La Argentina tendrá su primer gran diccionario de gentilicios
La Academia de Letras recibe propuestas de las provincias; en algunos sitios se votó
Es un derecho, una marca de identidad y de pertenencia a una comunidad. Todo esto engloba un gentilicio, aquella palabra con la cual se identifica a los habitantes de un lugar.
Conocedora del poder del lenguaje en la vida cotidiana, la Academia Argentina de Letras lanzó una propuesta para realizar el primer diccionario de gentilicios del país. Mientras en Jujuy ya han determinado 184 gentilicios, en Entre Ríos la nómina supera los 200, y en la provincia de Buenos Aires, la lista ya asciende a 560, pero se estima que son muchos más.
"La riqueza va a ser enorme y vamos a tener, por primera vez, un mapa total de gentilicios del país. Me parece un derecho político importante, y además asegura la identidad de la persona, le da sentido de pertenencia y de herencia en relación con una comunidad", expresó a La Nacion Pedro Luis Barcia, presidente de la Academia Argentina de Letras.
El especialista comentó que muchas veces los gobiernos de las provincias no saben qué gentilicio tienen los habitantes de un pueblo. Por eso Barcia consideró que la publicación de cada provincia, junto con la Academia de Letras, de la nómina completa de los gentilicios de su territorio constituye también un gesto político. El primer libro, que aparecerá antes de fin de año, será el de Río Negro, al que le seguirá el de los gentilicios de Entre Ríos.
Desde que lanzó el proyecto, en mayo, la Academia de Letras comenzó a recibir entusiastas adhesiones de las provincias. Ya confirmaron su participación Jujuy, Río Negro, Salta, Catamarca, Neuquén, Chubut, Mendoza, Entre Ríos, San Juan, Chaco, La Pampa y la provincia de Buenos Aires. El proyecto de la Academia dará pie, una vez concluidos todos los diccionarios de gentilicios provinciales, a la elaboración del diccionario de gentilicios argentinos. Un proyecto de genuino carácter federal, mediante el cual la institución se propone conmemorar los dos Bicentenarios del país, el de 1810 y el de 1816.
La iniciativa permitirá, de esta forma, no sólo recordar, sino también tener un mejor conocimiento de la riqueza de gentilicios de todo el país. Y, una novedad, es que a la extensa lista de términos, entre los cuales se pueden mencionar chivilcoyano, mercedeño, alemnista (Leandro Alem, Misiones), ushuaiense, tigrense, pehuenche, chascomusero, pinamarense y puntano, se sumarán muchos otros.
Por votación
Al respecto, Barcia señaló que "una comunidad que esté alrededor del centenar de habitantes ya merece tener su gentilicio". Y contó que, a raíz de esta iniciativa, en dos comunidades, la de Villa Zorraquín y la de Osvaldo Magnasco, en Entre Ríos, tomaron conciencia de que no tenían gentilicio y los habitantes se reunieron para consensuar uno. De esta forma, eligieron, respectivamente, los gentilicios zorraquinense, y magnasqueño, magnasquero, magnasquino y magnasquense, ya que no hay límite para las propuestas.
Barcia destacó que esto no tiene precedente en la historia de la lingüística internacional. "Es una novedad única que dos pequeñas comunidades elijan por votación popular el gentilicio que quieren. Es una regla general que no se pueden inventar los gentilicios, sino que la gente tiene que adoptarlos", indicó. En tanto, las localidades que no tienen gentilicio se las registrará igual en el diccionario, puesto que en el futuro pueden adoptar uno.
En cuanto a los sufijos de los gentilicios, el especialista señaló que en el litoral predominan los sufijos en "ense" (rioplatense, lobense); en el norte del país se impone "eño" (salteño, obereño); en La Rioja y en San Juan se advierte el sufijo "isto" (jaquelisto), entre otros.
Sin embargo, no hay reglas para la formación de un gentilicio y, con el tiempo, incluso pueden cambiar, como en el caso de bahiano que devino en badillero y luego en bahiense. Y también pueden convivir más de una forma, como sucede en Tandil donde se usan tandilero, tandileño y tandilense.