La Argentina es, para la SIP, el país de América que perdió más libertad de prensa
El Índice de Chapultepec sitúa a Chile y a Uruguay como las naciones mejor valuadas, y a Cuba, Nicaragua y Venezuela al final del barómetro
- 8 minutos de lectura'
Argentina se ha posicionado como el país del continente americano que mayor descenso experimentó en el último año en términos de libertad de expresión y prensa. Así lo postula el informe del Índice de Chapultepec, barómetro del estado de las acciones institucionales en la materia desarrollado por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en colaboración con la Universidad Católica Andrés Bello de Venezuela.
Las mediciones fueron presentadas en la tarde de ayer en la segunda jornada de la 77 Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), cuyos exponentes manifestaron su preocupación por el “entorno asfixiante” para la libertad de expresión en la región y advirtieron acerca de una tendencia hacia el autoritarismo por parte de algunos gobiernos del continente.
El ranking de los países “más censores” fue elaborado en base a la opinión de expertos: periodistas, representantes de medios, académicos, abogados e investigadores. El período de recogida de los datos se enmarcó desde julio de 2020 a agosto del corriente año. El índice mide la libertad de prensa en cuatro dimensiones: la ciudadanía informada, el ejercicio del periodismo, la violencia y la impunidad hacia los comunicadores y el control de medios.
El promedio global de libertad de expresión en América es, según el documento, del 55,61 %, y Uruguay y Chile son los estados mejores valuados en libertad de expresión y los únicos, entre un total de 22, calificados como “de plena libertad”.
Entre aquellos que experimentan restricciones “bajas” se encuentran República Dominicana, Canadá, Costa Rica, Perú, Paraguay, Jamaica y Panamá. Les siguen, con limitaciones parciales, Colombia, México, Estados Unidos, Honduras, Ecuador, Bolivia, Guatemala y Argentina. El Salvador y Brasil registran altas restricciones, aunque no tantas como los países catalogados “sin libertad de expresión”: Nicaragua, Cuba y Venezuela. En estos casos se indica que crecieron las “detenciones y las persecuciones judiciales y la violencia, con casos de “prisión como medida de censura” y “desplazamientos forzados” de comunicadores.
Entre los países más y menos valorados, Uruguay (84,10%) y Venezuela (5,71%), la brecha es de más de 78 puntos. República Dominicana, Ecuador y Estados Unidos registraron mejoras en sus posiciones con respecto a un año atrás, a diferencia de casos como el de Argentina, cuya “estrepitosa” caída (bajó del 77,2% al 53,14%) los autores del informe atribuyen a un deterioro derivado de la gestión política durante la pandemia y a ciertas medidas de aplicación sanitaria, a acciones de “vigilancia (ciberpatrullaje) y de acoso judicial a periodistas, y a situaciones como las restricciones en el ingreso de la prensa en Formosa y a dinámicas “acentuadas tras la crisis política” desatada tras las PASO.
En un panel sobre “estigmatización oficial como antesala de la violencia”, el periodista argentino Daniel Dessein hizo mención a la situación del país: “Hay una imbricación entre el terremoto político que vivió el oficialismo con las primarias y la agudización de las críticas contra la oposición y el periodismo por parte de un ala kirchnerista que ha reciclado viejas prácticas. Como ejemplos, este lunes la vicepresidenta participó de un acto donde no se permitió que entrara un periodismo independiente, o el mensaje intimidante publicado en Twitter por el nuevo ministro de Seguridad contra un conocido dibujante a partir de una crítica a la política de subsidios”.
Durante las ponencias dedicadas a la libertad de prensa por la Comisión de la SIP, la abogada chilena y presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Antonia Urrejola, se refirió a otras realidades del continente, con foco en Nicaragua. “La situación es sumamente preocupante. Hablamos de un estado policial, con leyes hechas a medida, cierre de medios, detención y criminalización de opositores, empresarios, periodistas, ex sandinistas, mujeres defensoras de derechos humanos: cualquier voz disidente está siendo criminalizada y perseguida”.
La escalada represiva contra comunicadores también es un tema de preocupación en Perú. Así lo señaló el periodista Rodrigo Salazar Zimmermann, quien aseguró que su país atraviesa “la peor situación desde la caída de la dictadura de Alberto Fujimori”. Sobre ello, abundó: “Uno de los agresores principales de la libertad de prensa tradicionalmente fue el Congreso. Sin embargo, desde noviembre de 2020 el Poder Ejecutivo ha reemplazado al Congreso con el monopolio de la fuerza y atacando a periodistas de manera indiscriminada”.
