La exmujer del escritor Karl Ove Knausgård hará justicia por pluma propia y contará su versión
Linda Boström, cuyo perfil nada cuidado pudo conocerse en los libros de su exmarido, publicará una novela autobiográfica; el conflicto recuerda al caso de Emmanuel Carrére y la periodista Hélène Devynck
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La escritora sueca Linda Boström, conocida por el retrato impúdico y cruel que hizo de ella su exmarido, el noruego Karl Ove Knausgård en algunos de los seis volúmenes que componen su monumental saga de autoficción titulada Mi lucha, está escribiendo una novela autobiográfica en la que con el título de Niña de octubre planea dar su propia versión de los hechos que concluyeron en 2016 con el final del matrimonio.
La autora acaba de publicar Bienvenidos a América (Benvinguts a Amèrica), una obra donde se camufla en una niña de nombre Ellen que funciona como su alter ego, y ya anticipó que se encuentra avanzada la escritura del libro en el que construirá su punto de vista para explicar cómo es su personalidad y aclarar el “profundo” desconocimiento que tenía de ella su expareja porque, según afirmó al periódico La Vanguardia, “él ofrece una imagen de mí que es muy limitada”.
Conocida por algunos como un personaje secundario de Mi lucha, los robustos volúmenes en los que Knausgård narra en desorden gran parte de su vida -con énfasis en los momentos decisivos para la configuración de su personalidad y de su vocación literaria-, Boström se convirtió en su segunda mujer y madre de los primeros cuatro hijos del escritor nórdico, quien hace poco tuvo un quinto con su nueva pareja, Michal Shavit, directora editorial de Jonathan Cape en Londres, y antigua editora británica de sus libros.
En Fin, el último título de su saga, Knausgård hace un retrato de su pareja nada halagador que se centra en la crisis del vínculo pero sobre todo en la frágil salud mental de ella, describiendo sus ataques nerviosos, los clivajes de su pozo depresivo y los electroshocks a que se sometió, calificándola como de “un desastre” en cuestiones domésticas. Tan escabrosa es la indagación en los aspectos problemáticos de la mujer que hasta un crítico señaló: “¿Qué tipo de persona publicaría eso de su esposa?”.
”Karl es un buen escritor, que hace ficción con sus recuerdos de un modo algo narcisista. La mirada que ofrece sobre mí es muy limitada, me molestó porque es como si no me conociera”, explica la narradora, quien como su padre, sufre un trastorno bipolar que le diagnosticaron de veinteañera.
Boström publicará el año que viene Niña de octubre, donde se referirá a sus años junto al noruego, aunque aclara que no es su idea presentar al libro como una respuesta a la saga de su exmarido. “Para nada es una réplica al otro libro -declaró a La Vanguardia-, es mi visión acerca de mi propia experiencia, no me quiero definir en función de otra persona”.
A propósito del libro Bienvenidos a América, que lanzó en 2016, pero que recién ahora se publica en español, Boström cuenta al diario español que solo quería narrar su historia, “la de una niña de 11 años, hija de una gran actriz, que, tras la muerte de su padre, decide dejar de hablar”. Dice: ”Se siente culpable de haber pedido por las noches a Dios la muerte de su papá, a causa de sus terroríficos cambios de humor, que le hacían caer en arrebatos violentos. Su padre, como el mío, era alcohólico y bipolar, eso le hacía ser diferentes personas. Yo le pedía a Dios que se lo llevara, porque tenía miedo que, de lo contrario, matara a mi madre. También utilicé esa arma del silencio cuando me enfadaba, pero solamente duraba unos días callada, no años. Es la única manera que tiene una niña de ejercer poder”, señala.
El conflicto entre Knausgård y Boström tiene algunas semejanzas con el que enfrentó hace un tiempo otro emblemático exponente de la autoficción, el escritor francés Emmanuel Carrére, quien debió modificar gran parte del contenido de su última novela, Yoga, tras la presentación judicial que hizo su exesposa, la periodista Hélène Devynck, quien durante el proceso judicial por el divorcio pidió no ser más incluida en los libros del escritor, que viene hurgando en su propia biografía para generar materiales de “ficción”.
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