La eterna vigencia de Dalila Puzzovio
El polvillo levantado por el viento tiñó de color arena la torta de bodas, prestada por la empresa de catering de las hermanas Ochoa, que debía llegar impecable horas más tarde a su destino real. Patricia Miccio se apresuró a sostener el ramo contra su vestido blanco, miró a la cámara y le dedicó su mejor sonrisa de novia ficticia.
Detrás suyo, junto a la Embajada de Francia, un sinfín fotográfico separaba a la modelo de una escena apocalíptica: restos de edificios que parecían haber sido alcanzados por bombas aéreas. Eran los escombros de las mansiones que tuvieron que ser derribadas para construir allí la Avenida 9 de Julio.
"Pan, amor y fantasía" se tituló la nota que registró esa acción en la revista Claudia, en agosto de 1979. Aunque los epígrafes de las fotos se referían a la vestimenta de los modelos, se trataba de algo mucho más innovador que una original producción de moda. Mientras unos construyen otros destruyen llamó Dalila Puzzovio a este "acontecer", cuando aún no se había importado la palabra "performance".
Un ejemplar de esa revista llamó la atención de Raúl Flores, que entonces tenía catorce años. Lo encontró sobre la mesa de su casa, "una tarde de esas que son todas iguales", y cambió para siempre su idea de la fotografía, el arte y la moda. Los destinos de la artista y el curador vuelven a unirse ahora en la muestra que aloja la galería Rolf Art, inaugurada con una acción evocadora de aquella impulsada hace cuatro décadas. Los descendientes de las hermanas Ochoa volvieron a aportar la torta, que esta vez se repartió entre los presentes.
"Es una obra que demuestra una vigencia impresionante en el contexto actual del país", señala la galerista Florencia Giordana Braun. Este año le dedicó en arteBA un espacio privilegiado a la obra más temprana de Puzzovio, realizada con restos de yesos y exhibida luego en el Eli and Edythe Broad Art Museum de Michigan.
La feria ya había rendido homenajes a esta referente de la moda y el arte pop y conceptual, célebre por haber integrado el trío –junto con Edgardo Giménez y Charlie Squirru, su pareja desde hace más de medio siglo– que apareció en 1965 en un cartel ubicado sobre Viamonte y Florida junto a la pregunta "¿Por qué son tan geniales?"
Dos años después participó del Premio Internacional Torcuato Di Tella con sus dobles plataformas color flúo, auspiciadas por Grimoldi, que obligaron al jurado a caminar por la Avenida Santa Fe para verlas exhibidas en las vidrieras junto a los clásicos zapatos escolares.