La antorcha y las medallas no son todo lo que el arte y el diseño le dan a los Juegos Olímpicos

El salto preciso, el tiempo récord, la victoria merecida. Los Juegos Olímpicos desplegaron piruetas de una belleza superior: obras de arte que reflejan el alto rendimiento, cuentan historias de vida que emocionan. Al mismo tiempo, París se transformó en el escenario ideal para acompañar la apertura de la XXXIII edición que reprodujeron las pantallas de todo el mundo. Sin embargo, hay joyitas desconocidas del arte y el diseño que también contribuyen a la puesta escenográfica del evento global. Intervenciones urbanas, producciones textiles, piezas gráficas y el detrás de escena del diseño de dos objetos clave: la antorcha y las medallas.

Ocho artesanos calificados tejieron, durante tres años, el “tapiz olímpico” que diseñó la ilustradora franco-iraní Marjane Satrapi. De la fachada del Hôtel de la Marine, en la Place Concorde, al Museo Nacional del Deporte en Niza, el tríptico que despliega la torre Eiffel y dos atletas portando la llama olímpica se convirtió en la pieza artística que recupera una larga tradición artesanal francesa. La puesta en valor de los oficios y el rescate de las técnicas ancestrales incluyó la participación de los artesanos de las Manufactures Nationales de Gobelins y de Beauvais, expertos en conservación y restauración que, desde el Mobilier National de París, transmiten el savoir-faire y promueven la creación contemporánea de las artes decorativas. El tríptico de 9 metros de largo y 3,3 metros de alto celebran la historia olímpica: en la sección de la izquierda evoca a los Juegos Olímpicos de París de 1924, a través de la iconografía del lanzador de jabalina. En el centro, el presente: un hombre y una mujer llevan la antorcha bajo la Torre Eiffel, un guiño a la paridad de género que se contempló por primera vez, con igual número de atletas masculinos y femeninos. En tanto, la innovación y la modernidad figuran en la pieza de la derecha, donde el skateboard y el breaking, o breakdance, tuvieron su debut olímpico en el nuevo parque urbano de la Place de la Concorde.

Flamante ganadora del premio Princesa de Asturias de Humanidades, Satrapi es la autora de la saga de comics Persépolis, que llegó a la pantalla y ganó distintos galardones, como el de la Crítica de Cannes (2007) y el Premio César al mejor guion adaptado (2008), además de la nominación al Oscar como Película de Animación.

El arte urbano que tiene al grafiti como uno de los embajadores se expresa a través de los aerosoles de Olivier Sujkowski, que firma con el alias 2SHY. Para los Juegos Olímpicos transformó las paredes que envuelven el Centro Deportivo Fragonard, de la Villa de París, en una explosión multicolor de formas geométricas. La llamó Épinette tropicale (Abeto Tropical) y explicó que el diseño representa imágenes de su infancia, donde las perspectivas lúdicas y de colores vibrantes remiten a sus primeros pasos en el grafitti y la revolución 2.0.

El reflejo de la mítica Torre Eiffel invertida sobre el Sena fue el punto de partida para el desarrollo de la antorcha olímpica. El encargo recayó en Mathieu Lehanneur, diseñador francés que además de inspirarse en las aguas del río que sirvieron de lienzo para la ceremonia de apertura, también echó mano de una frase de Victor Hugo. “La forma es la sustancia que sube a la superficie”, escribió el autor de Los Miserables. A partir de este concepto, Lehanneur se propuso transformar el concepto de la antorcha en un ícono funcional, con identidad, acento francés y perspectiva de género.

El desafío de diseñar parte del ritual olímpico resultó en un cetro de acero inoxidable de color champán, que pesa 1 kilo y medio. El material reduce la huella de carbono y resiste cualquier tipo de clima. La parte superior está formada por metal cepillado mate aerodinámico y la mitad inferior, pulida y moldeada, replica el suave oleaje del Sena.

