La Argentina con A de arte: la cultura es una clave para la nueva "marca país"
Macri y los reyes de España inauguran hoy la gran feria de Madrid; un recorrido por el valioso envío local que buscará llamar la atención de coleccionistas y directores de museos de todo el mundo
MADRID.- Las confesiones descarnadas de Alberto Greco, las escrituras enigmáticas de Mirtha Dermisache, las esculturas oníricas de Elba Bairon o las experimentaciones de Juan Tessi para seguir ampliando los límites de la pintura son apenas una parte de la impecable propuesta que representa a la Argentina en la 36a edición de la feria madrileña ARCO, que se inaugura hoy con nuestro país como invitado de honor.
"Salvo Greco, que es muy conocido en España, intenté traer artistas que no hayan tenido mucha proyección internacional", dijo ayer Inés Katzenstein, responsable de la selección que aspira a llamar la atención de más de 250 coleccionistas de 44 países, y de 150 directores de bienales e instituciones. Entre ellas algunos de los principales museos del mundo, como la Tate, el MoMa y el Pompidou.
"Mirá la Argentina con otros ojos. Los de Mariela Scafati, por ejemplo". Así se recibe a los visitantes en estos días en el aeropuerto de Barajas. Es la primera de muchas invitaciones a ver la producción de los 90 artistas que participan de Plataforma ARCO, el programa impulsado por el Ministerio de Cultura para potenciar la participación de nuestro país en la feria madrileña.
La oportunidad se aprovechó a tal punto que Mauricio Macri llegó en su primera visita de Estado a España con cinco ministros y decenas de empresarios, en busca de una reconciliación política y comercial con este socio clave en Europa. El principal souvenir del viaje se lo llevará hoy, cuando se viralicen las fotos que lo muestren mirando arte argentino junto a los reyes de España. "El fenómeno político de Macri tiene mucho de experimento de marketing", señalaba ayer el diario El País en un artículo que destacó a Juliana Awada como "esencial" para la imagen del Presidente. Además de ser bella, joven y elegante, la primera dama conoce a fondo la escena artística contemporánea argentina.
La cultura tiene un rol clave en esta jugada estratégica para mostrar una nueva "marca país", que incluyó semanas atrás un papel protagónico en la Feria Internacional de Turismo y hasta un mega asado para 2000 personas preparado por Francis Mallmann y Germán Martitegui en la Plaza Mayor.
"Usted no quiere hablar de desembarco ni de conquista, pero esto parece una invasión casi total", bromeó anteayer un periodista español en la conferencia de prensa del ministro de Cultura, Pablo Avelluto, que se manifestó en contra de los "términos bélicos" para definir la presencia argentina en Madrid.
Mientras Donald Trump es noticia de tapa por impulsar deportaciones masivas de indocumentados, Avelluto definió este vínculo con España en términos de una "conversación madura entre dos viejos amigos que se necesitan mutuamente". "Es un proyecto común que abre oportunidades en ambos lados", agregó, tras destacar que en tiempos de crisis la Argentina recibió exiliados españoles y viceversa.
Si las impolutas veredas de Madrid tuvieran baldosas sueltas, tal vez de allí abajo saldría algún argentino. Basta recorrer un par de cuadras del Paseo del Prado, que une los principales museos de España, para encontrarse con varios de ellos. "Todavía no pude ver casi nada", dijo Kuitca a LA NACION, abrumado por la amplia oferta de muestras mientras caminaba bajo el sol primaveral, unos pasos adelante del coleccionista Aldo Rubino, fundador del Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires.
Cerca de allí, salía del Thyssen Marga Muñoz-Vargas de Macaya, de arteBA Fundación, quien destacó la oportunidad única de dar a conocer el arte argentino a los cientos de coleccionistas europeos que visitan ARCO. "Los que nunca fueron a arteBA, seguramente querrán hacerlo desde ahora", opinó esta conocedora de ambas escenas, que vive entre Madrid y Buenos Aires.
