La formación docente tendrá una estructura similar a la universidad
Harán cambios en los institutos terciarios
Empeñado en recuperar el prestigio perdido en la historia del magisterio, el Gobierno pondrá en marcha un plan para fortalecer la formación de los docentes que se inician en la carrera.
La idea apunta a que los institutos de formación docente dejen de funcionar al estilo de las escuelas secundarias y pasen a tener una organización similar a la de las universidades.
Eso implicará, a partir del consenso con las jurisdicciones provinciales y los propios institutos, la creación de un sistema de cogobierno, con la participación de profesores y estudiantes.
La propuesta, cuya concreción final se espera alcanzar en cuatro años, prevé desarrollar un proceso de autonomía en la gestión y selección de los planes de estudios.Además, a medida que los institutos se vayan incorporando al nuevo esquema, se impulsarán tareas de investigación y acciones de desarrollo comunitario o extensión social.
"La idea es sacar a los institutos del aislamiento en que han caído en los últimos años, darles herramientas para que se modernicen y al mismo tiempo vuelvan a recuperar lo mejor de sus tradiciones", explicó el subsecretario de Educación Básica, Gustavo Iaies, al anticipar a La Nación la iniciativa impulsada por el ministro de Educación, Juan Llach.
El nuevo plan procura estimular la dedicación exclusiva y semiexclusiva del plantel docente.
Iaies explicó que la propuesta no implica la transformación automática de los terciarios en colegios universitarios, dado que la finalidad apunta a "recuperar la identidad propia de los institutos de formación docente".
La tradición pedagógica
La reformulación de los institutos está a cargo de la doctora Edith Litwin, coordinadora del Programa Nacional de Formación Docente, quien procura rescatar lo mejor de las tradiciones pedagógicas argentinas, surgidas en la etapa de la organización del país con la creación de la primera escuela normal, fundada en Paraná en 1869.
"Los institutos docentes fueron siempre una especie de laboratorios, en los que se ponían a prueba experiencias pedagógicas y se renovaba la educación. Eso, lamentablemente, se perdió y es lo que ahora intentamos recuperar", explicó Litwin.
En la Argentina hay actualmente 1102 institutos de formación docente, a los que se suman 112 de formación artística. De los primeros, 581 son estatales y 521 privados. Entre todos reúnen una matrícula de 239.814 alumnos (228.217 en los institutos de educación común y 11.597 en los de enseñanza artística), de los cuales el 70% cursa en los establecimientos estatales.
La propuesta se complementa con un proyecto de ley remitido al Congreso, por el cual se permitirá a los egresados de los institutos docentes acreditar sus estudios en las universidades para que puedan incorporarse a las carreras de grado y de posgrado.
Los polos de desarrollo
La piedra angular del nuevo sistema será la instalación de polos de desarrollo, que permitirán el trabajo en red entre directivos, docentes y futuros maestros de distintas instituciones.
En una primera etapa, los polos de desarrollo funcionarán en 85 institutos de todo el país, seleccionados por cada jurisdicción, que promoverán distintas líneas de especialización.
"Cada uno de ellos trabajará articulado con otro instituto de formación docente, con una escuela secundaria y con una universidad, con el propósito de crear redes institucionales que expandirán los beneficios del nuevo sistema", explicó Litwin.
El subsecretario Iaies advirtió que la nueva organización de la formación docente permitirá orientar mejor la matrícula, dado que hoy el 60% de los estudiantes del magisterio se inscribe en la educación inicial y en los dos primeros ciclos de la Educación General Básica (de primero a sexto grado), "donde el sistema menos los necesita".
Se impulsará, por ello, la formación de nuevos profesores para el secundario."Actualmente, el 10% de los docentes que dictan clases en la enseñanza media no posee el título de profesor", comentó Iaies al sostener la necesidad de fortalecer la capacitación.
Explicó que en la última década sólo se realizaron evaluaciones oficiales que agitaron en muchos institutos el fantasma del cierre, creando angustia entre el personal docente y una parálisis frente a cualquier innovación.
Ahora, si bien los polos de desarrollo beneficiarán directamente en una primera etapa a 170 institutos, el resto podrá comenzar a renovarse a partir de distintas acciones.
En ese sentido, ya se promovieron convenios con universidades para desarrollar proyectos de investigación, programas de animación sociocultural, cursos de especialización para los formadores de docentes y para directores de institutos.