La épica del olvido, según Martín Kohan
El premiado autor de Ciencias morales está terminando una nueva novela. Se llama Bahía Blanca, que es la ciudad elegida por el protagonista para tratar de borrar, como si no hubiera existido, una parte dolorosa de su propio pasado
Vestido, como siempre, con prendas deportivas, Martín Kohan recibe a adn y cuenta que se encuentra sumergido en las puntadas finales de su última novela. "En estos días, estoy terminando de escribir Bahía Blanca, un libro sobre la capacidad de negación. Me di cuenta de que en mis anteriores textos el tema también aparecía, pero en esta oportunidad escribí premeditadamente sobre él", dice el autor, distinguido en 2008 con el premio Herralde por el libro Ciencias morales.
La novela está narrada en primera persona y cuenta la historia de un hombre que, a partir de cierto acontecimiento doloroso, decide emigrar a Bahía Blanca para no pensar más en aquel suceso. "Intenté escribir una épica del olvido, que mi personaje se transformara en un héroe de ese olvido –comenta Kohan–. Después de haber revisado el manuscrito, estoy en la parte final de las correcciones".
–¿Usted escribe a mano?
–Escribo a mano en cuadernos Rivadavia. Para esta novela elegí cuadernos forrados en rojo. Después de escribir, si el texto me convence, aunque sea relativamente, lo paso a la máquina, acto que también implica una reescritura.
–Cuando dice "máquina", ¿se refiere a una computadora o una máquina de escribir?
–Una computadora, claro. Que, en definitiva, es una máquina, ¿no? Como paso final, les doy el texto a tres o cuatro personas a las que siempre recurro para que hagan una primera lectura.
Kohan, que es profesor de Teoría Literaria, también se interesa por la construcción de la historia. "Estoy escribiendo sobre la historia nacional como una historia de guerra. Si la ideología militarista tiene razón y, entonces, es el ejército el que fundó la patria, mi intención es recorrer la historia y la literatura en clave de guerra. En este momento leo las memorias del general Paz. También me interesa ver cómo la literatura inventa guerras cuando no suceden en la realidad, como pasa con Diario de la guerra del cerdo, de Adolfo Bioy Casares, La guerra de los gimnasios, de César Aira, o Megafón o la guerra, de Leopoldo Marechal."