La ambición de narrar
El pasado es un animal grotesco reúne piezas en las que Mariano Pensotti disocia la representación de la narración y que conquistan una vida propia más allá del escenario
"El pasado es un animal grotesco" es una canción de la banda pop estadounidense Of Montreal que Mariano Pensotti (Buenos Aires, 1973) escuchaba una y otra vez mientras escribía una desmesurada historia centrada en una década en las vidas de cuatro jóvenes. Hacia el final del proceso creativo, el autor decidió titular la obra con aquella frase e incluir el tema como banda sonora de las últimas escenas. Editado por Colihue en su colección Teatro, el libro contiene cinco obras de Pensotti: El pasado..., Vapor, La marea, Interiores y Sucio. Reunidos, los textos funcionan como un conjunto dramatúrgico y dan prueba de los procedimientos narrativos del talentoso director formado con Mauricio Kartun, Alejandro Tantanian y Daniel Veronese.
A partir de la idea de disociar la representación de la narración, Pensotti utiliza en sus obras recursos literarios y cinematográficos. Le interesa remarcar que aquello que sucede en el escenario no es el único relato posible: hay algo más que completa o resignifica lo que ve el espectador. En La marea (estrenada en 2005 en el Festival Internacional de Buenos Aires) prácticamente no hay diálogos. Escritos en prosa, los textos de las nueve situaciones que integran la obra fueron pensados para ser leídos a través de un sistema de subtitulado. Con frases breves, de una o dos líneas, el autor desarrolla los pensamientos de los personajes, su pasado y su presente y, en algunos casos, aporta información sobre el futuro. La ficción continúa después de la escena final.
Interiores, un proyecto de intervención de espacios públicos que se presentó en 2007 en un edificio pegado al Centro Cultural Ricardo Rojas, retoma el recurso de las historias mínimas narradas. Las escenas, identificadas con un número y una letra ("2º A"; "3º F") que corresponden al departamento donde se desarrolla cada situación, no tienen continuidad. El público escucha con auriculares los relatos sobre los sucesos actuales y las circunstancias que han llevado a los personajes al momento en el que comienza la acción. Experiencia teatral interesante, la estructura invita a cada espectador a armar su propio recorrido. En el libro, las nueve historias protagonizadas por jóvenes desesperados pueden leerse como si fueran cuentos breves.
Si las dos piezas mencionadas resultan tan literarias como teatrales, en El pasado... Pensotti logró potenciar el procedimiento narrativo con el recurso de una voz en off: en cada escena, un actor relata, micrófono en mano, lo que ocurre. Pensada para una puesta en una sala tradicional, con el público sentado en la platea, la obra cuenta alrededor de quince momentos de las vidas de cuatro personajes, que transcurren entre 1999 y 2009. En el inicio, tienen 25 años y ambiciosos proyectos. Con la realidad nacional e internacional de fondo, a lo largo de 56 páginas (que en el teatro se desarrollan durante dos horas) cada uno enfrenta el presente a su manera; un presente que, para el lector
espectador, se vuelve pasado a cada instante, a medida que el narrador marca, con fechas precisas, el paso del tiempo.
Entrevistas con el autor, con los actores que integraron el elenco original y con los responsables de la música, la iluminación y la escenografía (una enorme calesita de madera como escenario giratorio) completan la edición, que incluye un análisis crítico de Andrés Gallina.
Quienes no conozcan las obras de Pensotti tendrán con este libro un panorama integral sobre su modo de abordar el teatro. Quienes hayan visto sus espectáculos podrán deleitarse con los deliciosos textos, escritos tanto para el papel como para el escenario.
- El pasado es un animal grotesco
Mariano Pensotti
Colihue
240 páginas
$ 87
Más leídas de Cultura
“Enigma perpetuo”. A 30 años de la muerte de Liliana Maresca, nuevas miradas sobre su legado “provocador y desconcertante”
“Me comeré la banana”. Quién es Justin Sun, el coleccionista y "primer ministro" que compró la obra de Maurizio Cattelan
Perdido y encontrado. Después de siglos, revelan por primera vez al público un "capolavoro" de Caravaggio