La vida cultural y gastronómica que se desarrolla a orillas del río es otro de los hitos parisinos presentes en estos Juegos Olímpicos. “La idea de la paz se transmite a través de las curvas y líneas continuas. Porque aunque los juegos sean un espacio de competencia y rendimiento, la llama sigue siendo un objeto de transmisión y encarna los valores de la paz. En este sentido, concibo a los juegos como suspendidos en el tiempo, una ambición fraterna que el deporte puede y debe aportar, sin importar los tormentos del mundo”, le dijo el diseñador a LA NACION.

A pura tradición e identidad, la creación de las medallas París 2024 responde a la emblemática joyería de la casa Chaumet, ubicada desde 1812 en la plaza Vendôme. Con inspiración patrimonial y simbólica, las medallas olímpicas lucen pequeñas piezas originales de Torre Eiffel, que fueron conservadas durante su renovación ―para que los atletas ganadores pudieran atesorar una porción de París en su pecho-. Están engastadas con piedras preciosas, una técnica artesanal que remite a la “clou de Paris”, utilizada en la alta joyería y que evoca los remaches de la Torre Eiffel. El hexágono, emblema visual que simboliza a Francia, es una de las figuras recurrentes en las creaciones de Chaumet. En el caso de las medallas, los diseñadores de la casa incluyeron el grabado en braille de Paris 2024 y una serie de rayos facetados que reflejan la luz, en clara alusión a la Ciudad Luz.

Por otra parte, a nivel gráfico, la publicación City Guide Paris Sport de la firma Louis Vuitton consigna en una edición limitada los distintos hitos de la ciudad. La cultura puntual de cada barrio, las figuras locales destacadas, las instalaciones. Desde clubes deportivos tradicionales hasta restaurantes de comida saludable, librerías especializadas y circuitos para conocer la ciudad. Para el diseño visual de la guía cuya versión gratuita se puede bajar desde App Store convocaron al colectivo de fotógrafos Tendance Floue y al ilustrador seulense Oyow, autor del libro Blue Owls. De trazos simples y espíritu lúdico entre las 16 imágenes a página completa se destacan flores, pelotas de básquet, atletas que corren por París, personas en contacto con la naturaleza y paisajes en tonos tenues.

Además, los pósters olímpicos, piezas con infinitos detalles que con la precisión del ilustrador francés Ugo Gattoni, recrean una ciudad estadio en formato onírico. Al estilo de ¿Dónde está Wally? del dibujante británico Martin Handford, estos afiches reúnen referencias de los Juegos Olímpicos y de los paralímpicos y funcionan como obras independientes. Gattoni, diseñador gráfico, incluyó todos los símbolos posibles: anillos olímpicos, los Agitos en el Arco de Triunfo, el lema olímpico, las medallas, las mascotas, la llegada de la llama olímpica a Marsella a bordo del Belem, las embarcaciones para la ceremonia en el Sena, la paridad olímpica, las sedes de competición emblemáticas. No podían faltar la Torre Eiffel, el río Sena y el metro. Milimétricas, las ilustraciones invitan a descubrir los sitios emblemáticos, con o sin lupa.

De cara a la ceremonia de clausura que se realizará este domingo en el Stade de France, cuyo diseño integral está a cargo del artista francés Thomas Jolly, quedarán en la memoria emotiva las imágenes de los logros, el esfuerzo y el sacrificio de los atletas. El diario El País buscó similitudes entre las expresiones de distintos representantes deportivos y obras de arte clásico. El italiano Thomas Ceccon, que conquistó las redes, y el David de Miguel Ángel. O Simone Biles retocándose el maquillaje junto a una imagen de Elogio del maquillaje (1897), de Edgar Degas. La analogía entre El grito, la obra de Edvard Munch y la foto de Uta Abe, la deportista japonesa que perdió en su categoría, ratifica que el arte y el deporte no son asuntos separados.

En la retina también quedará grabada la maratónica ceremonia de apertura que copó París y la que viene, la del próximo domingo, donde se descuenta un mega despliegue tecnológico y visual que incluirá acróbatas, bailarines y cantantes internacionales. La coreografía celebrará la historia de los juegos y subrayará su espíritu colectivo.

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