La Biblioteca Nacional y otros tres edificios del brutalismo fueron declarados Monumentos Históricos
La Biblioteca Nacional Mariano Moreno, el emblemático edificio diseñado por Clorindo Testa, y otras tres construcciones destacadas de la arquitectura brutalista en la Argentina, fueron declarados como Monumentos Históricos Nacionales a través de un decreto firmado por el presidente Mauricio Macri.
"La arquitectura brutalista fue una tendencia que se manifestó en la arquitectura de distintas partes del mundo en las décadas del 50 al 70 del siglo XX y tuvo una gran relevancia en las manifestaciones de la arquitectura pública y privada" de nuestro país, apunta el dictamen. "Su denominación refiere a las cualidades estéticas de aquellas obras caracterizadas por el papel expresivo de la estructura portante, la materialidad de los elementos y la infraestructura de servicios, y su momento de esplendor se produjo al inicio de los años 60 en el mundo y también en la Argentina", subraya.
Mediante la publicación del Decreto 791/2019, publicado hoy en el Boletín Oficial, se preservan otros tres exponentes sobresalientes del movimiento: la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano y el Palacio Municipal 6 de Julio, ambos situados en Córdoba; y la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Mendoza.
Con la nueva catalogación de preservación y puesta en valor de estas construcciones, ninguna de ellas podrá ser destruida, modificada o reparada sin la previa consulta de la Comisión Nacional de Museo y Monumentos Históricos.
El arquitecto Fabio Grementieri, integrante de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, explicó a LA NACION el valor de estos edificios. "Son cuatro emblemas de ese período de la segunda modernidad, la arquitecutra brutalista, que empieza tras la Segunda Guerra Mundial. Es la última gran monumentalidad. Son edificios que ya se han transformado en monumentos y que están relacionados con la gran arquitectura del Estado. Son piezas muy importantes en nuestro país", recalca el experto.
Bajo la misma declaración, se encontraban ya protegidas otras dos construcciones del diseño brutalista: el ex Banco de Londres (Banco Hipotecario), también proyectado por Testa, y la histórica Escuela Normal Superior nº 1 Domingo Faustino Sarmiento en la ciudad de Leandro N. Alem, en Misiones. "Éste fue un segundo paso, pero tenemos que seguir trabajando, no solo en la declaratoria sino en la conservación de estos edificios, que plantean desafíos importantes, sobre todo con las estructuras de hormigón armado", señala el arquitecto de Patrimonio.
Grementieri adelanta que la Comisión, además de propugnar estas declaratorias y de proyectar otras a futuro, realizó una presentación conjunta con la Universidad de Córdoba y obtuvo un subsidio de la Fundación Getty, de California, para la realización del proyecto de restauración y puesta en valor de la Escuela Manuel Belgrano. En esta actuación intervendrán especialistas de Córdoba y de Buenos Aires y se concebirá como una suerte de "proyecto piloto" que se replicará en otros conjuntos de futuras declaratorias, como el del Centro Cívico de La Pampa.
En cuanto a las mejoras que requeriría la Biblioteca Nacional, el proyecto original contemplaba, entre otras especificaciones, la instalación de parasoles, medida que quedó excluida por recortes de presupuesto en la construcción original pero hasta la fecha no descartada. El edificio diseñado por Clorindo Testa fue construido en el predio que originalmente ocupó la Quinta Unzué, que ejerció en su momento de residencia presidencial y donde falleció Eva Duarte de Perón en 1952. Una década más tarde, el entonces Ministerio de Educación y Justicia llamó a concurso de anteproyectos para la construcción de la Biblioteca, resultando ganador del primer premio el proyecto presentado por los arquitectos Alicia Dora Cazzaniga, Francisco Jorge Bullrich y Testa. Inaugurado el 10 de abril de 1992, el proyecto preservó una zona del parque original sobre la Avenida del Libertador e introdujo una radical inversión en la forma hasta entonces habitual de resolver la distribución de los núcleos centrales: enterró los depósitos y posó sobre grandes pilares el volumen de la sala de lectura. Testa diseñó la estructura, de monumentales columnas en su base, inspirado en las patas de un gliptodonte, animal del que se encontraron restos fósiles de un ejemplar en el terreno donde se emplaza la Biblioteca durante las obras de excavación para la edificación del inmueble.
Los otros edificios reconocidos
La Escuela Superior de Comercio de la ciudad de Córdoba es obra de los arquitectos Osvaldo Bidinost, Jorge Chute, José María Gassó, Mabel Lapacó y Martín Meyer, y fue construida entre los años 1960 y 1971 como resultado del Concurso Nacional de Anteproyectos convocado por la Universidad Nacional de Córdoba. Desarrollado sobre una superficie de una hectárea, el planteo arquitectónico consiste en un volumen unitario abierto por medio de terrazas al río Suquía, con un único plano de techo debajo del cual se desarrollan todas las actividades que se llevan a cabo en áreas cubiertas. "El trabajo del hormigón armado se utiliza en forma estructural y como principal elemento de un lenguaje arquitectónico de belleza brutalista y su programa es de tipo pabellonal, con gran permeabilidad interior-exterior. Además, la cubierta permite que ocurra el acto que caracteriza la propuesta: el encuentro, las miradas y las relaciones sociales que son activadas por una serie de recintos que fluyen y se articulan bajo este gran sistema estructural plástico-funcional como sujeto del gran contenedor programático", destacan los expertos de Patrimonio en la resolución.
El Palacio Municipal 6 de Julio, sito asimismo en La Docta, fue construido en el año 1953 y es de autoría del Estudio Sepra, integrado por los arquitectos Santiago Sánchez Elía, Federico Peeralta Ramos y Alfredo Agostini, y fue el resultado de un llamado a Concurso Nacional de Anteproyectos de la Municipalidad de Córdoba en el año 1953. El conjunto edilicio se caracteriza por la sobriedad y el equilibrio de los volúmenes, en los que se diferencian las funciones administrativas y ejecutivas. "Se destaca por su expresión racional y moderna, que se articula con el entorno a través de sus explanadas y terrazas de base", señala el dictamen.
La Facultad de Arquitectura de la Universidad de Mendoza responde a un diseño del arquitecto italiano Enrico Tedeschi y fue construida entre 1962 y 1964. "La tecnología utilizada en el proyecto ocupa un lugar preponderante, ya que es la forma adoptada para resolver la totalidad del edificio, abarcando estructura, envolvente, control solar, lenguaje y funcionalidad. Son pocos los edificios llevados a cabo con elementos industriales que logran llegar a un acabado de un tenor casi escultórico como éste, destacándose la escasez de piezas con los que se llega a la completitud de la obra. Su importancia se destaca en el medio arquitectónico nacional e internacional, dado que fue seleccionada en el año 2015 para la exposición Latinoamérica en Construcción: Arquitectura de 1955 a 1980, del MoMA de Nueva York".