La estación Pasteur de subte, convertida en espacio de memoria
Hay murales que evocan el atentado y un reloj que marca la misma hora
"Según Madre la memoria tiene forma de justicia", responde Enriqueta, uno de los personajes creados por Liniers, a su gatito en una historieta de tamaño gigante en uno de los muros de la estación de subte Pasteur. Más adelante, por esa misma plataforma, los dibujos de Rep ilustran la letra de la canción "La memoria", de León Gieco. Enfrente, un dibujo de Fontanarrosa... Hace pocos días los usuarios del subte porteño se sorprendieron al ver totalmente renovada la estación que en breve pasará a llamarse Pasteur-AMIA.
"Hace diez años presentamos el proyecto para tematizar esta estación como símbolo de memoria y reclamo de justicia y en octubre del año pasado se firmó un convenio entre AMIA y Sbase", informó ayer Leo Kapszuk, responsable del Espacio Arte AMIA.
Así, quien espera o desciende del tren en esa estación podrá reflexionar con el humor de veinticuatro humoristas gráficos del nivel de Sendra, Sábat, Maitena y Langer, entre otros.
La muestra en la estación incluye un gran reloj que, a primera vista, puede pasar inadvertido entre las columnas que separan los andenes, pero no para un observador atento. Señala el día: 18 de julio de 1994. Y la hora: 9.53, la hora exacta en la que ocurrió el atentado. El minutero funciona, pero siempre vuelve al minuto 53. "No está detenido, sino que mientras no haya justicia seguirá dando la misma hora", explicó Kapszuk.
"Éste es el proyecto más ambicioso que encaró hasta ahora el Espacio de Arte AMIA por sus dimensiones, porque se logró en un lugar masivo y de uso cotidiano y porque -a diferencia de otros proyectos que fueron "efímeros"- éste queda emplazado por siempre en el lugar", contó emocionado Kapszuk.
La "tematización" de la estación se percibe en cuanto se baja al nivel de las boleterías. Allí hay un espacio que sus mentores llaman Centro de Interpretación, en el que hay una pantalla donde se puede consultar información sobre el ataque de 1994 y las historias de vida de las 85 víctimas fatales. Se exhibe allí también parte de una máquina de escribir con teclado en hebreo hallada entre los escombros después de la explosión aquel trágico 18 de julio.
El programa de conmemoraciones artísticas del atentado este año se completa con la muestra Memoria ilustrada: Buenos Aires Stencil, que se podrá visitar hasta el 2 de agosto en la sala 12 del Centro Cultural Recoleta. Entre otros eventos se cuenta también un mural que hará Milo Lockett, entre el 14 y el 16, en la sede de la AMIA, con la intervención de alumnos, socios de AMIA, empleados de la institución y quienes quieran acercarse a participar.
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