La infancia irrepetible
El rumano György Dragomán cuenta la historia de la amistad entre dos niños, con el trasfondo de la dictadura y la burocracia de un país centroeuropeo
El tema de El rey blanco es el universo de la infancia, sorprendente e irrepetible, recuperada a través de Yata (Djata, en el original), un niño de once años, en cuya historia György Dragomán -nacido en la región rumana de Transilvania en 1973 y emigrado con su familia a Hungría en los años 80- volcó seguramente algunos hechos de su preadolescencia. Nunca se revelan con exactitud el lugar ni el momento en los que transcurre el relato. Ciertos datos sugieren que puede ser Bucarest; otros, Budapest, capitales ambas que conocieron el rigor de una dictadura: la del siniestro despotismo de Ceausescu, en el primer caso, o la del régimen autoritario que hacia 1950, tutelado por la ex URSS, caracterizó el gobierno húngaro.
Esta ambigüedad permite a Dragomán repudiar el sojuzgamiento y el autoritarismo de cualquier latitud, sin importar su identificación plena. Los padece tempranamente Yata, cuando su padre, acusado de actividades contrarias a la "política nacional", es llevado por la policía secreta y derivado a trabajos forzados en un canal del Danubio.
Poseedor de una especial sensibilidad para ver más allá y deducir asuntos de la existencia que no comúnmente irrumpen en el paisaje de la infancia, Yata se hace amigo de un extraño personaje, apodado Martillo, amante de los pájaros, a los que ha enseñado a ejecutar un espectáculo prodigioso, muy propio del realismo mágico.
Dragomán ha apelado a una técnica de escritura habilidosa y convincente. La narración en primera persona se ajusta a la exposición gramaticalmente espontánea y desprolija que escribiría un niño, de modo que abundan los largos párrafos en los que, por toda puntuación, la coma resulta el único elemento ordenador del discurso.
Otra característica de El rey blanco es el metasignificado de diversas situaciones: una "guerra" de niños, con algunos episodios feroces, reproduce el enfrentamiento bélico de los mayores que los pequeños han visto de cerca. Una visita a un embajador para que procure la liberación del padre del protagonista desemboca en una situación de fuerte atmósfera kafkiana, con el tono de lo absurdo, la perversidad y la alienación generados por una diabólica maquinaria burocrática. En la estupenda escena final, que se inicia en un cementerio donde se desarrolla una disparatada ceremonia, Yata logra comprender que hay un punto sin retorno y que la clave consiste en alcanzar ese extremo, aun a riesgo de todo.
El rey blanco
György Dragomán
Del Nuevo Extremo
Trad.: José Miguel González Trevejo
255 páginas
$ 81,50