La educación en cuestión
Mi Buenos Aires querido, de Ana Wortman, examina los procesos de democratización cultural en conjunción con los cambios tecnólogicos
Se ha dicho que, al doblar el siglo XIX, el mundo funcionaba como un conjunto atravesado por dos vías contrapuestas: el que corría sobre ruedas y el impulsado por la electricidad. En la paradoja que propone este libro editado por la socióloga Ana Wortman, la escuela sigue sobre ruedas mientras que el resto del mundo joven cabalga sobre la electricidad. Mi Buenos Aires querido : entre la democratización cultural y la desigualdad educativa, se introduce de lleno en esta paradoja por medio de una serie de análisis teóricos y trabajos de campo que reúnen a una docena de autores bajo la eficaz dirección de Wortman.
Una señalización principal que hace la autora al referirse a la democratización cultural: ya no se habla sólo de democratización del consumo sino también de la producción, provista por el uso cada vez más extendido de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Estas nuevas tecnologías diversifican los públicos y amplían la esfera de la producción. A partir de esas consideraciones, la autora plantea la pregunta crucial: ¿Qué significa ser culto en el mundo joven de hoy? Y de allí se desliza a la vinculación entre mundo joven y redes sociales, de donde emergería la nueva cultura actual. El libro indaga los escenarios de las nuevas clases medias que se constituyeron con el nuevo siglo. Son clases medias que Wortman califica como progresistas en lo individual y familiar pero conservadoras en lo político y social. Esta hipótesis la lleva a la conclusión de que aquello que en la Argentina se denominaba "clase media" ya no existe más. Un ejemplo: esa clase media que antes valorizaba la educación pública ahora se vuelca hacia escuelas privadas que buscan "anclar en un mundo desorganizado". Resulta así que en un mundo caracterizado por los imparables avances en las tecnologías de la información, que democratizan hacer y consumir, la escuela es cada vez menos democrática.
La obra apunta a diversos temas: identidades y cibercultura, la tecnología como consumo cultural en los sectores medios (se habla del "joven experto"), el complejo manejo de las tecnologías de la información, son, entre otros, algunos de los puntos que se desarrollan en la primera parte del libro. En la segunda, titulada "La independencia como estética", se aborda la historia y desarrollo del Centro Cultural Ricardo Rojas, que identificó buena parte de la movida cultural de los años ochenta. Otros puntos son los aspectos independientes en el diseño de modas, las prácticas musicales independientes en la ciudad de Buenos Aires, el conjunto del diseño independiente "entre la creatividad y la autogestión" y la independencia en el espacio editorial porteño.
La tercera parte del libro analiza la compleja realidad de la escuela en las últimas décadas. En los varios artículos que componen esta sección de destaca la contraposición clasista que existe entre las escuelas privadas y las estatales, todo ello analizado a través de estudios de casos que ponen de relieve las diferencias. Liliana Mayer destaca en el artículo "La escuela, sus agentes y sus estrategias para enseñar en la modernidad tardía" que, tanto los docentes como las autoridades, van perdiendo la capacidad para dar forma a la escuela secundaria: "Los docentes mismos tienden a descreer en su propia autoridad", dictamina.
Mi Buenos Aires querido
Ana Wortman
Prometeo
332 páginas
$ 99