La fotografía sin cámara: Roberto Huarcaya en BAphoto
Curar enfermedades era el propósito original del baile con el que las culturas precolombinas rendían culto, mediante el trance, a los dioses andinos. A mediados del siglo XVI derivó en un ritual contra lo que se consideraba la raíz de todos los males: la evangelización promovida por la colonia española. Aquel movimiento de resistencia impulsado por sacerdotes, brujos y curanderos prehispánicos no tardó en ser reprimido, pero dejó entre sus descendientes la semilla de la llamada "danza de las tijeras".
Su nombre alude a las hojas de metal pulido que los bailarines entrechocan para hacer un ruido parecido al de campanas. Considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad, esta ceremonia suele convertirse en un desafío que puede durar varias horas, ya que cada uno copia los pasos del otro y los complejiza hasta llegar a demostraciones acrobáticas.
En esta danza se inspiran las obras recientes del fotógrafo peruano Roberto Huarcaya, como la que presentará en los próximos días en la 15a edición de BAphoto. Padres danzantes de tijeras se titula la pieza de diez metros de ancho que se exhibirá en la nueva sección Out of Box, dedicada a producciones realizadas sin cámaras fotográficas.
Se trata de un monumental fotograma –imagen obtenida gracias al trabajo con emulsión fotosensible sobre el papel y una iluminación adecuada– que reproduce las siluetas de hombres vestidos con telas de más de mil años de antigüedad. Esta obra pertenece a una serie iniciada en 2017 que incluye Patacancha, fotograma de 18 metros con las figuras de los cuerpos de 36 niños de comunidades cusqueñas en posición de baile.
Tres años antes había realizado otra serie similar, Amazogramas. Entonces desplegó rollos de papel fotosensible de 30 metros entre el follaje de la selva peruana, durante la noche. Para registrar las formas de las especies vegetales de la Amazonía apeló a la luz de un flash de mano, de la luna y de los relámpagos en plena tormenta, y reveló las imágenes con agua de ríos cercanos.
"Sentía que debía ser la selva misma quien escribiera con luz su propio relato, su propia imagen", escribió Huarcaya al presentar en arteBA Focus 2017 esas piezas que se exhibieron luego en la galería porteña Rolf Art, en Washington, Barcelona y Madrid, y llegarán en noviembre a París Photo.
"La vanguardia histórica en el arte europeo de inicios del siglo XX se valió del fotograma como una salida radical de lo que se percibía como una crisis completa de la representación –señaló el crítico peruano Jorge Villacorta Chávez–. Huarcaya se vale de él para hacer un señalamiento de una crisis en fase aguda en un territorio que se halla en situación absolutamente crítica dentro de lo que insistimos en llamar ‘realidad nacional’."
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