La corrupción política como ficción, según Zepeda Patterson
El autor mexicano se fascina con el poder y cree que Castro "no murió a tiempo"
GUADALAJARA.- Un atentado sacude la Feria Internacional de Guadalajara (FIL), y entre las víctimas se encuentran ni más ni menos que Cristina Kirchner y el ex presidente brasileño Lula da Silva. Tal es la escena inicial de Los usurpadores, la nueva novela del mexicano Jorge Zepeda Patterson, protagonizada una vez más por un grupo de periodistas (Los Azules) que investigan el poder político con suerte desigual.
"Utilicé a Cristina como personaje con la impunidad que da la distancia -dice Zepeda Patterson, uno de los autores más celebrados en la actual edición de la feria-, pero también porque los ex poderosos me fascinan. En ellos conviven las mezquindades, la nostalgia y la decadencia, y esto se acrecienta cuando el poder fue mayúsculo, como creo que fue el caso de la ex presidenta argentina. Sienten que se liberaron de un peso enorme, pero, al mismo tiempo, viven una añoranza casi patológica. Son figuras muy atractivas."
En Los usurpadores, al igual que en Milena o el fémur más bello del mundo (novela ganadora del Premio Planeta en 2014), la política es sinónimo de crimen e intereses ilegítimos, y sólo el periodismo logra romper la barrera de silencio y complicidades que los miembros de ese club selecto construyen para defenderse unos a otros. Sin embargo, el lector de la obra de este autor no ignora que, tal vez, el periodismo tiene un aliado mayor en esa causa: la literatura, concretamente la novela negra, que este ex director de diarios y fundador de revistas cultiva con maestría desde la aparición de su primera novela, Los corruptores, finalista del premio Dashiel Hammett de la Semana Negra de Gijón e inicio de la saga que por ahora culmina en Los usurpadores.
A diferencia de otras épocas, en las que novelas como Yo, el supremo o El general en su laberinto narraban los abusos de los emblemas latinoamericanos del poder absoluto, hoy son pocos los autores que se atreven a contar el presente de corrupción política. Zepeda Patterson es uno de ellos, pero admite que no es el punto central de su proyecto literario. "Mi intención de narrar la realidad política viene por la frustración que he vivido como periodista . Creo que la realidad nos ha desbordado y aún no asimilamos lo que nos ha dejado el populismo. El mundo ha caminado más rápido que ese populismo, y tal vez esa misma velocidad no dejó que los escritores lo cuenten."
En ese mundo tan veloz, ¿cómo interpretar la muerte de Fidel Castro? "Creo que lo más justo es verlo dentro de su tiempo -concluye-. La historia continental hubiera sido otra, y posiblemente no mejor, sin él. Pero su defensa tan férrea de un sistema lo volvió anacrónico. Yo diría que a veces el drama de ciertas figuras es no haber muerto a tiempo."