La cerveza en la historia: curiosidades y referencias literarias de la bebida más antigua
De los orígenes en el año 4000 AC a la actualidad, un recorrido por los hitos más relevantes de la cerveza
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“La cerveza ha sido una fiel aliada de la humanidad. Los amantes de la cerveza le han brindado tiempo y estudio para perfeccionarla. Es la segunda bebida alcohólica que se consume a nivel mundial y es más antigua que el vino y el whisky”. Palabra de especialista.
Ayer, en el marco de la Fiesta Internacional de la Historia Buenos Aires (FIHBA), el historiador uruguayo Bolívar Baliñas dictó la conferencia “La cerveza en la Historia”, en el Museo Mitre, en la que reveló datos curiosos y referencias literarias de la bebida.
Para ubicar el origen de la cerveza, hay que remontarse al final de la prehistoria, al período Neolítico en el año 4000 antes de Cristo. “Nace en la Mesopotamia, a partir de agregar agua al trigo o a la cebada, que fermentaba y daba lugar a la magia, produciendo alcohol”, explicó el especialista. Si se ponía menos cantidad de agua, se formaba la masa para el pan. La cerveza nace como consecuencia de agregarle agua al pan en demasía.
El descubrimiento de la cerveza fue accidental. En la Mesopotamia se crearon tablillas que mostraban a varias personas tomando cervezas de un mismo recipiente. Y también apareció allí una fórmula escrita de cómo se elaboraba la cerveza. “Los sumerios le daban tanta importancia a la cerveza que crearon una diosa llamada Ninkasi, la Señora de la cerveza. No solo era la diosa de la cerveza, sino que era la cerveza en sí”, comentó el historiador.
Para los sumerios babilónicos o mesopotámicos, la creación de la cerveza fue fundamental porque la ingerían como bebida y alimento por los altos contenidos de azúcar. En esa época, si bien no existía el azúcar, ellos lograban sustituir su falta agregando dátiles, flores, higo y miel. Así daban a la cerveza el dulzor necesario y permitían que la fermentación fuera más efectiva.
La cerveza se va a expandir por el cercano y Lejano Oriente. “En Egipto la cerveza ocupa el lugar más importante, también como parte de pago por los trabajos realizados”, aseguró Baliñas. A los obreros de las pirámides, por ejemplo, se les daba cerveza como reconstituyente y como parte de pago. También en Egipto se encontró la receta sumeria que hoy se guarda en un museo en Londres: “Cocer el pan, deshacerlo en migas, mezclar en agua. Se obtiene una bebida que transforma al hombre en un ser feliz”.
Los egipcios atribuyen la cerveza a la diosa Osiris. Fueron un poco más allá y agregaron nuevos sabores como romero y eneldo y crearon el Citrum, que es la cerveza egipcia por excelencia y la consideraban la bebida nacional.
Incluso la cerveza tiene su espacio en la mitología egipcia. Cuentan que había una leona feroz que atacaba a la humanidad y se había ensañado con destruir y hacer desaparecer a los hombres. Entonces, el dios del Sol y de la Vida engaña a esta deidad y le dice que le va a dar sangre humana para que beba. Pero lo que le da en realidad es cerveza y la fiera se transforma en Hator, diosa de la danza y de la música. “Hoy dirían los jóvenes que le pegó fuerte la cerveza”, bromeó el orador y las risas se escucharon en el auditorio.
En Roma la cerveza no era muy bienvenida, más que nada por ser la bebida favorita de sus vecinos, los bárbaros. Costaba la mitad que el vino de menor precio, y no se podía encontrar cerveza en ningún banquete patricio, donde sí se servía vino. “Pero en el año 476 con la caída del Imperio romano de Occidente, comienza la Edad Media y el consumo de cerveza es cada vez mayor en Europa”, detalló Baliñas.
Otro hito importante en la historia de la cerveza es en 1842, cuando surge, de la mano del maestro cervecero alemán Josef Groll un nuevo estilo de cerveza Pilsen que sigue existiendo en la actualidad.
El historiador sumó varios datos curiosos a lo largo de su charla: el Rey Midas pidió ser enterrado con cerveza especial a base de cebada, uva y miel cuando muriera; en La Ilíada sugieren que la cerveza debe acompañarse con queso de cabra; la auténtica producción de cerveza se encontraba en los monasterios; la primera persona que utilizó el lúpulo fue una monja en 1079 y dio nacimiento a la cerveza moderna.
Baliñas citó algunas frases de personajes célebres de la historia sobre la cerveza. Benjamin Franklin: “La cerveza es la prueba de que Dios quiere que seamos felices”; Platón: “Quien inventó la cerveza era un hombre sabio”; Jack Nicholson: “La cerveza es la mejor maldita bebida del mundo”.
La conferencia contó con una introducción a cargo de Viviana Piciulo y Florencia Gallego, que explicaron al auditorio la importancia de difundir la historia fuera de los claustros universitarios. Eso fue lo que dio origen a la “Fiesta Internacional de la Historia”, en Boloña, en 2004. Luego se extendió por diferentes ciudades de Italia y del resto de Europa. En 2019 se hizo en Buenos Aires por primera vez.
Estuvieron presentes la licenciada Gabriela Mirande Lamédica, directora del Museo Mitre, y Roberto L. Elissalde, presidente del Instituto Mitre. Hubo música en vivo antes y después de la charla. Y, por supuesto, degustación de cervezas artesanales.