La batalla por la ampliación del Museo Castagnino agita las aguas en Rosario y salpica a funcionarios
Con la fuerte lluvia de esta semana, volvió a filtrar agua en el edificio histórico que alberga la segunda colección pública más importante del país; las obras se salvaron gracias a empleados de mantenimiento que pudieron cambiarlas de sector
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Una metáfora del modo en que opera la gestión cultural en la Argentina tiene lugar en Rosario. Como había pasado en febrero de 2021 luego de una intensa tormenta de verano, días atrás volvió a entrar agua en el Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino, y los empleados de mantenimiento tuvieron que correr para poner a salvo obras de la colección, la segunda más importante de un museo público en el país, antecedida solo por la del Museo Nacional de Bellas Artes. Por fortuna, ninguna de las obras en exhibición, del artista Julio Vanzo, resultó dañada. No obstante, volvió a ser tema de debate la precariedad estructural de la institución.
En diálogo con LA NACION, el presidente de la Fundación Castagnino, José Castagnino, dijo que la situación actual era peor que en 2021. “Hemos involucionado -afirmó-. Como todos los veranos, después de una tormenta de viento y agua, tenemos problemas con el edificio, de 86 años. El año pasado fue un escandalete porque había una obra de Lucio Fontana con un valor muy importante, tanto que nos da pudor e inseguridad decir una cifra”. La colección del Castagnino tiene casi cinco mil obras y el actual director es Raúl D’Amelio, especializado en arquitectura de museos, diseño de exposiciones y conservación preventiva.
La segunda colección de arte del país está en riesgo por filtraciones en el museo Castagnino de Rosario.
— Gabriel F. Chumpitaz (@gfchumpitaz) January 27, 2023
Más allá de ser un museo municipal, el gobierno provincial y nacional, no deberían aportar fondos para algo tan importante para la Argentina ??? pic.twitter.com/8JSOWh0sZM
“Esta vez una tormenta rompió uno de los lucernarios e hizo entrar agua -contó el presidente de la Fundación Castagnino, sobrino nieto de Juan Bautista-. Había una muestra de Julio Vanzo, uno de los principales artistas rosarinos, y rápidamente los empleados del museo pudieron mover las obras y no tuvimos problemas. Sentimos un dolor muy grande porque el proyecto de ampliación que iba a subsanar estos problemas y en el cual como fundación estuvimos compenetrados después de armar un concurso nacional de arquitectura, que ganó un estudio cordobés, de vallar el museo al dar por iniciadas las obras y de sacar árboles del parque aledaño, con el cambio de gobierno provincial [del socialismo al peronismo] el gobernador Omar Perotti dio por cancelado el proyecto de ampliación impulsado por Miguel Lifschitz y volvimos a fojas cero. Entramos en un silencio de radio muy áspero con el gobierno provincial y somos los únicos que seguimos insistiendo con la ministra de Infraestructura, Servicios Públicos y Hábitat [Silvina Frana], senadores y diputados. El ministro de Cultura de Santa Fe, Jorge Llonch, nunca nos atendió el teléfono”.
Se estima que la ampliación del Castagnino cuesta unos diez millones de dólares. “Santa Fe es una provincia que le inyecta 6500 millones de dólares por año al Gobierno nacional, pero los funcionarios nacionales se atajan con que este es un museo municipal y dicen que no pueden hacer nada -indicó Castagnino-. Para nosotros eso es un sinsentido porque la irradiación que tiene el museo es provincial y nacional. Nuestro Salón Nacional premia a artistas de la Argentina, no de Rosario, y se presentan entre trescientos y quinientos artistas por año. Al intendente Pablo Javkin no le interesa el proyecto de ampliación y estamos solos peleando por eso”. Las asociaciones de artistas tampoco se han expresado al respecto.
LA NACION dialogó con el subsecretario de Industrias Culturales y Creativas de la Secretaría de Cultura y Educación de Rosario, Federico Valentini, que sostuvo que faltaba “voluntad política” de los gobiernos de provincia y nación para que la obra de ampliación se llevara a cabo, y negó que al intendente Javkin no le interesa el proyecto. “No puede ser costeada por el gobierno municipal -agregó-. No conozco los motivos de la paralización de la obra, que se dio cuando asumió el gobernador Perotti. El museo necesita una ampliación”. El funcionario también desestimó el rumor de que hubiera filtraciones. “Se hizo el mantenimiento adecuado -dijo-. Los empleados esta vez destaparon cañerías y no hubo problemas”.
Este diario intentó comunicarse, aún sin éxito (tal vez por el impasse veraniego), con la ministra Frana, con el ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, y con el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer. El ministro Llonch remarcó que el Castagnino era un museo municipal. “Googléelo”, instruyó. Trascendió que la ministra Frana opina como el presidente de la Fundación Castagnino, respecto de que al intendente rosarino la ampliación del museo es un tema que no le interesa. No hay grieta en la indiferencia ante la situación del museo.
“Rosario es una ciudad muy potente a nivel comercial y cultural -dice Castagnino-. Si podemos convencer a los gestores públicos nacionales, provinciales y locales, podemos dar un salto cualitativo y convertir la ciudad en una marca, que por razones de público conocimiento se halla muy deteriorada. La colección ya la tenemos, ahora necesitamos tener el edificio en condiciones. No es algo caro para la provincia de Santa Fe y la Nación”.
El último estudio de actualización edilicia de la institución se realizó en 2016, e incluyó los proyectos de un nuevo sistema eléctrico y de iluminación, de climatización general, ejecución de climatización de oficinas y zonas de personal, así como también el monitoreo de sistemas de videovigilancia y sensores de humo. Desde su creación, el museo no actualizó su tecnología.
También es necesario instrumentar el seguimiento preventivo y la adecuación necesaria para que las cubiertas de techos, lucernarios y desagües pluviales funcionen correctamente en las salas de tránsito público y en sectores donde los trabajadores del museo desempeñan tareas técnicas. Las zonas de depósitos se encuentran con sobrecarga de piezas. Por otro lado, se informó que el Museo Castagnino+macro se encuentra desfinanciado para los gastos de caja chica, lo que genera demora en la instrumentación de tareas de mantenimiento, al parecer una característica común a organismos de cultura de la Municipalidad de Rosario y del Ministerio de Cultura de la provincia de Santa Fe. Seguramente, Rosa Tiscornia de Castagnino, madre del coleccionista que da nombre al museo y que donó el edificio a Rosario hace más de ochenta años, desaprobaría la actitud de los actuales funcionarios públicos.
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