La Iglesia estrenará en enero su propio canal de televisión
Emitirá programas de interés general
En poco más de un mes, la televisión argentina, tan criticada y vapuleada en los últimos tiempos, contará con un canal y una programación especialmente bendecidos por el cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires y flamante presidente del Episcopado argentino.
El canal 21, cuya concesión había sido dada por el Comité Federal de Radiodifusión (Comfer) hace cinco años a la orden franciscana y que ahora será gestionada por el Arzobispado de Buenos Aires, comenzará en enero con transmisiones regulares en modalidad experimental. Será un canal de TV abierta, aunque con un alcance limitado: 25 kilómetros desde su planta transmisora, en el seminario de Villa Devoto.
Si bien la emisora es de la Iglesia porteña, “no será confesional ni culturosa” y la programación estará marcada por el servicio y la solidaridad, expresó ayer Julio Rimoldi, director ejecutivo de la nueva señal y del Centro Televisivo de la Arquidiócesis de Buenos Aires, a LA NACION. Agregó que los programas serán de entretenimiento, cultura, música y deportes, y habrá un “análisis de las buenas noticias”.
Para Bergoglio, el emprendimiento se funda en la certeza de que es necesario plantear “una alternativa comunicacional para una sociedad ávida de un entretenimiento sano, de una información elaborada, de una teleeducación orientada a sus necesidades, de un mensaje solidario".
Así lo afirma Bergoglio en una carta que está siendo enviada a empresarios y dirigentes sociales con el objetivo de promocionar la iniciativa. "Hemos hecho el esfuerzo de montar la herramienta; necesitamos su apoyo para hacerla funcionar", dice el texto rubricado por el cardenal.
Con financiación de organismos internacionales, que Rimoldi dijo desconocer, se instaló una planta transmisora en el seminario de Villa Devoto y se acondicionaron las oficinas del piso décimo del edificio de Rivadavia 413, propiedad del arzobispado. Se eligió el seminario metropolitano, porque tenía la ventaja de ser uno de los territorios más altos de Buenos Aires y porque es también del arzobispado.
Rimoldi dijo a LA NACION que aspiran a iniciar la programación definitiva durante el primer semestre del próximo año y que en poco tiempo comenzarán las gestiones frente a las autoridades de los canales de cable para incorporar el canal 21 a las señales transmitidas por ellos.
TV abierta limitada
La estación de televisión abierta, que originalmente correspondía a la frecuencia 66 de UHF, fue otorgada por decreto Nº 769 de 2000, por el entonces presidente de la Nación, Fernando de la Rúa, a la viceprovincia San Francisco Solano, la orden de franciscanos en la Argentina.
Según informó ayer a LA NACION Ignacio Martín Cingolani, director nacional de Planeamiento y Desarrollo del Comfer, desde 2001 la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC) objetó varios ítem en las presentaciones que debía cumplimentar la Iglesia para poder usar la frecuencia. Ahora esos trámites están completos, con lo cual la Iglesia está en condiciones de transmitir.
A diferencia de los canales abiertos, que van del 2 al 13 y corresponden a la frecuencia conocida como VHF, el canal 21 está incluido en la banda UHF y tiene un alcance de 25 km a la redonda desde su lugar de transmisión.
Según explicó Cingolani, el UHF es un sistema que en nuestro país no se desarrolló masivamente, como sucedió en otros países de América y Europa. Para ser bien sintonizado requiere de una antena y un aparato especial.
Rimoldi sostuvo que la afirmación del Comfer es confusa. "La banda UHF puede ser codificada o abierta. El canal 21 es abierto y el usuario puede captarlo con un aparato de TV y una antena común", dijo. Y aseguró que las transmisiones de prueba que se están emitiendo en estos días corroboran sus dichos. De todas formas, Rimoldi considera sin sentido la discusión en términos técnicos porque el actual escenario cambia todos los días y la TV se está digitalizando. Lo que hoy puede ser una ventaja, mañana puede no serlo.
Los contenidos
El director general del canal 21, cuyo nombre e imagen artística aún no están definidos, es el padre Alberto Balsa, quien dirige también el Centro Televisivo Arquidiocesano, cuya estructura asumió el año pasado los primeros pasos de la gestión de la nueva emisora.
Hasta ahora, la estructura de la nueva señal incluye a Magalí Valenzuela como responsable de los contenidos. El padre Guillermo Marcó, director de la Oficina de Prensa del arzobispado, dijo a LA NACION que colaborará con el nuevo canal, pero no estará involucrado directamente porque son órganos independientes.
Se ofrecerán, según anticipó Rimoldi, programas coproducidos con organizaciones de otros credos. En sintonía con la prédica del cardenal Bergoglio, se intentará acentuar los nexos interreligiosos.
"No pretendemos competir con los grandes canales de aire, sino ser una opción más", especificó el director ejecutivo, y explicó que no tendrá una programación explícitamente confesionales. "Serán programas que lleguen a la gente no con un lenguaje religioso, sino con una impronta religiosa", agregó.
El canal de la Iglesia aspira a ser, según la carta firmada por Bergoglio, "una reivindicación de la cultura en la más esencial de sus acepciones".
Según ese texto, el Arzobispado de Buenos Aires está abocado a la instalación y puesta en el aire de un canal abierto en Buenos Aires guiado por la convicción de que hay que utilizar la TV porque la humanidad busca signos. Agrega que es la civilización de la imagen y que la TV tiene lenguaje y códigos que están probados y, si son eficaces, hay que utilizarlos.
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