Variedad, sin clisés
La colaboración de arteBA fue clave en esta recargada "movida" madrileña, que procuró hacer foco en la variedad de la producción argentina y evitó caer en los clichés de una supuesta "identidad nacional". Fue el caso de la selección de doce galerías realizada por Katzenstein, convocada por ARCO para curar el espacio dedicado al país invitado. Ella enumera los tres temas que aúnan el envío local: la insistencia en la pintura como lenguaje experimental, la escritura como herramienta para las artes visuales y la representación de la sexualidad.
Ante las críticas por el carácter "porteño" de la selección, que sólo incluye galerías de Buenos Aires, Katzenstein dijo ayer que la limitación fue impuesta por la estructura económica del país, que está muy centrada en su capital. La curadora cree que las galerías de otras provincias no tienen aún "el nivel de desarrollo profesional suficiente" para participar en esta selección. De todos modos, se mostró confiada en que "ese panorama cambiará en los próximos años", y señaló que entre los 23 seleccionados se cuentan artistas del interior del país, como la cordobesa Leticia Obeid o Sol Pipkin, originaria de Lago Puelo. "Las condiciones de producción artística funcionan mejor en Buenos Aires -reconoció Obeid-. El arte hoy es muy urbano. Y mientras más grande es la ciudad, más potente es lo que se produce."
En una escena global con cientos de ferias de arte contemporáneo, "lo que diferencia a ARCO del resto es que hace un link con América latina y es una feria de descubrimiento", señalaba ayer su director, Carlos Urroz. Y sobre el espacio diseñado por el arquitecto Mariano Clusellas para alojar la selección argentina, agregó: "Es lo más parecido a un museo dentro de la feria". Un piso gris compartido, con un pasillo interior que conecta la docena de galerías y paredes que permiten a cada una colgar obras sobre el corredor central, fue pensado para darle "un sentido de totalidad" al conjunto y diferenciarlo del resto de los stands.
Esta 36a edición de ARCO reúne 200 galerías de 27 países, y obras de artistas de renombre internacional como Ai Weiwei, Anish Kapoor, Louise Bourgeois, Jenny Holzer y Victor Vasarely. Una lista de consagrados en la que se espera que algún día figuren varios de sus colegas argentinos. El primer paso ya está dado.
Artistas sin fronteras
- Mondongo, el grupo formado por Manuel Mendanha y Juliana Laffitte, llevó a ARCO una versión de No soy tan joven como para saberlo todo, performance que había presentado en la Bienal BP15. En 2002 fueron convocados para retratar a los reyes de España y lo hicieron con espejitos de colores.
- "Borges fue un adelantado del arte contemporáneo. Hay mucha sintonía entre Borges y Duchamp, aunque no se hayan conocido. Usó en su obra la copia, la apropiación y el desvío", observó ayer la crítica Graciela Speranza mientras recorría la sección argentina en la feria, donde abundan los cruces entre arte y literatura. El sábado, a las 18, en Caixa Forum, abordará el tema con Fabio Kacero, Alan Pauls y Patricio Pron.
- Por su parte, Leandro Erlich, otro de los artistas contemporáneos argentinos con gran presencia internacional, inauguró ayer Certezas efímeras, una muestra en la sede madrileña de Fundación Telefónica.
Con doce piezas, Costantini abrió las ventas
Antes de que el público se transforme en protagonista, los coleccionistas ocupan el candelero en ARCO. Entre ellos, Eduardo Costantini, que adquirió doce obras para su colección personal. Se cuentan Aleaciones con memoria de forma, dos obras tejidas en cobre de Ximena Garrido Lecca (2016), que en julio tendrá su muestra individual en el Malba; dos volúmenes de 39 y 42 páginas respectivamente, Libro N° 8 (1971) y Libro N°4 (1972), de Mirtha Dermisache; una obra de Juan Tessi, realizado en cerámica, acrílico, marcador indeleble y alcohol, un libro de Augusto de Campos y un video de Sebastián Díaz Morales, entre otras adquisiciones de las que no se informaron los montos.
El galerista Jorge Mara, que vendió obras de Ana Sacerdote, Sarah Grilo, Horacio Coppola y Batlle Planas, percibe "mucha efervescencia" por el arte argentino. Con mucha experiencia en la feria, se muestra optimista sobre el resultado que tendrá esta edición para la producción nacional y su posicionamiento.
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