La Boca y su noche luminosa
Cai Guo-Qiang homenajeó a la Argentina con fuegos artificiales
Una multitud se sorprendió anoche al ver el despliegue de música y fuegos artificiales que combinaron un espectáculo único sobre Vuelta de Rocha. La vida es una milonga. Tango en fuegos artificiales para Argentina, fue la "obra de arte" efímera de Cai Guo-Qiang.
El espectáculo de luces y música, que según los organizadores convocó más de 200.000 personas, tuvo una duración de 80 minutos y 43.000 disparos. Se ofreció desde una plataforma flotante sobre el Riachuelo, en plena Vuelta de Rocha, y desde la costa trasera de ese sector, justo frente a la Fundación Proa, donde hasta marzo próximo puede verse su muestra, Impromptu.
Fue la primera vez que en el continente americano se realizó un espectáculo -Cai Guo-Qiang lo denomina "obra de arte"- en el que se desplegaron 92 letras. "La Cumparsita" abrió la noche de magia en varias versiones bien identificables para los asistentes que se apostaron a lo largo de la avenida Pedro de Mendoza.
"Cuando conocí el tango entendí la complejidad de las relaciones y la complejidad de la vida", comentó Cai Guo-Qiang a LA NACION. "Con estos fuegos quiero transmitir emociones. Por eso no lo considero un espectáculo de fuegos artificiales, sino una obra de arte con la esperanza de traer alegría en ese momento del país", dijo Cai Guo-Qiang antes de que comenzara el show.
Entre los asistentes estuvieron el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi; la directora de la Fundación Proa, Adriana Rosenberg; Graciela Fernández Meijide; Rodolfo Terragno y Paolo Rocca.
Todos los elementos que se usaron para el espectáculo eran ecológicos. Un tema que el artista chino destacó con todas las personas con las que dialogó sobre los aspectos técnicos y logísticos del armado que compartió con su equipo de Cai Studio, con la Fundación Proa, con el gobierno de la ciudad de Buenos Aires y con la empresa Cadenacci. Desde la plataforma cuadrada de 50 metros de lado que flotó en el centro de la Vuelta de Rocha hasta los fuegos y los elementos tecnológicos para la coordinación y el encendido de éstos provinieron de China.