Compitió, entre otros, con Amos Oz y David Grossman, que resultó ganador por Gran cabaret. Con Siete casas vacías, Schweblin obtuvo en 2015 el IV Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero.
Mientras avanza en la escritura de su segunda novela (“Todavía falta trabajo y no me animo a contar mucho”, dijo a la nacion), la escritora celebra la edición del libro ilustrado y el proceso conjunto con la artista. “Conocí a Duna Rolando en Berlín, me encantó su trabajo y enseguida hablamos de hacer algo juntas. A Duna le interesaba «La respiración cavernaria» y en cuanto empezamos a imaginar qué más podíamos contar con imágenes alrededor de esta historia fue claro que ya todo estaba decidido”, recuerda Schweblin.
Zonas oscuras
El cuento es inquietante: está centrado en el derrumbe de una anciana enferma (padece de Alzheimer, aunque la enfermedad jamás se nombra en el relato), que se prepara para la muerte. Pero la muerte no llega.
¿Qué tiene en particular esa historia de desolación como para publicarla en formato de libro ilustrado? Responde Juan Casamayor, editor y fundador de Páginas de Espuma: “Una primera lectura de algunos textos muestra una serie de rasgos que evidencian la opción de su ilustración; otros precisan de la profundidad de mirada. El cuento de Samanta obedece a este segundo caso. Estoy convencido de que es en esta situación cuando se enriquecen los matices de la escritura. Y aquí fue fundamental Duna Rolando”.
Para la autora, esta fue una experiencia única. Es la primera vez que un cuento suyo se convierte en otra obra. Dice Schweblin: “La historia de Lola está llena de rencores, miedos, zonas oscuras y una mirada muy subjetiva de lo que ocurre, por eso las imágenes de Rolando tenían tanto más para contar en este relato: son crueles e hiperrealistas, contrastan y hasta a veces contradicen la narración de Lola, abriendo la historia a nuevos recorridos”.
Las ilustraciones muestran escenas de la vida cotidiana del personaje que no están descriptas con palabras: la pileta de la cocina vacía, con un par de guantes de goma colgados de forma prolija; una serie de gestos que hace la anciana con las manos; una publicidad del programa de salud que ve la protagonista por televisión.
La lista que Lola lleva siempre consigo con sus premisas fundamentales (“Clasificarlo todo. Donar lo prescindible. Embalar lo importante. Concentrarse en la muerte. Si él se entromete, ignorarlo”) y el banco que le sirve de apoyo en más de un sentido son elementos recurrentes a lo largo del libro, aunque aparecen de diversos modos. También, las cajas de cartón que se apilan en varios rincones de la casa donde la mujer guarda todo lo que considera importante: de peines usados y adornos a papeles y fotografías.
El libro trae una sobrecubierta ilustrada; cuando se retira, en la contratapa se ven las pilas de cajas membretadas que tanto obsesionan a Lola.
La respiración cavernaria inaugura una serie dentro de la colección Voces/Literatura de Páginas de Espuma, que en 2018 sumará títulos de Eduardo Halfon y Fernando Iwasaki. “Desde hace tiempo el sello ha madurado una línea editorial que recogerá un cuento inolvidable contemporáneo que tenga solidez por su calidad y por su autoría y, asimismo, un diálogo sugerente con la imagen”, cuenta Casamayor. Distribuido en el país por Waldhuter, el libro ya está en las librerías locales y cuesta $ 350. Es un álbum excepcional para coleccionar o regalar para Navidad.
Schweblin cierra el año “contenta por los libros y escribiendo mucho”. “En 2016 trabajé con Claudia Llosa en la adaptación al cine de Distancia de rescate, que aparentemente se rodará muy pronto. Ahora trabajo en una novela, pero todavía falta y no me animo a contar mucho. Y cada tanto, por supuesto, vuelvo a los cuentos. Siempre vuelvo a los cuentos”.