Miguel Henrique Otero, director de El Nacional de Venezuela, comentó que en su país “el esquema de la izquierda ha sido el de ir tomando las instituciones, cercenando la libertad de expresión, aprobando leyes y reprimiendo a los periodistas y el acceso a la prensa, y yendo contra familiares”, dijo. Y agregó: “Hoy el periodismo independiente migró a Internet, aunque bloquean las páginas”.
Desde Cuba, el periodista Henry Constantín, director del diario disidente La Hora de Cuba arrestado durante las movilizaciones registradas en la isla meses atrás, apuntó que allí “hay un instalamiento de la represión porque hay un instalamiento de la rebeldía”.
Según el informe presentado por la comunicadora Sarah Matthews, las restricciones al trabajo periodístico también están presentes en los Estados Unidos a pesar de una “mejoría” visible desde asunción de Joe Biden, aunque con situaciones actuales de “ataques físicos y amenazas, mandatos de vacunas y violencia contra periodistas en manifestaciones de justicia racial”.
Mario Alejandro Sandoval contó que en Guatemala se da “una polarización de la opinión pública terrible, con ataques a periodistas a través de las redes sociales y dándose que cualquier información susceptible de ser investigada se califica como ‘en reserva’ o confidencial”.
Martha Ramos señaló que en México los ataques a la prensa “son una constante desde que tomó posesión Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Avelar expuso que en El Salvador el régimen de Nayib Bukele obtuvo “el control del aparato judicial en menos de cinco meses, mientras las acusaciones contra periodistas son comunes dentro del manual autoritario, con agresiones y persecución que generan autocensura y una amenaza constante de cerrar medios”. En Bolivia, según indicó Jorge Carrasco, se dan acciones “para eliminar las fuentes periodísticas a través de una ley que obliga a renunciar al secreto profesional y que promueve la centralización de datos con trabas en el acceso a la información y con ataques financieros a medios para promover su quiebre”.
Para favorecer a un monitoreo de la libertad de expresión y prensa en los países del continente, la SIP anunció tras ello su apuesta por una aplicación de inteligencia artificial que informará en tiempo real y de manera geolocalizada sobre el “clima de opinión” alrededor de la libertad de prensa y de expresión.
The New York Times: “Tenemos más periodistas que en toda nuestra historia”
La asamblea de la SIP también abordó en su segundo día asuntos referentes a la sostenibilidad de los medios de comunicación en contextos de cambio. El periodista argentino Ricardo Trotti moderó una entrevista en la que Michael Greenspon y David Rubin, de The New York Times, explicaron cómo el medio alcanzó los ocho millones de suscriptores a pesar de enfrentarse al fantasma de la bancarrota. En este sentido apuntaron la importancia en la diversificación de contenidos, “demostrando que un modelo de pago se puede extender más allá de la noticia pura”. Sin embargo, ambos incidieron en lo clave del valor de la línea editorial. “La mayoría de nuestros usuarios están interesados en nuestro producto noticioso”, dijeron.
¿Qué se necesita para que un sitio web pueda captar la atención de ocho millones de personas? “En primer lugar, periodismo de excelencia, puede ser algo trillado pero es así. El Times tiene éxito porque estamos teniendo más periodistas que en toda nuestra historia. Sin eso, el resto es difícil de compensar, aún con buenas técnicas de mercadotecnia. Es importante que el lector reciba la noticia de calidad que espera recibir. Es una triste realidad pero el periodismo es caro, en especial el independiente. Por eso debe ser de pago si usted quiere recibir eso. El aspecto tecnológico es lo segundo más importante. La respuesta para todo en el New York Times siempre es el periodismo”, señaló Rubin.
“Tenemos una historia muy rica de invertir en periodismo, ampliando la redacción especialmente en períodos de crisis”, agregó Greenspon.
La necesidad de una nueva cultura de experimentación en los medios mediante nuevos formatos, audiencias y modelos fueron otros de los temas abordados por los comunicadores en el día de ayer. El periodismo de datos, el foco en las plataformas digitales, la formación constante en las redacciones, la difusión de newsletters y la segmentación de contenidos fueron algunas de las claves mencionadas por los expertos.
Otras noticias de Periodismo
- 1
El director del Museo de Bellas Artes actúa en “Queer”, la adaptación de la novela del ícono contracultural William Burroughs
- 2
Murió Beatriz Sarlo a los 82 años
- 3
“Blackwater”: la saga matriarcal de terror gótico que es un fenómeno global
- 4
El legado de Beatriz Sarlo se define entre el exmarido y los discípulos de la intelectual