La fuerza de la línea: rescatan en un libro el legado de Eduardo Mac Entyre
En la primavera de 1960, Eduardo Mac Entyre (1929-2014) y Miguel Ángel Vidal (1928-2009) presentaron una exposición en la galería Peuser en la que afirmaron que sus obras partían de un punto o una recta para generar el movimiento por medio de sucesivos desplazamientos, giros y vibraciones en el plano. Se trataba del Manifiesto de Arte Generativo, incluido en el libro de dedicado a la obra de Mac Entyre que se presentará mañana a las 18 en el Museo de Arte Contemporáneo Buenos Aires en el marco de la muestra Eduardo Mac Entyre, Sutilezas de la línea.
Desde entonces, Mac Entyre trabajó sobre las posibilidades de la pintura generativa y exploró el movimiento de las formas mediante la creación de desplazamientos que, a su vez, "generan" efectos vibratorios. Pronto prefirió la circunferencia, forma que convirtió en la unidad de un sistema que le permitió lograr múltiples variantes.
La obra generativa de Mac Entyre logró un temprano reconocimiento local e internacional que tendió a identificar su estilo con ese tipo de pintura. Aunque desde su etapa de formación no abandonó la figuración, se interesó por explorar diferentes técnicas y materiales y realizó series a partir de manchas y trazos gestuales, como en el caso de sus "paisajes imaginarios".
Si bien Sutilezas de la línea no es una exposición retrospectiva, el guión curatorial enlaza las primeras obras no figurativas –próximas al arte concreto– con sus búsquedas dentro del arte óptico y cinético, y presenta en vitrinas y dispositivos audiovisuales los momentos en los que transitó estas otras líneas de expresión.
El origen
Durante los primeros veinte años, Mac Entyre ubicó el centro de las circunferencias dentro del campo de la pintura, tal como puede observarse a través de las perforaciones que dejó el apoyo del compás sobre las telas de ese período. Este procedimiento le permitió crear una amplia diversidad de variantes dentro de un patrón simétrico: desde las formas mandálicas (como la obra que forma parte del acervo del Macba y que se encuentra ploteada en la fachada del edificio) hasta formas más complejas como el tema que Mac Entyre llamó Lys, y que pintó con diferentes combinaciones de colores.
Invitación al juego
A mediados de los años 60, los artistas valoraron la posibilidad de integrar a un espectador activo que pudiera participar en la conclusión de la obra. Dentro de esta línea, Mac Entyre realizó montajes que articularon piezas de acrílico intercambiables. Es el caso de Descomposición de un tema, obra que desarrolla una idea que podría continuarse al infinito a partir de un mismo módulo pintado en diferentes colores.
Este interés por el carácter lúdico también se encuentra en la búsqueda de variantes para una misma forma, como puede observarse en las pinturas, grabados o cajas de acrílico presentadas en el primer piso del Macba, donde se encuentra una réplica sobre la cual el público puede construir su propia versión.
Obra abierta
Los nuevos materiales, como el acrílico, permitieron que los artistas constructivos de los años 60 experimentaran con el movimiento virtual (provocado por un efecto óptico) o real (a partir de algún factor aleatorio, como una leve brisa que mueve un alambre o de un mecanismo conectado a un motor eléctrico). La idea de obra abierta está presente en las cajas con tramas móviles de Mac Entre, que aplicaron un mecanismo de movimiento real o provocaron el dinamismo mediante el desplazamiento del espectador frente a ellas.
Composiciones descentradas
Desde 1980 los planteos fueron desplazando el centro de la circunferencia hacia afuera del plano de la tela y las pinturas sólo incluyeron las líneas curvas de sus arcos; el resultado fueron composiciones descentradas, que quebraron la simetría y aportaron mayor dinamismo. Este período abrió paso a una etapa en la que el espacio fue teniendo cada vez mayor preeminencia. Al comenzar la década del 90, incorporó fondos esfumados y superficies aerografiadas.
Contribución al op art
Las pinturas generativas de Mac Entyre continuaron los desarrollos de la vanguardia del arte concreto de los años cuarenta y, desde el interés por integrar el movimiento, lograron una particular contribución a la corriente internacional del op art.
Sin embargo, aunque las vibraciones fueron centrales para el programa del arte generativo, esos efectos ópticos fueron sólo uno de los "ingredientes" que empleó el artista. Al recorrer toda su obra se percibe la fuerza de la línea curva, que abrió un mundo de infinitas variaciones.
(La autora es curadora de la exposición Eduardo Mac Entyre. Sutilezas de la línea, que se exhibe en el Macba hasta el 17 de marzo)
PRESENTACION
El libro Mac Entyre, escrito por Cristina Rossi y publicado por YOEDITOR, de 335 páginas, se presentará mañana a las 18 en el Museo de Arte Contemporáneo Buenos Aires (San Juan 328). La autora conversará con Mercedes Ezquiaga y luego se proyectará un video sobre la vida del artista
Cristina Rossi
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