La argentina Inés Fontenla abre una puerta para salir de la pandemia en Roma
La artista estrenó en un parque al norte de la ciudad una obra proyectada durante el confinamiento, que expresa la necesidad de abrirnos hacia una sociedad distinta
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ROMA.- Una puerta en medio del campo, para que haya un renacimiento de la sociedad, del mundo, de las personas, después de la pandemia. Es la última obra de la artista argentina Inés Fontenla, que fue inaugurada recientemente en el Parque de Esculturas Contemporáneas de Bassano in Tiberina, un espacio cultural más que interesante, inmerso en un antiguo “borgo” (pueblito) a una hora al norte de Roma.
“Fue un tema elaborado durante el período de confinamiento que vivimos en Italia, de gran necesidad de naturaleza y de abrirnos hacia una sociedad distinta, de cambiar las cosas porque esta no funciona”, explicó a LA NACION Fontenla, porteña que vive en esta ciudad desde hace 30 años.
De 3 metros y medio de alto y 3 de ancho, la obra es de “peperino rosa” y “peperino gris”, un tipo de piedra típico de la Tuscia, como se llama la zona en provincia de Viterbo donde se levanta el Parque de Esculturas Contemporáneas de Bassano in Tiberina. “Por una cuestión ecológica quise trabajar con algo que fuera del lugar, sin tener que hacer grandes transportes de material y la puerta la hice ahí mismo, con un laboratorio que tiene una cantera de esta piedra. Había sido invitada a exponer mucho tiempo antes y, claro, con el encierro de la pandemia, tuve todo el tiempo para proyectar eso y hacerlo fue oxígeno”, contó.
La puerta tiene un marco como los que se hacían en el Renacimiento. “Estuve mirando las puertas que hacían en esa época, que eran muy importantes y le daban el carácter al edificio... sin darme cuenta en el renacimiento que el mundo necesita después de la pandemia: es como si fuera una puerta en medio de la nada que se abre a un futuro mejor. Hay muchos palacios antiguos en la zona de Viterbo con ese tipo de puertas”, precisó.
El título de la obra, Que el nuestro sea un tiempo, es el auspicio del final de la Carta de la Tierra de Naciones Unidas: “Que el nuestro sea un tiempo que se recuerde por el despertar de una nueva reverencia ante la vida; por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad; por el aceleramiento en la lucha por la justicia y la paz; y por la alegre celebración de la vida”, también puede leerse sobre la piedra.
“Es un texto que también eligió el papa Francisco para su encíclica Laudato Sí y que había usado en otro trabajo y me pareció una frase perfecta. La puerta hace un mundo distinto al que hemos sufrido en la pandemia”, comentó.
Fontenla siempre trabajó con el tema del ambiente –desde mucho antes de que estuviera de moda, bromea-, y el de la inmigración, fruto de sus vivencias personales.
Justamente por esto recientemente también fue seleccionada para exhibir dos de sus obras más emblemáticas en el bellísimo Museo Bilotti de arte contemporáneo de la Aranciera (Orangerie) de Villa Borghese, en la muestra Back to Nature. Se trata de una instalación titulada Derivas/Abordajes, formada por dos valijas, una en el suelo, iluminada desde adentro, la otra, colgada desde el techo, abierta, que es una versión distinta, más pequeña, de otra instalación muy conocida y reconocida que hizo hace 15 años. “Fue la primera vez que me declaré inmigrante. Cada valija es mi experiencia de la inmigración, las ilusiones que se lleva uno, las situaciones difíciles de la Argentina y para mí fue como desnudarme, fue muy fuerte”, confesó, con lágrimas en los ojos. la artista nacida en el seno de una familia de inmigrantes rusos y españoles que inmigró a la Argentina desde Europa, donde ella luego, a su vez, también emigró. Esta instalación viajó muchísimo y también estuvo en el Museo de la Inmigración de Buenos Aires hace unos años.
“El tema de la inmigración se asocia, además, a la naturaleza y al ambiente, dos problemáticas de nuestro tiempo que vemos especialmente aquí en Italia, donde llegan desesperados desde África también debido a los cambios climáticos, sequías, inundaciones”, explicó la artista. “Creo que los argentinos tenemos una relación con la naturaleza distinta de la que hay en Europa... Recuerdo que pasaba los veranos en el campo, entre Balcarce y Bahía Blanca y entonces llevaba una vida mucho más salvaje de lo que puede ser acá en Europa y con una relación con el espacio también muy distinta. Por eso empecé con el tema del ambiente”, contó.
En el Museo Carlo Bilotti –que en su sección permanente ostenta magníficas obras de Giorgio De Chirico, Andy Warhol y Gino Severini donadas por el mecenas homónimo, entre otras-, Fontenla también exhibe un dibujo de un planisferio que se está derritiendo y cayendo del mundo, otra marca registrada de su obra.
¿Proyectos pospandemia? Este mes enviará parte de otra instalación que hizo con cinco fotos de la Antártida -que también se está derritiendo debido al cambio climático- a la Bienal de Arte de La Haya, adonde no viajará porque, aunque haya mejorado la situación epidemiológica en Europa, aún le parece demasiado complicado. ¿Y a la Argentina? “Me muero de ganas, no veo la hora de ir... Pero no sé cuándo”.
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